En otro orden de ideas, cabría preguntarse, - ¿con qué otras leyes o valores universales se interrelaciona la ley de compensación? Por ejemplo: - ¿cuáles son las relaciones entre el amor y las leyes de: afinidad,
Ahora bien, el amor es la ley matriz del universo y constituye el más antiguo camino que doctrina alguna pregonara. El jainismo, además del amor, centraba su atención en el recto camino y en la práctica del Ahimsa, es decir, la no violencia o el seguimiento de la vía pacífica. Quien sigue el amor como camino, en forma implícita está cumpliendo con la ley cósmica en su totalidad.
Existe una vertiente del amor, percibida, genialmente, por Platón en su diálogo El Banquete, que es digna de ser investigada más a fondo en estudios posteriores. Él expresa la idea de que, al amar algo o a alguien, es porque se experimenta la necesidad de ese algo o de ese alguien. Es aquí donde se interrelacionan las dos ideas del poder, la primera, inherente al amor como poder supremo del universo; y, la segunda, al poder potencialmente infinito del Espíritu humano, expresado, en forma equivalente, por la necesidad, de acuerdo a su respectivo grado.
El amor, como ley matriz, como ley cósmica integral, en sus funciones está asistida por otras leyes auxiliares como son:
1. La ley de afinidad: es la rectora del orden universal, ubica a cada ser y a cada cosa en el orden que le corresponde por su suma existencial.
2. La ley de justicia: el fiel de la balanza de la justicia divina indica el grado de compensación que debe aportar o recibir cada acto ejecutado, palabra emitida, sentimiento experimentado y pensamiento sostenido en la mente. Como decía Ralph Waldo Emersón: - “Cada acto tiene en sí mismo su propia compensación”-.
o La balanza de la justicia divina dispone de dos platillos,
el primero de los cuales representa a la igualdad. Igualdad en la ley y ante ella. Cada ser dispone de los mismos derechos y deberes que todos los demás, sin discriminación alguna. No existen privilegios algunos para nadie excepto los del propio mérito, el cual recibirá su respectivo salario cósmico o compensación, o el otro platillo de la balanza: representa a la ley de compensación, la cual compensa en forma equitativa cada acto ejecutado, palabra emitida, sentimiento experimentado y pensamiento sostenido en la mente.
- ¿Qué es la ley de compensación?
Cuando hablamos de ley de compensación, - ¿estamos refiriéndonos a la ley del karma, a la de causa y efecto, a la de acción y reacción y a la de siembra y recogida? Son variantes de una misma ley.
Todo lo que sucede en la vida de cada persona se debe a alguna causa activada previamente. Cada causa genera un efecto análogo. De acuerdo a la semilla sembrada se recoge el fruto. No hay manera alguna de escapar del cumplimiento de esta ley. Los pensamientos, los sentimientos y las emociones, las palabras y los actos generan compensación positiva o negativa; es decir: hay que recibirla o darla. Es una ley constructiva que busca el bienestar, la armonía y el equilibrio entre las partes y en la humanidad.
Podría definirse a la Compensación, como el “resarcimiento que se hace de algún daño, o perjuicio físico o moral, causado
Andrés Bello, en su Código Civil de Chile, da la siguiente definición: - “Cuando dos personas son deudoras una de otra, se opera entre ellas una compensación que extingue ambas deudas”-.
- ¿Existe, a nivel cósmico, una acción múltiple de la ley de compensación equivalente a la de la cámara de compensación en las instituciones bancarias? Sin duda alguna.
- ¿Cómo actúa la ley de compensación? - ¿Qué ejemplo podría permitirnos formarnos una idea práctica de su aplicación?
La suma existencial de cada ser, se expresa en tres vertientes: la primera, a nivel del espíritu: como estado de conciencia evolutiva, es decir, aptitud o capacidad de percepción o visión, mayor grado de comprensión y de hacer o dejar de hacer. La segunda, como registro de experiencia en el archivo espiritual ubicado en el alma –peri-espíritu-, que constituye la memoria de todos los ciclos de vida. Y, la tercera, como potencia espiritual, reflejado por el nivel del saldo existencial, por cuyo grado la ley de afinidad le ubica o reubica en el orden que le corresponde, del cero grado al infinito. Ese grado ejerce una fuerza equivalente de atracción y repulsión que le permite mantener el perfecto equilibrio u orden alcanzado hasta ese momento. Es decir, siempre se encuentra ubicado en el lugar que le corresponde de acuerdo a su nivel evolutivo actual. Si se desea cambiar de ubicación, es preciso cambiar la calidad e intensidad de los pensamientos y realizar los actos correspondientes al nuevo orden que se aspira alcanzar.
La ley de afinidad, de acuerdo al saldo existencial reflejado en la hoja de vida, por la justicia divina y una vez efectuada la debida compensación, ubica o reubica a cada ser en el orden que le corresponde en el concierto de todas las cosas. Esa es la primera vertiente de la ley de afinidad, es decir, ordenar a cada ser o cosa de acuerdo a su grado de similitud o afinidad, dentro de ciertos parámetros entre un mínimo y un máximo. La otra función de la ley de afinidad es la de contribuir a que se geste la afinidad entre seres antagónicos.
-¿Qué se entiende como efecto coercitivo de la ley cósmica?
En el Derecho positivo, se entiende como coerción al efecto de la representación mental que la persona se hace de la aplicación de la sanción contenida en la norma jurídica, en el caso de infracción, lo cual le inhibe a infringirla, o le impele a cumplirla, - Es un efecto debidamente calculado por el Legislador, cuya función, según Francisco de Vitoria, es hacer “buenos” -o virtuosos- a los seres humanos. Toda norma jurídica contiene un elemento de advertencia pedagógica, -efecto coercitivo- además del sancionador.
La ley cósmica, también ejerce su respectivo efecto coercitivo tendiente a desmotivar a la persona en particular a realizar determinados actos reñidos con los valores universales o con la ética; por ejemplo: en el mismo instante en que la persona concibe la realización de un acto reñido con la ética, experimenta un sentimiento de vergüenza y se representa la situación vergonzosa en que se vería envuelta en el caso de llevarlo a cabo, lo cual, cuando el mecanismo de la vergüenza funciona, la persona desiste de realizar el acto. Esto se conoce como el efecto coercitivo de la ley cósmica. Esta es la razón por la cual Séneca, en una epístola a Lucilo, le decía: - “Ese vicio, Lucilo es imposible que lo adquieras a menos que superes la vergüenza”-.
Esta acción coercitiva, se cumple, también, de otras diversas maneras: por una parte, por la acción pedagógica del Creador –o de la ley cósmica impresa en la conciencia- quien se comunica con el ser mediante los sentimientos inherentes a los valores universales expresados en la conciencia, donde, en el instante en que la persona piensa realizar un acto determinado, percibe, -en su conciencia-, un sentimiento de lo justo o de lo injusto del acto, que le sirve de guía aun cuando desconozca la normativa del Derecho positivo: él, o ella, sabe si el acto concebido es justo o no, si debe o no realizarlo.
De igual manera, tanto el honor como el deber, tienen efectos coercitivos para realizar determinados actos, así como para dejar de hacerlos, de acuerdo con las circunstancias. Cada uno de los valores universales tiene su respectivo efecto coercitivo o inhibidor en la conciencia. La conciencia es el maestro interior; su dictado es universal por cuanto en todos los seres expresa la misma enseñanza por medio de los sentimientos análogos a los respectivos valores. Allí reside el Ojo que todo lo ve y mediante su guía certera se distingue la verdad del error. Es el lugar en que el Creador Universal realiza su trabajo de Gran Pedagogo en forma silenciosa y efectiva, en el eterno presente. La conciencia es el vínculo indisoluble que une al Ser con el Creador; en esa íntima relación se deja oír la Eterna Voz que dicta las inmutables leyes y guía en los parajes existenciales. Es preciso oírla con mayor atención para conocer sus dictados.
Toda acción tiene su consecuencia; toda causa su efecto; toda siembra su recogida; y de acuerdo con la causa puesta en movimiento, se obtienen los resultados análogos y equivalentes. Si yo pongo las manos en el fuego, experimento el efecto correspondiente. - ¿Es eso un castigo? Es simplemente el efecto de una causa puesta en acción. El dolor es una señal de que hay que retirar la mano a tiempo para evitar hacerse daño; si no se hace, se experimentará la respectiva consecuencia.
Desde el momento en que la ley de afinidad, de acuerdo al saldo de la suma existencial de la persona, como veredicto dictado por la ley de justicia, y debidamente compensado por la ley de compensación, le ubica o reubica en el orden cósmico que le corresponde en el concierto de todas las cosas.
Eso, por un lado; por otro: la ley cósmica expresa: - “Quien odia, tendrá que amar” y “quien quita una vida, con sus besos la repondrá”.
En algunas ocasiones, el “efecto sancionador” de la ley cósmica se expresa bajo la modalidad de esterilidad en las mujeres cuyos espíritus, en ciclos de vidas anteriores quitaron vidas; ahora desean darlas, pero no pueden.
El mejor camino es el del amor, el de la justicia y el del bien común.
Constituyen una especie de guías espirituales a cuyo cargo reposa la vigilancia del bien universal. Desde la más remota antigüedad se ha reconocido su existencia y quien sabe ver, ve su inherencia en muchos aspectos de la vida diaria, que se presentan como coincidencias, aparentes casualidades, etcétera. Su principal medio de actuación es el de la inspiración”-.
Empero, es preciso recordar al “ojo que todo lo ve” impreso en la propia conciencia que percibe exactamente todo lo que acontece en pensamientos, sentimientos, palabras y actos, activando, instantáneamente, la ley de acción y reacción.
- ¿Existe un tribunal de Justicia Divina a semejanza de los de la dimensión física? Dicho en otras palabras: ¿Existe un gobierno espiritual? - ¿Cómo funciona? Empero, podríamos destacar tres vertientes:
1. La primera: El Creador Universal, como ley cósmica impresa en el Espíritu, ejerce funciones pedagógicas, coercitivas, sancionadoras y coactivas en la conciencia.
2. La segunda: De acuerdo a la ley de los reflejos, simbolizada en el sello de Salomón o estrella de seis puntas, y a lo expresado por Hermes Trismegisto, en la Tabla Esmeraldina,
“cómo es abajo es arriba” y viceversa, por lo cual, se percibe la existencia de un Tribunal de la Ley Cósmica integral a semejanza de los de la dimensión física, que es el instrumento ejecutor de la Voluntad Universal y/o ley cósmica.
3. La tercera: El Tribunal –órgano de la justicia humana- en la dimensión física, el cual constituye, a la vez, un instrumento del de la dimensión espiritual, o del Creador Universal, directa o indirectamente.
De análoga manera ocurre en lo relativo al Gobierno Espiritual.
Este es un tema apasionante, y clarificante sobre el sentido de la vida.
La vida, desde este punto de vista, adquiere un significado más profundo y realista y se hace más interesante vivirla, sobre todo a conciencia.
La instantaneidad de la acción de la ley de compensación, en base a cuyo saldo existencial la persona es ubicada o reubicada por la ley de afinidad en el orden que le corresponde. Realmente las dos cosas son relativamente ciertas y complementarias. La compensación de los actos se efectúa instantáneamente a la realización de los mismos, con lo cual se da el saldo existencial que reubica a la persona como en un nuevo eje alrededor del cual girará su nueva órbita existencial. Es decir, existe un asiento contable a nivel del libro de la vida que registra, instantáneamente, la compensación efectuada. Empero, el pago de la deuda o el cobro de la acreencia podría espaciarse en el tiempo de acuerdo a las circunstancias correspondientes en cada caso. Empero, el efecto tiene aplicación inmediata y la acción coactiva de la ley de afinidad que le reubica en el nuevo orden que le corresponde, de acuerdo al saldo existencial, también.
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