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¿Qué no sabrá el espejo? “su filosofía es”


¿Qué no sabrá el espejo?  “su filosofía es”
Dijo Adela a su amiga Eloísa cuando se miraba en el espejo de cuerpo entero: siempre paso buen tiempo mirándome antes de salir, y cuido de estar bien presentable, tanto en mi vestimenta como en mi fisonomía; nadie se dio cuenta y tampoco no tenían por qué darse cuenta que el espejo había escuchado la simple presunción. El espejo que tenía vida de muchas generaciones y que toda su oscura vida había permanecido en universal silencio elucubró para sí. Hay de los humanos, se acercan a mí solamente para exteriormente verse bonitos o casi bonitos entre algunos y otros también. No saben que les conozco las pocas virtudes y todos sus hábitos no apreciables, estoy cascado de ver y escuchar todo lo que no es bueno para sus vidas y sin embargo que bien simulado lo tienen y lo llevan hasta su tumba, pues a los humanos les gusta vivir fingidos y adornados de una retórica fácil y acomodada. O si no miren la imagen.

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UN SABIO DIJO:

PROBIDAD

PROBIDAD    Probidad, la etimología nos remite a la lengua latina, ciertamente al término probitas. “honestidad y rectitud”. Puede decirse que la probidad está vinculada a la honradez y la integridad en el accionar, quien actúa así no comete ningún abuso, ni incurre en un delito. Lo contrario a la probidad es la corrupción, que implica un desvió de las normas morales y las leyes. En definitiva, es una virtud. La realidad, por supuesto, demuestra que la probidad no está presente en la totalidad de la humanidad. En el desarrollo de nuestras funciones la falta de probidad resulta aún más grave y perjudicial, ya que del accionar profesional se desprenden perjuicios a la sociedad; por decir: Si un magistrado carece de probidad, no puede administrar justicia. Sus dictámenes no serán imparciales, ya que pueden estar determinados por vicios. De esta manera un juez que no es probo puede condenar a prisión a un inocente o dejar en libertad a un asesino. También, todos,...