La crítica y la ironía para sacar a la luz la hipocresía y los errores de la sociedad. Para destapar y despellejar el lobo vestido de cordero y enseñar sus dientes. En fin, lograr quitar el polvo que entorpece la visión y enturbia las ideas sobre el sistema en el que vivimos y sus aparentes logros y beneficios. En fin, reírnos a la cara del sistema, reírnos de su incoherencia y de la insignificancia que para nosotros debe tener. Un segundo paso sería un retorno a lo natural, a la naturaleza. ¿Pero qué queremos decir con natural? Por natural debe entenderse toda aquella actitud que esté de acorde con un cierto criterio ético, basado en una actitud vital de subsistencia sin caer en el mero materialismo; en fin, un cierto ascetismo vital (por ejemplo, una comida equilibrada). Este retorno a lo natural implica de hecho un cierto rechazo del lujo y el consumismo al que estamos sometidos. Tras la crítica y la provocación, el naturalismo que proponemos sería una vuelta a una forma de vid...