RAZONAMIENTO
Razonamiento refiere a una capacidad humana a partir de la cual las personas ordenan sus pensamientos para dar paso a una idea lógica. Es decir, una estructura mental con coherencia y sentido. Esta misma actividad mental es lo que permite a cada sujeto en este mundo, el desarrollar soluciones ante los problemas de la vida cotidiana. Se trata de un proceso mental que posibilita tener respuestas y resoluciones bien formuladas, o sea, pensadas y razonadas.
Razonamiento, es todo aquello que se vincula con el pensamiento y con la habilidad humana de dar respuestas. Podemos decir que, el razonamiento, responde a un proceso intelectual del pensamiento, el mismo que brinda argumentos sobre la conexión entre ideas mentales que, a su vez, justifican la presencia o no de un tipo de pensamiento
Forma del pensamiento que consiste en extraer un juicio nuevo (conclusión) que deriva necesariamente de juicios dados (premisas). El conocimiento puede ser inmediato o mediato.
Las leyes del pensamiento son leyes lógicas que tienen un valor objetivo. Y no pueden ser destruidas o abolidas puesto que reflejan procesos objetivos, independientes de la conciencia y de la voluntad humanas. Las leyes del pensamiento implican ciertas reglas que si son infringidas conducen al error. Pero no se puede abolir esas leyes, pues ellas reflejan una relación objetiva entre las cosas.
La lógica distingue los razonamientos inmediatos y los mediatos. El razonamiento inmediato deriva de una sola premisa. Tal es el modelo clásico de silogismo. A partir de Aristóteles, se entiende por silogismo categórico un razonamiento en el que, planteadas dos proposiciones llamadas premisas (de las cuales, una es universal afirmativa o universal negativa), deriva necesariamente de ellas una tercera llamada conclusión. El silogismo es así la forma esencial de la deducción. Para que dos juicios puedan formar un silogismo, es necesario que se encadenen por intermedio de un término común llamado “término medio” (que no forma parte de la conclusión)
Los agnósticos y los lógicos inductivistas niegan el valor del silogismo, considerándolo incapaz de suministrar un conocimiento nuevo, y afirmando que la premisa mayor implica ya todos los casos particulares a los que se puede aplicar por intermedio de la menor. Este razonamiento está viciado, pues la mayor se reduce así a una simple totalización de los casos particulares. En realidad, en las formas silogísticas bien comprendidas, la mayor, lejos de limitarse a adicionar hechos aislados, expresa una ley general. El silogismo es la forma deductiva del razonamiento que va de lo general a lo particular.
Todo razonamiento verdadero ha de satisfacer un requisito: si sus premisas son verdaderas, ha de ser también verdadera la conclusión. Tal requisito se observa si en el curso del razonamiento no se infringen las leyes de la lógica ni las normas de la inferencia.
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