Definición del concepto:
Existen tres términos relacionados: amor propio, orgullo y soberbia. Para distinguirlos podemos tener en cuenta que la soberbia es más grave que el orgullo y el orgullo que el amor propio, aunque bien pudieran ser sinónimos, ya que la soberbia, el orgullo y el amor propio se manifiestan normalmente bien compenetrados.
>Del latín superbia. El concepto puede asociarse a la altivez, el engreimiento, la presunción y la petulancia.
>Estimación excesiva de sí mismo con menosprecio de los demás.
>Característica personal que implica la constante y permanente autoalabanza.
>Actitud de constante autoadmiración que hace que la persona en cuestión deje de considerar los derechos y necesidades del que la rodean al considerarlos inferiores y menos importantes.
>Pasión desenfrenada por uno mismo. Una actitud que consiste en la propia adoración, en la
idolatría personal.
Esta última quinta definición, marca la diferencia con el orgullo, el orgullo es: Exceso de estimación propia y de los propios méritos, por el cual se cree uno superior a los demás. Vanidad. Satisfacción personal que se experimenta por algo propio o relativo a uno mismo y que se considera valioso y, persona que tiene un alto concepto de sí mismo y confía en todo lo que hace porque tiene la certeza de que puede hacer todo bien y que no hay nadie mejor que él. Para ilustrar mejor la diferencia, "en una escala del 1 al 10, el orgullo puede llegar al 8 en cambio la soberbia al 10 coeficiente, el soberbio tiene una pasión desenfrenada por sí mismo. Una actitud de adoración e idolatría personal. Nunca la persona soberbia podrá reconocer su error, aunque en ello -literalmente- le costase su vida".
El psiquiatra y catedrático Enrique Rojas, en un estudio que ha realizado acerca de la soberbia y el orgullo, es bastante claro en su exposición, Dice: La soberbia consiste en concederse más méritos de los que uno tiene. Es la trampa del amor propio:
estimarse muy por encima de lo que uno vale. Es falta de humildad y por tanto, de lucidez. Señala además que, la soberbia es la pasión desenfrenada sobre sí mismo. Apetito desordenado de la propia persona que descansa sobre la hipertrofia de la propia excelencia y que es fuente y origen de muchos males de la conducta y es ante todo una actitud que consiste en adorarse a sí mismo: sus notas más características son prepotencia, presunción, jactancia, vanagloria, situarse por encima de todos lo que le rodean. La inteligencia hace un juicio deformado de sí en positivo, que arrastra a sentirse el centro de todo, un entusiasmo que es idolatría personal
Mas adelante Rojas señala que hay dos tipos de soberbia:
1. La una que es vivida como pasión, que comporta un afecto excesivo, vehemente, ardoroso, que llega a ser tan intenso que nubla la razón, pudiendo incluso anularla e impedir que los hechos personales se vean con una mínima objetividad.
2. La otra es percibida como sentimiento de forma más suave que podríamos llamar orgullo.
Por otra parte, -acota- la soberbia es más intelectual y emerge en alguien que realmente tiene una cierta superioridad en algún plano destacado de la vida. Se trata de un ser humano que ha destacado en alguna faceta y sobre una cierta base. El balance propio saca las cosas de quicio y pide y exige un reconocimiento público de sus logros y que tienen una deformación de la percepción de la realidad de uno mismo por exceso por lo que dejamos de ver nuestros propios defectos, quedando éstos diluidos en nuestra imagen de personas superiores que no son capaces de ver nada a su altura, todo les queda pequeño.
1. La soberbia es más cerebral, se da en alguien que objetivamente tiene una cierta superioridad, que realmente sobresale en alguna faceta de su vida. Hay una evidencia por la que puede ser tentado por la soberbia, no necesitando del halago de los otros y haciendo él mismo su propio y permanente elogio de forma clara y difusa, rotunda y desdibujada, a tiempo y a destiempo, con ocasión y sin ella. Sus manifestaciones son más internas y privadas, aunque pueden ser observadas por una atmósfera grandiosa que él crea sobre su persona y además, a través de sus máscaras; hay arrogancia, altanería, tono despectivo hacia los demás, que se mezclan con desprecio, desconsideración, frialdad en el trato, distancia gélida, impertinencia e incluso, tendencia a humillar. Otras veces, esas máscaras son de una insolencia cínica, mordaz, con un ritintín de magnificencia que provoca en el interlocutor un rechazo frontal.
2. El orgullo es más emocional. Es una alta opinión de uno mismo mediante la cual la persona se presenta con una superioridad y un aire de grandeza extraordinario. Puede ponerse de manifiesto en circunstancias positivas. En esos casos dimana de causas nobles y puede ser
hasta justo. El orgullo de ser un buen cirujano, un buen padre, un excelente poeta. Todo esto está dentro de unos límites normales. Puede encuadrarse en el reconocimiento a una labor bien hecha.
Continúa señalando el psiquiatra Rojas que se pueden distinguir dos modalidades clínicas de la soberbia, entre las cuales cabe un espectro intermedio de formas soberbias.
1. Una es la soberbia manifiesta que es notarial y que se la registra a borbotones, con una claridad absoluta, lo cual suele ser poco frecuente. Hay petulancia y presunción.
2. La otra es la soberbia enmascarada, que es la más habitual y que se camufla por los entresijos de la forma de ser y que es más propia de las personas inteligentes y teniendo un sentido amplio y desparramado que asoma, se esconde, salta y bulle y revolotea por su mundo personal. ¿Cuáles son estos síntomas?
Entre la soberbia y el orgullo hay grados, matices, vertientes y cruzamientos recíprocos. Por esos linderos se suele acabar en el narcisismo, patrón de conducta presidido por el complejo de superioridad, la necesidad enfermiza de reconocimiento de sus valías por parte de la gente del entorno y la permanente autocontemplación gustosa.
Termina diciendo Rojas que: Sólo el amor puede cambiar el corazón de una persona. Cuando hay madurez, uno sabe relativizar la propia importancia, ni se hunde en los defectos ni se exalta en los logros. Y a la vez, sabe detenerse en todo lo positivo que observa en los que le rodean. Saber mirar es saber amar. A lo sencillo se tarda tiempo en llegar.
La soberbia en las Sagradas Escrituras. La soberbia es el más grave pecado contra Dios, contra el prójimo y contra sí mismo. El hombre se hace autónomo desconociendo su condición de creatura. La soberbia fue el primer pecado que se cometió en los tiempos inmemoriales con Satanás que se reveló contra Dios llevándose consigo a otros ángeles, lo llevó al primer pecado de rebeldía, de
autonomía, de auto dependencia, de autodominio. Es lo que Dios nos hace ver en su palabra desde el capítulo 3º del Génesis. La soberbia está a la raíz del pecado original y por eso es la fuente y raíz de todos los pecados, y es por lo tanto la puerta para todo otro pecado. La soberbia es fuente de muchos delitos; por eso se ora a Dios el Señor: "Guarda a tu siervo también del orgullo no sea que me domine; entonces seré irreprochable, libre de delito grave" vanidad, vanagloria, sobre autoestima, ostentación, hipocresía, jactancia celos, violencia rencores, prepotencia, son algunos de los vicios que engendra la soberbia. Utilidad de la virtud de la humildad para evitar el vicio de la soberbia. La única forma de evitar la soberbia es practicando asiduamente la humildad, la tolerancia, el amor fraterno y la unidad en Cristo.
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