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La apertura mental como fortaleza

Ocurre con la gente de mente pequeña lo mismo que con las botellas de cuello estrecho.
Cuanto menos contiene, más ruido hacen al vaciarlas.
                                                                 Alexander Pope
Podríamos decir sin equivocarnos, qué una buena parte de la población mundial, mantiene una tendencia que no va precisamente hacia la apertura mental. Intereses personales, fanatismos políticos y religiosos, machismo, discriminaciones hacia otras razas, etnias o géneros… es quizá un dato triste, pero es bien conocido el hecho de que muchas personas se mueven exclusivamente en sus propios intereses.
La intolerancia, los estereotipos, el prejuicio, el autoritarismo o el dogmatismo son conceptos totalmente opuestos a una mente abierta. Personas que incapaces de cambiar de opinión y que, de algún modo, presentan una actitud verdaderamente destructiva para todos aquellos que están a su alrededor. ¿Se puede evitar? ¿Podemos cambiarlos? Tal vez no.
Pero más que preocuparnos por los demás, es esencial que nos centremos en nosotros mismos. Toda mejora empieza por uno mismo, así que no dudes en practicar un sano ejercicio diariamente por el bien de tu salud emocional e intelectual: practica la apertura mental.

CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONAS CON UNA MENTE ABIERTA

-Es posible que tengas tu propia opinión, tus propias creencias. Pero te gusta escuchar cualquier idea y buscar nuevas informaciones para tener una visión más amplia de las cosas. Una visión más integradora de la realidad.
-Si dispones de una mente abierta, no te molestará ver evidencias que son contrarias a tus creencias u opiniones.
- ¿Te da miedo equivocarte? ¿te inquieta que te demuestren que mantenías una idea equivocada sobre un tema en concreto? Las personas con apertura mental no se sienten ofendidas cuando ocurre esto, su principal finalidad es siempre conocer la verdad sobre las cosas, de ahí que no solo acepte correcciones, sino que además se interesa por buscar más evidencias y evaluar continuamente lo que ve.
-Si dispones de una mente abierta, sabrás que toda idea debe revisarse, que no debes creer ciegamente todo lo que te dicen, lees o escuchas. Buscarás más opiniones, contrastarás información y estarás abierto a otros puntos de vista.

¿CÓMO PRACTICAR LA APERTURA MENTAL?

-No pienses que tu opinión y tus creencias son sagradas. Acepta nuevas opiniones.
No te creas todo lo que ves en la televisión o leas en los periódicos. Busca más información sobre las cosas en más medios: libros, entrevistas, foros de opinión…
Nunca tomes una decisión cuando estás bajo presión o envuelto de emociones negativas. Piensa en tus decisiones cuando estés más relajado y tranquilo, evita que te coacciones o te impongan determinadas cosas.
Nunca desprecies a nadie porque piensa de modo diferente a ti, es posible que sus creencias, sus opiniones, estén más cercanas a la verdad que las tuyas propias.
-Cambiar de opinión no es signo de debilidad o de inmadurez. Al contrario. El ser humano está en continuo crecimiento y en continuo aprendizaje. Solo las personas fuertes y maduras saben aceptar sus errores y encontrar nuevos caminos de sabiduría.
-Nunca dudes en cultivar tu inquietud, tu curiosidad y tu sentido crítico sobre la realidad que te rodea. Lee, viaja, experimenta, dialoga, discute, escucha, acepta…

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PROBIDAD    Probidad, la etimología nos remite a la lengua latina, ciertamente al término probitas. “honestidad y rectitud”. Puede decirse que la probidad está vinculada a la honradez y la integridad en el accionar, quien actúa así no comete ningún abuso, ni incurre en un delito. Lo contrario a la probidad es la corrupción, que implica un desvió de las normas morales y las leyes. En definitiva, es una virtud. La realidad, por supuesto, demuestra que la probidad no está presente en la totalidad de la humanidad. En el desarrollo de nuestras funciones la falta de probidad resulta aún más grave y perjudicial, ya que del accionar profesional se desprenden perjuicios a la sociedad; por decir: Si un magistrado carece de probidad, no puede administrar justicia. Sus dictámenes no serán imparciales, ya que pueden estar determinados por vicios. De esta manera un juez que no es probo puede condenar a prisión a un inocente o dejar en libertad a un asesino. También, todos,...