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LA DANZA DEL EQUILIBRIO

 LA SENDA DE LAS ESTRELLAS

«Conversar con la diva Libra, sentir cómo desliza su equilibrio en el silencio y que se desvanezca el ruido de las redes generales.»
Desde hace muchos miles de años, nuestro planeta se debate entre la paz y la guerra, entre el poder y la esclavitud, entre la riqueza o la carencia de todo.
Siempre un compromiso permanente entre dos opuestos, un conflicto que unas veces nos amarga la vida y otras pretendidamente la endulza.
Pero ya, ya es la hora de conducirnos a la armonía, a que renazca un revelado sentimiento de paz.
¡Que la paz sea el aire con el que respirar en un “nuevo mundo”!…
¡Y que ese mundo se abra a un nuevo horizonte de Luz…
¡No más patrias y banderas!
Una sola patria, ¡la Tierra!
Una sola bandera, ¡la Humanidad!…
Sentir el fresco de una noche en la playa y contemplemos las estrellas de Libra… escuchemos la música de las olas que cantan su paz en el silencio…  
Sentir la gravedad cero y experimentar… siquiera una pizquita…  la “Paz Profunda” que… con toda seguridad… a todos nos viene instalada de fábrica…
Y conversar con la diosa Libra… sentir cómo desliza su equilibrio en el silencio de este arenal y que se desvanezca… aunque sea por unos minutos… el ruido de las “redes sociales” … de tantos y tantos influentes de lo siniestro que se prodigan por las pantallas de una televisión entristecida por las guerras…
¡Pero no!… ¡unamos en el tablero de la Vida el desaliento a la esperanza!…
¡Señoras y señores!…
¡¡Para todos Vds. el “Gran Circo de las Estrellas”!!…
Bajo la carpa estrellada
esta noche la actuación de Libra “la misteriosa” …
Contemplen su mágica danza…

¡Sientan el equilibrio en ella!
¡No se la pierdan!…
¡Dejemos a un lado el ruido de las armas, pero no olvidemos la tragedia que producen!…
¿Acaso no necesitas contemplar un mar en el que comienzan a desvanecerse los últimos rayos del Sol y asoman las primeras luces de la Luna?…
Y que las olas… al aproximarse a la orilla… nos hablen acerca de sus cosas…  nos inviten a sentir su paz… a abrir nuestro Corazón a las noticias que ahora sí… procedentes de “Fuentes muy bien informadas del Interior” … parecen como querer ser voceadas a los cuatro vientos del silencio…
Hoy “la Dirección” …  ya sabes a Quien me refiero… ha montado la carpa bajo el manto de una noche magnifica… una de esas noches en las que el viento acaricia la cara… que nuestras manos perciben el tacto fresco y húmedo de la arena y nada impide que abramos nuestros sentidos a “Su Presencia” …
Y así la magia de la noche… entre ola y ola… que vuele libre nuestra imaginación… y que la cajita de nuestras “buenas cosas” conserve… como entre algodones… la sutileza de ese momento…
Te confieso que me resulta intenso y bendito el equilibrio de la nada entre el momento ya pasado y el que se anuncia…
Del momento justo en el que la ola de tu vida concluye su trabajo en la playa y justo antes de que de nuevo se retire…
Momento de equilibrio íntimo… personal… en el que todo el pasado y todo futuro carece de sentido…
Como si la matrix envolvente se deshiciera hecha añicos su irrealidad…
¡Que ausencia de todo y plenitud de nada!…
¡Que sutilidad equilibrada en el fiel de la Vida!
¡Que esplendida noche!…
¡Pero vaya!… ¿Quién atrae mi atención bajo la carpa de las estrellas?… ¿Tú que crees?… ¿No parece la diosa del “equilibrio”?…
Y su ritmo… ¿no es el ritmo de la armonía?…  ¿Meditando en sí misma… atenta… regalando la energía que busca fluir de ella y recogiendo la que a ella llega?…
¡Que elegante balanceo de la mano derecha y como contrabalancea la mano izquierda!… Un balanceo que anula uno al otro y ambos… al tiempo…  una expresión de la quietud en eterno movimiento…
Cómo queriendo mostrar que donde no hay violencia… no es preciso impartir sosiego…
Como ajena a los “pares de opuestos” …
¡Que misterio!…
¿No sugiere la danza de un “Algo” indefinible?… ¿Un “Algo” que siempre invita a no contemplar con ojos humanos las cosas de los hombres… sino a sopesar y equilibrar las cosas de la vida con la balanza de la comprensión y la compasión?…
Y deseo… seguro que tú también… ¿no deseamos… acaso… percibir la paz del equilibrio?…
Escuchar y percibir como resuena la profunda tonadilla mágica de una flauta… la melodía silenciosa que aquieta la fuerza de toda acción excesiva… melodía que apacigua los sentimientos más exaltados… y que serena el desbordado torrente creador del pensamiento…
Y que gozo cuando en el momento más íntimo… cuando nada parece interponerse entre ti y el silencio… ¿acaso no te sientes actor, equilibrista y hasta el notario que da fe de la danza de tu Alma.
¡Siéntete en esa danza!… cierra los ojos y siente que la Vida gira en torno a ti… tal como en la intensidad de una danza sufí… y siente que ocupas… sí exactamente… ¡el centro mismo del Universo!…
¿No deseas… ya no ser ni grande ni pequeño… simplemente ser tú mismo?…
¡Que hermosa la danza que te permite sentir tu ligereza!…
¡Que placidez cuando… en tu soledad… te sientes acompañado por lo mejor en ti!…
Y en Su compañía… equilibrar   los momentos de goce y de sufrimiento…
Comprender por qué en algunos momentos te ves necesitado de combatir ahora y de arrojar las armas después…
Momentos que fortalecen el Corazón… que permiten percibir el equilibrio entre la fortaleza y la liviandad… percibir el fiel de la balanza en todo… que a toda acción le sucede una reacción… y que la melodía del equilibrio es un canto escrito sin notas musicales…
¡Ahhh, hermosa noche… Hermosos recuerdos dignos de guardarlos en la “cajita de las buenas cosas” …
Bueno… ya es tarde… es hora de regresar a casa… pero no puedo evitar el preguntarme…
¿Cuántas veces he bebido vino dulce… pero… cuántas veces ha sabido a vinagre en mi conciencia?…
¿Cuántas veces he apurado la copa de la amargura cuando creía ganar el cielo con ella?
¿No ha habido… acaso… momentos de reflexión en los que comprender que el cielo es, precisamente, ausencia de toda dulzura y de toda amargura?…
Porque no necesitando de ninguna de las dos… sentirme, así, perfectamente atendido… sentirme en la “paz profunda” del equilibrio…
Momentos en los que el cuenco de mi vida es el cuenco del Universo en mi…
Que mi Corazón es la puerta por la que surge el equilibrio del silencio y del vacío…
Y si… es cierto… danzo sobre la playa de la vida… danzo rodeado de mis hermanas y hermanos… que todos somos uno… todos “uno” en el equilibrio del Universo… aunque los sentidos no lo perciban así…
Y que liviana mezcolanza en esa espiral del Universo…
¿Qué misterio se oculta tras de que todo hombre es un dios y al tiempo un villano… y ni una cosa ni la otra?…
Sea como sea… amigos míos… hemos compartido una gran noche bajo las estrellas de Libra… Quiero cerrar mis ojos y dormir… como también quisiera cerrar mis ojos y abrirlos a un nuevo día en el que la tragedia y el llanto hayan dado paso a la armonía del equilibrio de la siempre tan presente dualidad en esta dimensión de la densidad…
Confiar en la esperanza de que todo hombre y mujer alberga lo bueno en sí mismo…
En un nuevo día en el que todos tomemos conciencia de cuanto es un sueño o realidad…
Entre la mentira y aquello que se presenta como verdad…
Entre lo necesitado y el exceso para cubrir esa necesidad…
Entre el lastre del pasado y la inquietud del futuro…
Entre la injusticia y la justicia…
Entre la triste sal de las lágrimas que son lloradas en nuestro planeta… y el goloso dulce de una victoria que la ignorancia celebra…
¡Que escuela de dioses en la que tú y yo estamos inscritos y que gran directora la dirige!…
Y al llegar a casa… antes de dormir… en su honor… en honor a la diosa Libra… enciendo un carboncillo de incienso para que su fragancia llegue hasta las estrellas de su reino…
Pero no… amigos míos… no me olvido… también lo enciendo en vuestro nombre…













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