La procrastinación (del latín procrastinare: pro, adelante, y crastinus, mañana), postergación, dejar o retardo, Es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables por miedo o pereza a afrontarlas. No obstante, el alivio temporal que sentimos cuando procrastinamos es lo que realmente hace muy vicioso el círculo. En el presente inmediato, suspender una tarea brinda alivio. Esta es precisamente la razón por la que la procrastinación tiende a no ser un comportamiento una vez, sino un círculo, uno que fácilmente se convierte en un hábito crónico.
Cuando procrastinamos, hay partes de nuestro cerebro que realmente piensan que las tareas que estamos suspendiendo —y los sentimientos negativos que las acompañan y que nos esperan del otro lado— son problema de alguien más.
Para empeorar las cosas, somos incluso menos capaces de tomar decisiones bien analizadas y orientadas al futuro en medio de una situación de estrés. Cuando nos enfrentamos con una tarea que nos hace sentir ansiosos o inseguros, la amígdala —la parte del cerebro que funciona como “detector de amenazas”— percibe esa tarea como una amenaza genuina, en este caso a nuestra autoestima o nuestro bienestar. Incluso si intelectualmente reconocemos que suspender la tarea nos creará más estrés en el futuro, nuestros cerebros están todavía conectados para preocuparnos más por eliminar la amenaza en el presente. Los investigadores llaman a esto “secuestrar la amígdala”.
Si alguna vez has retrasado una cita con el dentista, has pospuesto para el próximo mes el propósito de apuntarte al gimnasio y nunca encuentras el momento de ordenar esos malditos papeles o arreglar el grifo de la cocina que gotea... tranquilo, no eres el único. Aplazar los asuntos pendientes, o dejar para mañana lo que podrías hacer hoy, es una costumbre muy humana conocida como procrastinación. Y es
muy habitual a pesar de que tiene un coste elevado, ya que los retrasos evitables generan pérdidas de productividad, además de causar estragos emocionales, principalmente mermando la autoestima.
Científicos de la Universidad de Constanza (Alemania) han estudiado a fondo la procrastinación y han llegado a la conclusión que las personas se comportan así porque creen que el día de mañana será más adecuado para poner en práctica lo planeado
Según diversos estudios, el 20 % de los adultos se autoperciben como procrastinadores crónicos, un porcentaje que aumenta hasta el 50 % en la población estudiantil. A tal punto que muchos trabajos aluden al llamado "síndrome del estudiante": la tendencia a comenzar las tareas lo más tarde posible, tras desperdiciar mucho tiempo en el comienzo del plazo asignado, y llegar a la fecha límite sometido a elevados niveles de estrés.
¿Es un trastorno? No, no está reconocido como tal. Es solo una tentación en la cual la mayoría de las personas caen en algún momento. Un especialista en esta cuestión, el psicólogo Joseph Ferrari, profesor en la Universidad DePaul en Chicago, Estados Unidos, explica que "todos procrastinamos, pero no todos somos procrastinadores". Estos últimos son -según esta definición- quienes posponen sus obligaciones de manera recurrente. Es decir, quienes hacen de la dilación una forma de vida.
TRAMPAS
¿Te suena? Estas son algunas de las trampas más habituales que nos desvían de nuestra tarea, y con ellas entramos en el bucle de la procrastinación.
1. Revisaré primero mis e-mails
2. Echaré un vistacito al periódico antes de empezar a trabajar
3. Me tomaré un café y luego ya me pondré a funcionar
4. Voy a echar una partidita al solitario para relajarme
5. Veré un rato la TV para distraerme
6. Daré un paseíto para despejarme
7. Me aburre hacer esto, ahora haré esto otro, que me gusta más
CAUSAS Y ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO
¿Por qué postergas tú determinadas cuestiones?
Causa 1. Porque no te gusta esa tarea, ese trabajo o ese deber; de modo que lo dejas de lado el mayor tiempo posible.
Estrategia 1. Estudia la posibilidad de automatizarla, delegarla o intercambiarla con un compañero o compañera.
Causa 2. Porque no sabes cómo resolverlas.
Estrategia 2. Pide ayuda - Pide consejo - Infórmate – Fórmate
Causa 3. Porque te falta tiempo.
Estrategia 3. Ordena tu espacio de trabajo y planifica tu tiempo. Dedica un periodo concreto de tiempo al día para ir realizando tu objetivo. Prioriza: distingue lo urgente de lo importante.
Causa 4. Porque no sabes si realmente quieres hacer lo que te propusiste
Estrategia 4. Revisa tu objetivo analizando tu situación actual. Si no es prioritario para ti, apárcalo definitivamente.
Causa 5. Porque tienes un bloqueo y necesitas un impulso para comenzar.
Estrategia 5. Tu problema es encontrar el momento para empezar; a nuestro cerebro le cuesta arrancar. Cuando la magnitud del objetivo te abrume y paralice, divídelo en pequeñas tareas. ¡Divide y vencerás!
Causa 6. Porque necesitas tiempo para reflexionar
Estrategia 6. Se trata de una postergación creativa, que es apropiada y necesaria. Inviertes tiempo para reflexionar antes de comenzar. En algún momento, estarás a punto y todo te saldrá sin esfuerzo.
SEIS CONSEJOS PARA DERROTAR LA PROCRASTINACIÓN
La prestigiosa Universidad de Harvard, de Estados Unidos, publicó una lista de seis claves para sentir "más grandes y más reales" los beneficios de la acción, y que a su vez esta no parezca tan costosa. Son las siguientes:
Visualizar lo bueno que será haberlo hecho.
Contar a los demás lo que se va a hacer.
Evaluar los perjuicios de la inacción.
Identificar el primer paso.
Darse pequeños premios por cada avance.
Eliminar el "bloqueo oculto
Comentarios
Publicar un comentario