LA SOLEDAD NECESITA ROSTROS. SIN ROSTROS NO HAY SOLEDAD
Podríamos definir a la soledad como ese incómodo sentimiento que aparece ante la necesidad que tenemos de afecto o compañía, así como de pertenencia a un núcleo social. Al no verse satisfecha, puede generar una falta de autoestima o inseguridad la cual nos lleva a pensar que somos como una isla completamente aislada en medio de un mar inmenso.
Se deduce que la soledad es un modo que tiene el hombre de enfrentarse con el todo y con el ser de cada cosa. Es evidente que estamos en un terreno estrictamente filosófico; por lo tanto, podemos afirmar que de donde surge la filosofía es precisamente de aquella radical soledad del ser humano. "El pensamiento siempre es fruto de la soledad"
Friedrich Nietzsche nos dice que “la valía de un hombre se mide por la cuantía de soledad que le es posible soportar.
En esta tragedia Nietzsche nos recuerda “Dice Aristóteles que para vivir en soledad hay que ser animal o dios. Falta aclarar que hay que ser lo uno y lo otro: filósofo”
También está Cioran “Fuera de la música, todo, incluso la soledad y el éxtasis, es mentira. Ella es justamente ambos, pero mejorados.” Y, seguramente al más representativo defensor de la soledad, Schopenhauer: “La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes”[2] o “Sólo se puede ser totalmente uno mismo mientras se está solo: quien, por tanto, no ama la soledad, tampoco ama la libertad; pues únicamente si se está solo se es libre”.
La razón por la cual el hombre es un ser social, más que cualquier abeja y que cualquier animal gregario, es evidente: la naturaleza, como decimos, no hace nada en vano y el hombre es el único animal que tiene la palabra. Pues la voz es signo del dolor y del placer, y por eso la poseen también los demás animales, porque su naturaleza llega hasta tener sensación de dolor y de placer e indicársela unos a otros. Pero la palabra es para manifestar lo conveniente y lo perjudicial, así como lo justo y lo injusto. Y eso es lo propio del hombre frente a los demás animales: poseer, él sólo, el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, y de los demás valores, para ello la soledad en de necesidad.
La soledad no es negativa, siempre y cuando no la llevemos al extremo. Al contrario, tener momentos para estar con nosotros mismos de vez en cuando es necesario. Así, podemos chequearnos y ver cómo nos encontramos y sentimos, en lugar de pasar de lado. Si el miedo a la soledad te paraliza o evita que vivas feliz puedes comenzar por cualquiera de este ejercicio:
1. Lleva un cuaderno, libro o periódico contigo a un café y pasa un rato a solas.
2. No hagas caso a tu necesidad de revisar el celular o cualquier otro dispositivo cada minuto.
3. Concéntrate en disfrutar el momento y relajarte.
4. Cuando regreses del café, da un paseo, ve a la gente y deja que el tiempo avance.
Aprender a vivir en soledad con uno mismo es un verdadero arte, ya que social y culturalmente hemos sido educados para estar acompañados. El ideal es tener muchos amigos, ser sociable, tener fuertes conexiones con otros y ser parte de nuestro entorno. Esto lleva a muchos de nosotros a sentir miedo y ansiedad cuando sentimos que no encajamos.
La soledad es como el hambre, ya que ambas son sentimientos internos que se sacian mediante lo externo. La soledad tiene dos posiciones, una objetiva y otra subjetiva. Estar solo y sentirse solo son dos situaciones bien distintas.
Podemos citar los siguientes tipos de soledad:
SOLEDAD EXISTENCIAL
La más filosófica de las tres, ya que alude a la experiencia íntima e individual de cada uno de nosotros. "Desde una perspectiva existencial, sentirla un poco es bueno para el alma", aduce la psicóloga, "y definitivamente es una parte ineludible de la vida humana". Pero no por ello quiere decir que produzca sentimientos negativos, ya que básicamente se basa en la idea de que al igual que entramos solos en este mundo, solos saldremos de él.
SOLEDAD EMOCIONAL
A diferencia de la existencial, este tipo de soledad surge de una falta de relaciones sociales o apego con otras personas. Por ejemplo, puedes sentirla cuando todas las personas de tu círculo de amigos tienen una pareja estable o romántica, y tú no.
"No se puede forzar una amistad instantánea o encontrar al amor de tu vida de la noche a la mañana, pero puedes incrementar tus posibilidades de fortalecer los lazos con alguien y estar dispuesto a abrirte a los demás".
SOLEDAD SOCIAL
Este tipo de soledad se debe a la falta de relaciones sociales. Surge cuando una persona apenas tiene personas en las que depositar su confianza y se siente completamente excluido, por lo que se centra en su mundo interior. Además, en el caso de tener alguna relación, siente que nadie le entiende y que el resto solo quiere hacerle daño.
Cuando la experiencia de sentirse solo se vive en un contexto de aislamiento social, aumenta de forma considerable el riesgo de desarrollar disfunciones biológicas, angustia psicológica y problemas de conducta asociados.
SOLEDAD PATOLÓGICA
La doctora Frieda Fromm-Reichmann, pionera en el estudio de la soledad, ya lo describió a finales de los 50 en el primer texto científico que se conoce sobre el tema: «La soledad parece ser una experiencia tan dolorosa y aterradora que la gente haría casi cualquier cosa para evitarla”. Esta obviedad es, viene a determinar en si misma el carácter básicamente emocional de la soledad, ya sea esta experimentada como una oportunidad de crecimiento vital, o como un desequilibrio o trastorno del ánimo.
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