Este Post Cambiara Tu Opinión Sobre La Ira
La ira es una emoción frecuentemente incomprendida. Es común
creer que la ira es destructiva o que es el resultado de una mala actitud, pero
la verdad es más complicada que eso. La ira no solo es humana, sino que también
es una función necesaria. Aceptar que la ira es parte de la vida y conocer su
verdadera naturaleza es clave para utilizar esta emoción inevitable de manera
efectiva. Tenemos siete hechos:
1. La ira no es intrínsecamente mala.
Uno de los conceptos
erróneos más comunes sobre la ira es que sentir ira es malo. Los hechos son
bastante diferentes, ya que la ira es una emoción importante que está ahí para
alertarnos de que algo anda mal. Los adultos y los niños experimentan la ira de
manera diferente. Los niños, en su mayoría, sienten la ira como frustración.
Por ejemplo, se enojarán cuando no puedan tener algo que quieren cuando lo
quieren. Los adultos, por otro lado, se enojan cuando se sienten fuera de
control. Averiguar por qué nos sentimos enojados es el primer paso para
cosechar los beneficios de esta emoción.
2. La
ira puede estimular la motivación.
Ya que estamos en el tema de los beneficios, una de las mayores ventajas de la ira es que es una fuerza motivadora. Por lo general, expresar enojo está relacionado con la agresión. Sin embargo, la ira se puede expresar de infinitas formas. Si bien la agresión es uno de ellos, también lo son el asertividad y la resolución de problemas. Según Psychology Today, los escáneres cerebrales muestran que la ira activa significativamente la corteza anterior izquierda, que se asocia con comportamientos de acercamiento positivo. Además, los estudios han demostrado una activación predominante del cerebro izquierdo cuando los sujetos enojados perciben que pueden mejorar las cosas.
3. La ira tiene un
fuerte componente físico.
La ira es una emoción que se manifiesta a través de fuertes sensaciones físicas: músculos tensos, dientes apretados, latidos cardíacos rápidos y palmas sudorosas. La ira desencadena la respuesta de lucha o huida del cuerpo, al igual que lo hacen el miedo, la emoción y la ansiedad. Las glándulas suprarrenales inundan el cuerpo con hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol. Luego, el cerebro desvía la sangre hacia los músculos en preparación para el esfuerzo físico. Estas reacciones físicas pueden hacernos sentir como si la ira nos estuviera controlando, pero tratar de resistirlas solo empeorará las cosas.
4. La
ira y los arrebatos incontrolados pueden dañar la salud del corazón.
Si bien expresar de manera constructiva su enojo es físicamente beneficioso, arremeter no lo es. Los problemas para controlar la ira y los arrebatos de ira pueden tener consecuencias dañinas e incluso peligrosas. La ira es más dañina físicamente para la salud cardíaca. Un estudio publicado en el European Heart Journal encontró que el riesgo de un ataque cardíaco se duplica en las dos horas posteriores a un arrebato de ira, y también lo es el riesgo de sufrir un derrame cerebral. Otro estudio encontró que las personas propensas a la ira como rasgo de personalidad tenían el doble de riesgo de enfermedad coronaria que sus compañeros menos enojados. La buena noticia es que puedes aprender a controlar esas explosiones furiosas. La respiración profunda y las habilidades de comunicación asertiva son dos herramientas útiles cuando siente que está a punto de perder los estribos. Incluso puede que necesites cambiar entorno levantándose y alejándose.
5. El
perfeccionismo a menudo conduce a la ira.
Esforzarse por hacer siempre lo mejor es una cosa, pero creer que necesitas ser perfecto es algo completamente diferente. Algunos aspectos del perfeccionismo nos ayudan a avanzar hacia el éxito, pero esta cualidad también tiene un lado oscuro. En las últimas dos décadas, ha habido un aumento en el número de estudios que exploran la relación entre el perfeccionismo y la ira. Uno de esos estudios encontró que el perfeccionismo autodirigido está asociado con la ira y la frustración con uno mismo, mientras que el perfeccionismo prescrito socialmente está relacionado con la ira dirigida hacia los demás. Aprender a reemplazar la autocrítica con compasión y permitir la imperfección es un proceso largo, pero definitivamente vale la pena el tiempo y el esfuerzo.
6. La
agresión es hereditaria.
Como establecimos, sentirse enojado es normal y saludable. Sin embargo, expresarlo a través de la agresión no lo es. Si la violencia solo trae resultados negativos, ¿por qué es la reacción predeterminada a la ira? La sociedad moderna heredó esta tendencia de su pasado ancestral.
7. La
mejor forma de calmar la ira.
Se ha demostrado una y
otra vez que el humor y la risa son herramientas poderosas para reducir los
niveles de estrés y disolver la ira. Casi por definición, el humor representa
una forma diferente de percibir las cosas. Una broma o una risa compartida
pueden aliviar la carga pesada de la ira porque de repente ves el problema
desde una perspectiva completamente diferente. El momento en que cambia nuestra
percepción fundamental de algo se llama cambio cognitivo. Puede hacer que una
situación frustrante parezca tonta y menos significativa. Sin embargo, una
advertencia importante es que el humor es eficaz para disipar la ira cuando se
dirige a una situación y no a una persona.
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