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DESARROLLAR LA AUTOEDUCACIÓN

 -“Un vínculo se establece entre las personas que han leído el mismo libro”-

Ralph Waldo Emersón

-“Leer, no para contradecir o invalidar, ni para creer o dar por sentado, sino para ponderar y considerar”-

Francis Bacon

-“La biblioteca infinita del universo está en la mente”-.

Vivekananda

La mente tiene tantas áreas que fungen de almacén de conocimiento como diferentes clases de saber existen. Por tal motivo, toda persona, por medio de múltiples y variadas lecturas, estimula el desarrollo del mayor número posible de áreas de su mente.
La lectura, ensancha y amplía la visión del mundo en que se vive. Con mejor percepción de lo que le rodea, tanto la mujer como el hombre pueden cumplir eficazmente su misión en la vida. La lectura es el medio de comunicación con el área de la mente donde se archiva el conocimiento que se está leyendo.
Pero, el estudio de temas determinados permite establecer contacto con las áreas mentales del autor y las de quienes participan en la ecología mental, en esa esfera perceptiva, cuya sintonía abre una perspectiva mayor a los canales, para que fluya el conocimiento de las mentes afines.
En las actuales condiciones de la vida moderna, es preciso desarrollar más y mejor las facultades mentales, siendo el recurso más asequible el de la lectura.
Es necesario una activa reeducación personal, enfocando, periódicamente, la propia atención hacia aquellos elementos que son indispensables para el logro de una personalidad dinámica y la perfección de los conocimientos que permitan la evolución del ser.
Se vive en un mundo que avanza sin pararse, alcanzando, cada vez, niveles evolutivos más elevados, por lo cual, para cumplir con la más sublime condición de seres pensantes y optimizar el cumplimiento del rol asignado es conveniente conocerse más y mejor y compenetrarse con las leyes que rigen el universo.
Cada persona, en la búsqueda de ese conocimiento gradual, emplea toda su existencia, en cada ciclo evolutivo. La lectura y la investigación son los medios indispensables para la satisfacción de la necesidad que representa un mayor desarrollo cultural e intelectual y una visión más amplia del ser humano en la naturaleza.
¿Qué hace la lectura? 
El cerebro está formado por lo menos ochenta mil millones de células llamadas neuronas, las cuales forman los diferentes centros direccionales del mismo. Ellos constituyen el mecanismo de control mediante el cual un ente denominado espíritu desarrolla las funciones que caracterizan a la persona como ser pensante y racional. Entre el espíritu y el cerebro –y el cuerpo físico en general- existe un ente intermedio denominado alma, que enlaza a ambos, y que constituye el verdadero ordenador mental –computadora- y a la vez es el archivo del ser, donde se recogen sus experiencias de múltiples ciclos de vidas, El cerebro representa el instrumento físico y centro de control receptor-emisor mediante el cual se interactúa con el mundo material. Empero, el gran disco duro de la memoria, -como archivo, lo constituye el alma, que conserva, en el eterno presente, el caudal de conocimientos acumulados en el tiempo.
Al abordar, cada persona, los diferentes campos del conocimiento, desarrolla, activamente, a las áreas que lo procesan, lo cual, la hacen más grande mentalmente no sólo por el caudal adquirido, sino por lo que el desarrollo en sí representa.
Mientras mayor sea el número de temas de estudio abordados, en igual cantidad se activan las áreas del cerebro –y de la conciencia-, cuya interrelación amplía la visión existencial; permite, a la vez, la sintonía con dichas fuentes cognoscitivas y abre los canales correspondientes de la ecología mental de la cual fluyen nuevas ideas de acuerdo a las inquietudes de los tiempos y por la ley de asociación, cada nuevo conocimiento, generando, intuitiva e inspirativamente, estimula otros análogos, como una manera de iniciación espiritual.
Por la ley cósmica, el ser, -espíritu, alma y cuerpo- pide más de lo que se le da; mientras más se lee, se incrementa el deseo –y la capacidad- de hacerlo, por lo cual, a la vez que se lleva a cabo con mayor facilidad, proporciona estímulos más abundantes con satisfacción equivalente.
La lectura significa, para la mente, -espíritu, alma y cerebro-, lo que la gimnasia para el resto del organismo. El ejercicio revitaliza los órganos, aumentando, éstos, la capacidad para su funcionamiento óptimo. La manera de mantener activas y llenas de vitalidad a las neuronas cerebrales y todo el aparato –ordenador-, es mediante un período de una hora de lectura dinámica, reflexiva y meditativa, como mínimo.
Fórjate el hábito de leer una hora diaria y verás cómo, además de mantener vigorosas tus neuronas y los diferentes centros direccionales y psico-cognoscitivos de la mente, contribuyes, además de la adquisición de una personalidad dinámica, a desarrollar, activamente, la facultad de la imaginación sintética y creativa, es decir, con la primera, a interrelacionar diferentes aspectos de la realidad para innovar, o crear, nuevas aplicaciones de bienes o servicios; y, la segunda, para crear nuevos bienes y servicios conectando con la Inteligencia Infinita, sin hacer uso de un conocimiento preexistente, facultad ésta que, al igual que los grandes genios, en estado potencial y en diferentes grados, la poseen todas las personas.
-“Es bueno vivir en contacto, por el pensamiento, con los escritores de talento, con los autores grandes de todos los tiempos y de todos los países, leyendo, meditando sus obras, impregna todo nuestro ser con la sustancia de su “espíritu”. Las radiaciones de su pensamiento despertarán en nosotros efectos semejantes y atraerán a la larga modificaciones de nuestro carácter por la naturaleza misma de las impresiones percibidas”-.
León Denis
En el ser humano está latente la necesidad de una mayor preparación cultural y el desarrollo activo y continuo de su personalidad. El medio asequible es la lectura, la cual enriquece, gradualmente, la propia naturaleza humana a un nivel más alto de evolución y perfección.

¿CÓMO ORIENTAR EL PROGRAMA DE AUTO-EDUCACIÓN?
En lo personal, estudia tus carencias y aptitudes; optimizas estas últimas y transmuta, las primeras, mediante una estrategia situacional. Tanto unas como las otras imprimen un sentido direccional a tu vida. Por una parte, constituyen la suma existencial de tu pasado y, por la otra, la dirección en que debes capitalizar el presente y el futuro, en esto la autoeducación es importante
Lee las biografías de los grandes seres, en loa cuales encontrarás la respuesta a muchas de las inquietudes que ocupan tu mente, a la vez que imprimen el sello modelador de los grandes genios a tu personalidad. Ten presente que tus lecturas reflejan quien realmente eres.
Entre las fuentes que es preciso incluir en un plan de lectura, se encuentran:
1. La hindú, como los Vedas, las leyes de Manú, los Upanishads, el Mahabharata, las enseñanzas de Sidharta Gautama.
2. La china: Los cinco libros de Confucio, el Tao te king, de Lao Tse; el I Ching.
3. La griega: Las obras de Homero La Íliada y la Odisea; Los aforismos de los siete sabios, Los versos de oro, de Pitágoras, Los nueve libros de Herodoto, todas las obras de Platón, Aristóteles.
4. La Neoplatónica: Anmonio Saccas, Plotino, Porfirio.
5. La latina: Las obras de Cicerón, Séneca, Marco Aurelio, Julio Cesar, Horacio, Ovidio, Apuleyo.
6. La egipcia: La salida del alma a la luz del día,-Libro Egipcio de los muertos-, el Corpus hermeticum, de Hermes Trismegisto, entre otros.
7. La persa: El Zend Avesta, de Zoroastro.
8. La árabe: El Corán, de Mahoma, y todas las obras sufíes, de Abulabás Ben Alarif de Almería.
9. Los clásicos de todas las épocas, italianos, ingleses, castellanos, franceses.
10. Parapsicología, Reencarnación: Esta es el área de mayor relevancia para el conocimiento del ser, de la vida y del universo
12. Clásicos latinoamericanos: El Popol Vuh, Garcilaso de la Vega, -el Inca-, Andrés Bello, José Martí, Rubén Darío, Gabriela Mistral, Octavio Paz, Arturo Uslar Pietri, Rómulo Betancourt, Amado Nervo, Jorge Luis Borges, José Enrique Rodó, Gabriel García Márquez.
13. Obras de divulgación científica, y las principales en todas las áreas del propio interés
Estudia sin límites aquellas áreas del saber universal que más inquieten tu ser interior. Desarrolla un programa para escribir cien tesis sobre temas diferentes. Imponte el objetivo de dar, periódicamente, una conferencia como un ejercicio intelectual y observarás como la mejor manera de aprender es enseñando.
Cultiva la generosidad y comprométete en una obra altruista y de utilidad social. Ten presente que, para recibir, primero hay que dar. Cultiva el poder del amor, de la sabiduría y de la sana y positiva humildad o sencillez.
Aspira al bienestar que produce la riqueza integral. Haz de la lectura tu instrumento para la realización personal y el dominio de la vida.
La lectura es una activa y continua conversación con la gente más sabia de todos los tiempos y países. La influencia positiva que los escritores ejercen sobre quienes leen sus obras es tangible y palpable desde el primer contacto. Un solo libro puede transformar la vida de millones de personas, en diferentes naciones, durante generaciones o siglos.
Se observa, fácilmente, como en las personas cultivadas mediante hábitos activos de lectura, su personalidad se va desarrollando constantemente, y, con el pasar de los años, su presencia física va embelleciéndose.
De igual manera, con el estudio, todas las facultades mentales mejoran con el pasar del tiempo. Por eso, se ve como en la edad madura la capacidad de hacer más con menor esfuerzo y tiempo es una condición natural, lo cual se potencia, óptimamente, con la amplia y variada lectura, que incrementa, además, la visión de la vida, característica esencial para convertirse en líder.
Cuando se leen las obras de grandes escritores y escritoras y se compara el contenido de sus escritos en las diversas etapas de su vida, se va observando como el efecto de la lectura va modelando, gradualmente, la profundidad de su pensamiento, fruto del alimento constante recibido con su contacto asiduo con las obras de todos los tiempos y épocas.
Quienes han alcanzado un excelente nivel como intelectuales, relatan que, desde temprana edad, se abocaron a la lectura, sobre todo de los clásicos universales. Gabriel García Márquez, sistemáticamente los fue leyendo, todos, obra tras obra, sin dejar de lado, al inicio, el Amadís de Gaula. De igual manera hizo Arturo Uslar Pietri, quien hasta las dos obras clásicas de Bufalo Bill, -masón ilustre y héroe legendario del oeste americano- incluyó en sus tempranas lecturas, pasando por el análisis de los grandes valores humanos y universales, como lo denotan sus diferentes obras.
Andrés Bello, -el primer humanista de América-, no dejó tema alguno sin estudiar, como se observa en los 24 volúmenes de sus obras completas. El maestro Bello es uno de los más grandes paradigmas y la mejor guía para orientar un programa efectivo de lectura y de estudios con enfoque integral. Su libro sobre Crítica Literaria es una de las mejores síntesis de la literatura universal.
La biblioteca de Tomás Alva Edison albergaba, en sus estantes, más de 60.000 volúmenes en todas las áreas de su interés y estaba suscrito a las revistas más importantes de su época, a nivel mundial.
Otra de las ventajas de la lectura diaria es que permite ejercitar un área cerebral diferente de la usada durante el día, aportando verdadero descanso, por cuanto la mejor manera de reposar es pasando de una actividad a otra, con lo cual se utilizan diferentes departamentos mentales.
Se comprende fácilmente que, al mantenerse vivas, y activas, las neuronas, por el ejercicio de la lectura, se alarga en algún grado la vida, sobre todo con pleno uso, y goce, de las facultades mentales, como beneficio colateral.
La lectura tiene una enorme cantidad de objetivos, como son, por ejemplo: placer; trabajo-investigación; para el desarrollo profesional; estimulante, para el autocultivo de la personalidad.
Leer permite cultivar la amistad de todos los grandes escritores. y pasar largas horas en su grata compañía, conociendo íntimamente sus pensamientos, lo que ocupó sus mentes, sus experiencias, actitudes frente a la vida y a los acontecimientos.
El placer de leer, es como saborear los alimentos; cada lector –o lectora- tiene su ritmo; es preciso encontrar el propio; pero, recuerda, nadie te está apurando, tómate tu tiempo y disfruta tu período diario de lectura, de ser posible escuchando música clásica de maestros de tu preferencia, con lo cual se alcanzan niveles profundos, y creativos, de conciencia y comprensión.
Con el tiempo, la capacidad de leer mejora integralmente, y el gusto, -y la experiencia-, también.
La guía infalible es la prueba del tiempo que deja intactos a los clásicos inmortales. Experimentando, inmediatamente, el más enriquecedor sentimiento de autorrealización. Con persistencia llegas a tu sublime meta.
Existe un aspecto de gran interés relativo a la lectura que es preciso tener en cuenta. Al leerse un libro, es probable que, en forma inmediata, al tratar de recordar el contenido de lo que se ha leído, pese al respectivo esfuerzo, sólo pueda recordarse una parte y a veces mínima. Empero, en los días siguientes, y cuando menos se piensa en ello, comienzan a recordarse aspectos de lo leído y van surgiendo ideas adicionales al respecto, como una meditación espontánea y natural. La persona, generalmente, suele recrearse, mentalmente, con los recuerdos y/o imágenes que van emergiendo en la pantalla mental.
¿Qué es lo que ha ocurrido o suele ocurrir en estos casos? Al terminar la lectura del libro o del respectivo capítulo a que hace referencia el recuerdo, la mente busca los contenidos mentales de las informaciones o conocimientos objeto de la lectura, ya no en el libro, en forma objetiva, sino hacia dentro, en forma subjetiva, es decir, en la memoria. Realmente, ¿dónde reside la memoria? La memoria, contrariamente a lo que se piensa, no está archivada en el cerebro físico, quien únicamente cumple funciones de receptor.
Este proceso -y el mecanismo inherente- es el mismo que se utiliza en la intuición, en la inspiración y en la meditación, así como en cualesquiera otras manifestaciones de las facultades.
Es decir, la lectura estimula, paralelamente, el proceso de percepción extrasensorial en cualesquiera de sus formas o variantes de expresión: telepatía, clarividencia, intuición, inspiración, voz interior, percepción imaginación creativa o sintética, expresión psico-cinética, es decir de incitación a la acción o al reposo.
Lectura meditativa o reflexiva es importante en la adquisición de una cultura de corte universal, bien sea en vertiente clásica o en la profesional.

















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