Edad blanca, pasos lentos, cansados por ráfagas de tiempo; oculto en la penumbra de la tarde, extraviado, gime un sueño. Edad blanca, noches largas, desérticas, con frío y en silencio; un invierno sin otra primavera, en la nieve, muere un sueño. Edad blanca, días tristes, monótonos, en soledad, con miedo; limitada e inhóspito vació, sólo espera aquel sueño. Edad blanca, que ya estas se deleita el espíritu, está más cerca el cielo, descubre los espacios infinitos; en la luz vive el sueño. Emma Margarita R. A.-Valdés