Ir al contenido principal

TU MENTE. TU MEJOR AMIGO Y TU PEOR ENEMIGO

 

¿Quién es tu enemigo? Tu mente es tu enemigo. Nadie te puede hacer más daño que tu propia mente indómita. ¿Y quién es tu amigo? Tu mente es tu amigo. Nadie te puede ayudar más que tu propia mente, entrenada sabiamente – ni siquiera tu propia Madre o Padre – Buda.

Tus pensamientos a veces hablan con un tono y las palabras salen en un monólogo demoledor repetidor. En otros momentos tus pensamientos empleando la voz necesitada del niño abandonado; a veces esa voz extremadamente ambiciosa. De vez en cuando se escucha la voz de la sabiduría, palabras amables y palabras cariñosas. La mayor parte del tiempo tus pensamientos son como una burocracia que continúa perpetuándose incluso cuando ha quedado atrás la necesidad, cuando en realidad se ha convertido en algo desagradable, restrictivo y posiblemente peligroso para ti.

Estarás pensando, “Sé todo esto, pero… ¿qué puedo hacer con esto? – quiero decir… ¿Qué puedo hacer con aquellos pensamientos que producen ansiedad, miedo e ira? Son imposibles de controlar. Cuando practicamos mindfulness y la meditación llegamos a experienciar nuestros pensamientos y, como consecuencia, muchas de nuestras creencias simplemente como imaginarias y muchas veces erróneas. 

La meditación significa que podemos cambiar nuestra relación con nuestros pensamientos y por tanto con nuestras emociones y sentimientos. Cuando les observamos estando conscientes y presentes, nos damos cuenta de su naturaleza efímera – cómo surgen aleatoriamente, se quedan un rato y luego desaparecen. Experimentamos que el simple hecho de tener el pensamiento no significa que tengamos que creerlo – Aún menos actuar sobre él.
Cuando meditas, descansas conscientemente del presente y te abres a la experiencia de una presencia atemporal más allá del reino del pensamiento. Es en este espacio donde puede ocurrir el verdadero crecimiento curativo. A medida que sigues meditando acabas dándote cuenta que te estás sintiendo no como un ego limitado tirado hacia aquí y allá, sino tal y como verdaderamente eres: la consciencia atemporal detrás de todo pensamiento.
Tenemos en nuestras manos una máquina super potente, la mente.
Una herramienta con infinitas posibilidades, capaz de lo mejor y de lo peor, según el uso que le demos.
Es la responsable de la realidad que vivimos cada uno de nosotros. Por ello más vale que le prestemos un poco de atención y hagamos por entenderla y empezar a llevarnos bien con ella. He podido reconocer que no se trata tanto de qué es lo que haces sino cómo lo haces, tu estado interno (tu nivel de conciencia) en ese momento.
LA MENTE COMO TU PEOR ENEMIGO
La mente en cualquiera de nosotros, cómo centro de operación independiente y actuando por sí misma, se puede convertir en un arma de destrucción masiva, para nosotros mismos y para los demás. Sólo hay que echar un vistazo a la cantidad de barbaries que somos capaces de cometer las personas: violencia de género, asesinatos, peleas, guerras, desastres ecológicos…
Y respecto a nosotros mismos, simplemente fíjate con la cantidad de estrés, ansiedad, nerviosismo o apatía que vivimos la gran mayoría de personas en nuestro día a día.
Encerrados muy a menudo en nuestros “problemas” y preocupaciones, sin ser capaces de escapar, de ver más allá.
Llegando a veces a situaciones límites cómo autolesionarse o el suicidio.
¿Sabes por qué? Porque estamos dominados por nuestra mente.
La mente en sí no es mala, ni mucho menos, es una máquina increíble, pero hay que saber usarla, o mejor dicho, no dejar que ella te use a ti. 
La mente trabajando al servicio de sí misma y de forma autónoma, es claramente disfuncional y capaz de hacer cosas horribles.
¿Cuántas veces has sentido que tu cabeza te va a explotar? ¿Que no puedes más, que no te soportas a ti mismo?
¿Con que frecuencia te sientes agobiado, aprisionado por pensamientos negativos que no paran de dar vueltas por la pasarela de tu mente una y otra vez y que no te aportan nada?
Alguna vez habrás podido comprobar en tus propias carnes que tu mente es capaz de consumir toda tu energía y hacer que te sientas exhausto, mucho más que si llevaras 3 horas haciendo footing sin parar.
Si pudieras decidir, ¿realmente decidirías tener esos pensamientos? Creo que no, nadie lo elegiría conscientemente, nadie en su pleno juicio decidiría infringirse sufrimiento a sí mismo.
El problema reside en que creemos que somos nuestra mente, nos identificamos con ella.
Esto hace que cualquier pensamiento que pasa lo agarramos cómo nuestro y creemos que somos eso.
El pensamiento se vuelve compulsivo cuando buscamos en él nuestro sentido de identidad.
Tu mente cuando actúa de forma independiente, no para de recordarte aquellas cosas que no te van del todo cómo a ti te gustaría y las sensaciones muy a menudo son insoportables.
Nos hacemos un daño terrible a nosotros mismos.
Nos volvemos esclavos de nuestra mente.
En vez de usarla, ella nos usa a nosotros.
Déjame que te diga que hay solución, pero la solución no está en la mente, está más allá de la misma.
Debes despertar tu conciencia para poder reconocer quién y qué eres realmente.
Tú no eres tu mente, no eres tus pensamientos ni tus emociones, eres mucho más que eso.
Eres algo mucho más vasto y extenso. Una inteligencia mucho mayor.
LA MENTE COMO TU MEJOR AMIGO
Cuando despiertas y pones tu mente al servicio de lo que realmente eres, llámalo esencia, Ser, consciencia (da igual, son sólo palabras que señalan hacía algo mucho más profundo que no se puede definir conceptualmente), la mente se convierte en tu fiel servidor y eres capaz de conseguir cosas increíbles.
Empiezas a sentirte dueño de tu propia vida, coges el mando y dejas de ser una marioneta sin rumbo.
Ya no es tu mente la que te usa a su antojo, eres tú el que usa al instrumento.
Es una sensación de libertad y bienestar tremenda.
Para ello es necesario empezar a tomar distancia, separarte un poco y observar cómo funciona y todos los pensamientos que pasan por ella. Sólo así podrás ponerte de pie en tu vida y crear la realidad que tú decidas.
Para aumentar tu nivel de conciencia y empezar a dejar de ser esclavo de tu mente y vivir más libre, puedes empezar a dar el primer paso ahora mismo.
Estas son algunas ideas que pueden ayudar:
. - Trata de observar tus pensamientos.
. No los juzgues, no los critiques, no luches contra ellos. Simplemente estate ahí cómo observador y presta atención a todos los pensamientos que pasan por tu cabeza, cómo si estuvieras sentado viendo pasar nubes.
. Empieza a observar la voz que habla dentro de tu cabeza.
. Observando tus pensamientos vas cogiendo distancia con ellos, poco a poco te vas dando cuenta que tú no eres eso, dejas de identificarte con ellos.
. Es el principio del fin del pensamiento compulsivo e involuntario.
. - Presta atención a tu respiración.
. La respiración es algo que ocurre en tu cuerpo normalmente de manera automática e inconsciente.
. Otra forma de salir de la corriente de pensamientos es llevando atención/consciencia a tu propia respiración.
. De esta manera, al focalizar la atención en la respiración, la retiras de tu mente y retomas el contacto contigo mismo, con tu presencia.
. Simplemente, cada vez que te des cuenta que estás inmerso en un torrente de pensamientos repetitivos y automáticos, haz lo siguiente: para, respira hondo y trae la atención a tu respiración.
. Haz 3 o 4 respiraciones profundas y verás cómo tu mente se va aquietando poco a poco.
. - Atención plena.
. Hagas lo que hagas, trata de estar allí, de estar concentrado en lo que estás haciendo, de ser uno con la situación, con el momento presente.
. Si estás manteniendo una conversación con un amigo, estás jugando al tenis o haciendo la comida, dedica plena atención a lo que estás haciendo en ese momento, dale toda la importancia al momento presente.
. Por supuesto, es necesario dedicar tiempo a planificar tu día o semana. Pero una vez hayas decidido que es lo que vas a hacer, en lo que decidas estar, estate.
¡Ahora te toca a ti!
¿Te has parado alguna vez a escucharte, a ser consciente de esa voz que no para de hablar constantemente dentro de tu cabeza?
Ten paciencia, no tengas prisa, no desesperes. Todo depende el uso que le des o mejor dicho, si eres tú el que usa tu mente o es ella la que te usa a ti.











Comentarios

Entradas más populares de este blog

La vida es bella

A pesar de todas las vicisitudes que pasa la humanidad, nos toca seleccionar de nuestro paso en esta; las cosas y acciones que nos dan cierta satisfacción y convierten nuestra vida en momentos de complacencia y posibilidades de continuar y continuar...

UN SABIO DIJO:

LA SABIDURÍA DEL SILENCIO INTERNO

LA SABIDURÍA DEL SILENCIO INTERNO Habla simplemente cuando sea necesario. Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca. Sé breve y conciso, ya que cada vez que dejas salir una palabra, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu vitalidad. De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía. Nunca hagas promesas que no puedas cumplir. No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de energía. Si no tienes nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor quedarse callado y no decir nada. Aprende a ser como un espejo: Escucha y refleja la energía. El universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado, porque el universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones y nos envía el refl...