
El raciocinio, tercera especie de operación mental, por cuya virtud el entendimiento humano progresa de unas verdades a otras. Sin el poder de raciocinar, el hombre poseería el conocimiento de las operaciones inmediatas que hacen de principios de la ciencia, pero le faltaría precisamente esta, por donde es indudable que la facultad discursiva representa en el hombre una perfección, dada la peculiar índole de su entendimiento El hecho de que unas verdades sean derivadas de otras prueba que el entendimiento humano únicamente está en acto respecto de las enunciadas en las proposiciones inmediatas; con relación a las demás verdades, precisa de un cierto cambio o movimiento intelectual, en que consiste justamente el raciocinio. El raciocinio es, pues, aquella operación por la que el entendimiento humano transita al conocimiento de una verdad mediata. Y puede, en consecuencia, definirse como el acto por el que la mente pasa de lo conocido a lo desconocido valiéndose de sus conocimientos, lo cual exige que lo alcanzado en el raciocinio se halle de alguna forma en el comienzo de este, a saber: virtualmente o en potencia. Como operación mental, el raciocinio es un hecho, algo real v determinado en el curso de la vida de un sujeto, lo mismo que el juicio psíquico y que la simple aprehensión.

El acto u operación de discurrir, que es personal e intransferible, se denomina "raciocinio psíquico"; lo que en él se formula, "raciocinio lógico". Psicológicamente considerado, se trata de algo efectivo y concreto en la mente humana. Considerado, en cambio, de una manera estrictamente lógica, es un puro ente de razón, un simple nexo entre dos estructuras lógicas, una de las cuales hace de principio y otra de conclusión. El raciocinio psíquico es un acto simple, carente de partes. No es, en efecto, ninguno de los juicios que respectivamente formulan la verdad o verdades que hacen de fundamento y la que sirve de conclusión, sino la misma operación indivisible, consistente en captar la conexión entre esta, aquella. Es el acto mental que da sentido a la dicción "por consiguiente" cuando, por ejemplo, expresamos este raciocinio: "todos los hombres son mortales: Pedro es hombre; por consiguiente, Pedro es mortal". Sin este acto los tres juicios carecen de la unidad discursiva y no constituyen más que otros tantos episodios aislados en el dinamismo de la vida psíquica.
Hay, por tanto, un cierto parentesco entre el raciocinio psíquico y el acto de juzgar, merced al cual se oponen ambos a la simple aprehensión. El acto de juzgar, aunque simple en sí mismo, tiene un carácter sintético, puesto que enlaza o une dos conceptos (el del sujeto y el del predicado). El raciocinio igualmente es conectivo, por ser el acto mismo de integrar un fundamento y una conclusión. Y ninguno de ellos (juicio y raciocinio) se componen realmente de las cosas que enlaza, sino que son, psicológicamente considerados, el puro hecho de reunirlas en nuestra mente.

Por el contrario, el raciocinio lógico es algo compuesto. No es una operación; es la estructura, puramente ideal, que en ella se formula. Esta estructura tiene una materia y una forma. La materia son los juicios lógicos que sirven, respectivamente, de fundamento y de conclusión. En el ejemplo que anteriormente vimos, la materia son los tres juicios lógicos enlazados por el "por consiguiente". La forma es el mismo enlace especial que une a los elementos materiales, en tanto que unos son el fundamento y otro es la conclusión. En general, se llama antecedente a la materia que hace de fundamento, y consiguiente a lo que de ella se concluye, denominándose, en cambio, consecuencia a la unidad o conexión, puramente lógica, existente entré aquellos.

La relación de razón en que consiste la estructura lógica del raciocinio se constituye, pues, sobre un doble fundamento: extramental el uno y puramente psíquico el otro. El fundamento extramental es la misma real identidad del antecedente y el consiguiente de esa estructura. Aunque lógicamente distintos por su forma, ambos son realmente idénticos por su materia. Y el fundamento psíquico lo constituye la índole racional de nuestro entendimiento. La propia esencia del raciocinio exige que lo que cumple el oficio del antecedente sea la materia lógica de la cual pueda extraerse la conclusión. Y en segundo lugar, cuando se habla de un antecedente verdadero se significa también que ha de ser algo a lo que en sí mismo convenga la verdad, esto es, un conocimiento que, independientemente de su valor lógico en el raciocinio, sea verdadero
En efecto; es innegable que las cosas que se identifican con una tercera se identifican entre sí; que de
dos cosas que se identifican entre sí si la una es distinta de una tercera lo será también la otra; que lo que se afirma o niega de todo un género o especie debe afirmarse o negarse del individuo contenido en ellos, y, además, es también mucha verdad que las reglas de argumentación fundadas en dichos principios son infalibles.
De una manera esencial, el raciocinio se divide en dos especies: la deducción y la inducción. El raciocinio deductivo es el que procede de lo universal a lo particular, es decir, aquel cuyo consiguiente se fundamenta en una verdad más amplia que la que él mismo enuncia y bajo la cual esta se contiene. La inducción o raciocinio inductivo procede, en cambio, de lo particular a lo universal, ascendiendo, por tanto, desde un antecedente integrado por casos concretos hasta un consiguiente expresivo de una ley general.
Para el raciocinio deductivo se reserva usualmente la denominación de "silogismo", término que Aristóteles emplea para significar la operación mental en la que, puestas algunas cosas, algo distinto de ellas se sigue necesariamente, por el mero hecho de ponerlas; fórmula que igualmente conviene a la deducción y a la inducción, puesto que no expresa otra cosa que la estructura general del raciocinio en cuanto que este se constituye como una necesaria conexión entre dos partes distintas, que son el antecedente y el consiguiente. De hecho, sin embargo, se denomina silogismo sólo a la deducción o raciocinio deductivo. Como estructura lógica, el silogismo procede de lo universal a lo particular, en el sentido de que el antecedente contiene la razón general de lo que en el consiguiente se expresa de un modo específico o determinado, pero esto no significa que la conclusión no pueda ser una proposición universal. El silogismo es, pues, un raciocinio en cuyo antecedente se establece la prueba universal del consiguiente. En la medida en que es una prueba, el silogismo ha de proporcionar la evidencia mediata o indirecta de la verdad de la conclusión.
La prueba universal de la proposición "el hombre es un ser viviente" requiere que su sujeto y su predicado se identifiquen universalmente, lo cual sólo es posible si ambos se identifican con un tercero que sea universal. El silogismo se fundamenta directamente en el principio denominado dictum de omni, et de nullo: (lo que se afirma, o se niega, de un universal, debe afirmarse, o negarse, de todos sus inferiores). En la Antigüedad Sexto Empírico y en la Edad Moderna J. Stuart Mil, han sido sus principales detractores, por entenderlo como un "círculo vicioso".
Como todo razonamiento, la inducción se apoya en el principio de "contradicción" y en el de "conveniencia y discrepancia".
En general, toda prueba se apoya en la inflexión o giro que el principio de contradicción asume como principio de conveniencia Y discrepancia, capaz de mostrar, de una manera indirecta, la relación entre un sujeto y un predicado.
El entimema
La evidencia de estas verdades ha hecho que se contase entre las formas de argumentación el entimema, el cual no es más que un silogismo en que se calla, por sobrentendida, alguna de sus proposiciones. Reflexiones sobre el término medio
Todo el artificio del silogismo consiste en comparar los extremos con un término medio para deducir la relación que tienen entre sí. Cuando se conocen ya y se tienen presentes esos extremos y ese término medio; nada más sencillo que hacer la comparación; pero cabalmente entonces ya no es necesaria la regla, porque el entendimiento ve al instante la consecuencia buscada.
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