Aunque pueda parecer egoísta, de vez en cuando debemos pensar en nosotros y dejar de hacernos daño al anclarnos en el pasado o al auto exigirnos más de la cuenta.
Amarnos a nosotros mismos es algo
primordial, pero, ¿Cuántas veces nos hemos sentido egoístas o engreídos al
hacerlo? Parece que cuidar de uno mismo está penado, por eso nos hacemos daño
sin ser verdaderamente conscientes de este hecho. Quizás creas que te cuidas al
intentar dar una imagen perfecta de ti mismo, al tratar de complacer siempre a
los demás. Contrariamente, te estás haciendo daño, no te estás respetando, no
te estás cuidando.
Hay muchas formas de hacernos daño, pero algunas son tan sutiles que apenas nos damos cuenta de ellas. Hoy descubriremos algunas para que empieces a ponerles freno. Piensa que hacerte daño a ti mismo te irá minando poco a poco y volviéndote una persona mucho más triste.
Te
haces daño cuando dices “sí” en vez de “no”
Complacer a los demás es una de
nuestras enseñanzas principales. Por algún motivo, nos han educado para que
seamos siempre amigables con el resto. Quedamos mal si decimos que “no” a una
petición que nos hacen y negarnos a hacer algo nos hace sentir mal.
En la sociedad en la que
vivimos no estamos acostumbrados a aceptar un “no” como respuesta. Sin
embargo, esto tiene que acabar. Te estás haciendo daño cuando antepones las
necesidades de los demás a las tuyas.
Tú vas primero, debes valorarte.
Si tú no lo haces, nadie lo hará.
¿Qué
podemos hacer para cuidar de nosotros mismos?
Además, puede ser una buena
práctica empezar a decir “no” si realmente quieres decir “no”. ¿Cuántas
cosas hay que no dices por miedo a cómo pueden reaccionar los demás? Esto puede
ser el inicio de un camino lleno de sinceridad para contigo y con los demás.
Te
haces daño si te exiges ser perfecto
Ligado con lo previamente
mencionado, creemos que ser perfectos ante los ojos de los demás es lo que
tenemos que hacer. Esto tan solo provoca miedos ante
el fracaso y los errores que cursan con sentimientos de culpa. Para empezar a
dejar de exigirte ser perfecto, debes
escapar de las opiniones de los demás. Si te dejas llevar por ellas, al final,
dejarás de ser tú mismo y te convertirás en lo que las demás personas quieren
que seas. Es saludable escuchar las opiniones ajenas, pero dejar que estas
influyan en tu persona tan solo te hará daño. No serás feliz siendo algo que no
eres, intentando ser perfecto cuando sabes que todos somos sumamente
imperfectos.
Te
haces daño si no te das caprichos
Está bien reservar ciertos gustos
para situaciones especiales, pero si continuamente estás posponiendo algo
que quieres realizar, al final nunca terminarás disfrutando de
ello. Unas vacaciones, un concierto, un regalo, esa chaqueta que tanto querías…
Piensa que tan solo tenemos una
vida y que, si ahora no la vives, ¿cuándo lo harás? El tiempo pasa rápido y
quizás mañana ya no puedas realizar eso que tanto ansiabas. Deja de posponer lo
que quieres hacer. Simplemente, ¡hazlo!
Es fácil decirlo, pero también es
sencillo hacerlo. Tan solo tú te estás limitando y, por lo tanto, solamente tú
puedes eliminar esas barreras. Si deseas darte un capricho, no te
reprimas. La vida está para disfrutarla, no para reprimirla.
Te
haces daño si no vives el presente
A lo largo de nuestra existencia
cometeremos muchos errores y equivocaciones de las cuales nos arrepentiremos.
El éxito está en saber aceptar
nuestra condición de no ser perfectos y de aprender de todo aquello que
nos ha hecho daño o que nosotros hemos provocado.
No obstante, residir en el pasado
a veces nos ata más de lo que debiera. Nos cuesta soltarnos y librarnos de
ese pasado que
tan solo nos consume, que nos vuelve personas amargadas y tristes y que no
logran superar una situación que no se volverá a repetir. Porque lo pasado ya
ha quedado atrás y ahora es el momento de vivir el presente. Al igual que con
los caprichos, tú vives en el aquí y ahora. Esto es lo único que importa, el
único tiempo al que debes aferrarte con verdadera fuerza.
Comentarios
Publicar un comentario