
La lectura es como una puerta a ese maravilloso
mundo mágico de la imaginación, creatividad e innovación, es decir, es un
instrumento fundamental para formar al ser humano en cuanto a valores morales,
estimulación de la buena conducta, estimulación de la conciencia crítica,
potencia el pensamiento creativo e imaginario y enriquece el vocabulario de
las personas.
Además como lo afirma Balmes, Sf. “La lectura es
como el alimento; el provecho no está en proporción de lo que se come, sino de
lo que se digiere”. En conclusión la lectura es como ese alimento que te ayuda
a formarte como persona, teniendo en cuenta la autonomía, el dominio, la
convencía social, los valores morales junto con el conocimiento más a fondo
sobre las cosas debido a que cuando se lee enriqueces el vocabulario.
Hegel nos ha dejado un relato totalizador quijotesco
pero de difícil lectura. ¿Cuántos lo llegan a leer? ¿Y cuánto ha influido
positivamente en la historia? Kant construyó su obra como una maquinaria
perfecta, nos proveyó del imperativo categórico ¿Dónde más se puede llegar en
filosofía en temas de moral? Nietzsche planteó la inversión de todos los
valores, nada le hubiera resultado más repugnante que hacer de sus libros unos
recetarios normativos.
Umberto Eco en su Lector in fabula3 nos habla del principio de
cooperación del lector: “leer no es un acto neutral, pues entre lector y texto
se establecen una serie de relaciones complejas y de estrategias singulares que
muchas veces modifican sensiblemente la naturaleza misma des escritor
original”.
Nuestro oficio más esencial es ser intérpretes y comprendedores. Y esto
es así porque somos en el mundo, hecho que también nos constituye como hombres.
La relación, pues, entre nosotros y el mundo, entre sujeto y objeto, es una
relación constitutiva. Esto querrá decir que nuestro conocimiento del mundo nos
afecta en una doble dirección: comprendiendo el mundo, nos comprendemos a
nosotros mismos, y comprendiéndonos mejor a nosotros mismos comprenderemos
mejor el mundo.
Sin haber leído a este Sabio, jamás conte ciertas cosas a nadie. A la larga es usada en tu contra. Nadie te respeta. Bien al sabio que lo hizo pública. Cracias.
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