LA VIDA PRESENTE ES UN VIAJE HACIA LA ETERNIDAD
La eternidad desafía la imaginación y la comprensión del hombre. No es un objeto, ni lugar; ni período de tiempo. No tiene principio y no tiene fin. Toda la humanidad desde Adán se encontrará en ella.
La palabra eternidad se encuentra en, donde dice que Dios habita la eternidad. Él es eterno sin principio y sin fin. Esto sólo se puede decir de Dios. El hombre tiene un principio, pero su alma no tiene fin. El diccionario afirma que la eternidad es un tiempo que no tiene principio y no tendrá fin. En ella entra el alma al tiempo de la muerte y allí permanece siempre y para siempre.
La Biblia principia con estas palabras: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" Allí se refiere a la creación del cielo y la tierra y todas las cosas que en ellos hay. Dios ha decretado que todas estas cosas dejarán de existir: "los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán desechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas"
El hombre es una criatura que se relaciona con el correr de tiempo. El hombre es usuario del tiempo, y confía en él. Su vida, es controlada por el tiempo. El tiempo, por importante que sea, no tiene ninguna relación con la eternidad. La eternidad es incomparable. No tiene largura, anchura, profundidad ni altura que se puede medir. La eternidad no ofrecerá oportunidad para cambiar el destino eterno que fue escogido en la vida. Es para siempre y sin cambio.
El hombre es el único de todas las criaturas y de las cosas creadas, que estará vestido de un cuerpo inmortal, y hará el cambio de este tiempo a la eternidad. El hombre es la úniса criatura que tiene el "aliento de vida" y como Dios vivirá para siempre.
Cuando termine el tiempo, la eternidad revelará muchas maravillas y milagros, eventos y desarrollos que no se pueden entender en el día de hoy. Cuando el Señor volverá otra vez, todo ojo le verá. Él se sentará sobre su trono y todas las naciones serán reunidas delante de Él en juicio allí Dios juzgará cada hombre por las cosas que están escritas en los libros según sus obras.
LA ETERNIDAD
El incrédulo no cree estas verdades. "Todo ojo", es decir, los billones de la tierra y del mar, los muertos que resucitarán, así como los vivos, lo verán. La mente se conturba al pensar que todas las naciones se reunirán en un solo grupo ante el trono de juicio. Los incrédulos se fijarán que el tiempo habrá pasado y que la eternidad no tiene limitaciones. Las restricciones de distancia y de tiempo que se encuentran en esta vida terrenal, son ausentes en la eternidad.
La eternidad, tiene tres aspectos: El juicio, la separación de los justos y los injustos, y lo eterno. Este juicio será final, sin apelaciones ni revista de juicio. Durante la vida del hombre, Dios pone delante de él el bien y el mal, queriendo conducirlo a una relación íntima con su creador. Aquellos que no prestan atención, en el juicio final recibirán su sentencia y serán enviados a un castigo eterno. Los que se rinden a Dios durante la vida, tienen sus pecados juzgados antes de que venga el día del juicio final, mientras que los que no se rinden, tendrán sus pecados descubiertos después en el juicio final.
Después del juicio todo hombre será recompensado según las cosas que están escritas en los libros. Aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida recibirán su recompensa también, La palabra recompensa que se menciona aquí será una recompensa por todos los hechos cometidos, ya sean buenos o malos.
En la eternidad solamente habrá dos clases de gente, los salvos y los perdidos. Dios los juzgará según como aceptaron o rechazaron el plan de la salvación. Hay solamente dos destinos en la eternidad para toda la gente, el cielo para los salvos y el infierno para los perdidos.
El Juez eterno dirá a aquellos, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida: "Venid benditos... heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo" y a aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida el Juez dirá: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles". Estas palabras serán espantosas para algunos, pero otros ya lo sabrán. Aquellos que pasan de este tiempo a la eternidad habiéndose preparado para encontrarse con Dios, mueren con la confianza en su corazón que estarán con el Señor en la eternidad. Estos esperan oír las palabras benditas: "Venid, benditos".
También hay aquellos que están condenados en la vida y pasan a la eternidad sin estar preparados para encontrarse con Dios. Estos con horror esperan el juicio. En aquel gran día clamarán a las montañas y a las peñas: "Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero".
Entre aquella inmensa multitud también se encontrarán los engañados: "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad".
La Biblia no nos dice en detalle todo lo que la eternidad contiene para los seres inmortales. Empero, Jesús nos dijo que los que vencerán estarán sentados con Él en su trono. Estos también estarán vestidos de blanco, y no les faltará nada. Estos se gozarán de toda bendición preparada para las almas inmortales.
Aquellos a quienes el Juez dirá: "apartaos de mi", irán a las tinieblas de afuera con lloro y crujir de dientes; irán al fuego del infierno que no se apagará, y tendrán su parte en el lago de fuego y azufre. Estas almas estarán alertas mentalmente y se conocerán; sentirán los tormentos del infierno; entenderán; se acordarán de la vida terrenal La eternidad no tendrá ningún beneficio para los perdidos.
En la eternidad Satanás, aquel antigua dragón, será completamente y eternamente derrotado, y será castigado conforme a su maldad. El infierno fue preparado principalmente para este propósito. ¡Qué destino tan horrible de estar en ese lugar de tormento con un ser tan espantoso y can todos sus malos espíritus condenados!
El tercer aspecto de la eternidad, la finalidad, es incomprensible para el entendimiento humano. La mente del hombre es limitada a principios y a fines. A consecuencia de esto, al hombre le es necesario confiar en las verdades de la palabra de Dios. Dios es el autor de todas las cosas y también de la eternidad.
Para los malos, el pensamiento de una eternidad sin fin, es lo más penoso posible. Para los justos, que estarán gozando la dicha eterna con Dios y con todos los santos ángeles, es un pensamiento muy placentero.
Ahora mientras que haya tiempo, podemos escoger nuestro destino eterno.
El no recibir a Cristo resultará en el rechazo eterno de Dios. La vida es muy insegura; la muerte es muy segura; la eternidad es demasiada larga; ¡no demores más! ¡Ahora se debe aceptar la palabra de Dios!
¿DÓNDE VAS A PASAR LA ETERNIDAD?
La morada eterna, ¿Dónde puede estar? ¿Vuela en el aire, O flota en la mar? ¿Entre el tumulto, Allí estará? ¿O envuelto en silencio, Su eco se oirá?
¿Con amados en gloria, La vas a pasar? ¿O con los demonios, En tinieblas llorar? Si no con el uno, Con el otro será. Sin fin sin remedio; ¡Destina final!
Eternidad, mi amigo; ¡Ya no duermas más! Ni tomes del mundo, Consejo falaz. La pregunta persiste, Solemne y sagaz: La morada eterna, ¿Dónde la pasarás?
En Timeo, Platón dirá específicamente que de la esencia eterna podemos decir a veces que fue o que será, pero que en verdad, solo podemos decir de ella que es, porque en efecto, lo que es inmóvil no pude llegar nunca a ser joven o viejo. En efecto, para Platón, el tiempo era la imagen pasajera de la eternidad que podía equipararse con la vida divino. De la eternidad se dice que “es siempre”, sin embargo, se destaca más el “ser” que el “siempre”. No sería adecuado en este sentido sostener que lo eterno equivale a una proyección del tiempo al infinito, El tiempo es más bien la imagen móvil de la eternidad, ¿Qué la eternidad no sea simplemente duración infinita la define entonces como algo opuesto al tiempo? Definitivamente, no. La eternidad no solo no niega al tiempo, sino que lo incluye. El tiempo se mueve en la eternidad que es su modelo.
parecería atenerse en principio a la versión más simple de eternidad, esto es, la idea de duración infinita. Pero al acentuar que la eternidad carece de principio y de fin, y sobre todo al manifestar que lo eterno incluye todo el tiempo, siendo así duración inmortal y divina, está haciendo referencia indirecta también la noción de un tiempo extra temporal. Espinosa analizará en su Ética: “Por eternidad entiendo la existencia misma, en cuanto se la concibe como siguiéndose necesariamente de la sola definición de una cosa eterna. Explicación: En efecto, tal existencia se concibe como una verdad eterna, como si se tratase de la esencia de la cosa, y por eso no puede explicarse por la duración o el tiempo, aunque se piense la duración como careciendo de principio y fin”. De esta forma estará optando por la acepción más intelectual de la noción de eternidad.
El concepto de eternidad, también está presente en la filosofía oriental. Por ejemplo, para el taoismo y se puede observar su definición conceptual en el primer capítulo del libro del Tao. Finalmente, para la cosmovisión budista, la eternidad es un período de tiempo inconcebiblemente largo en el cual diferentes etapas se repiten sin fin. La palabra eternidad no cabe en nuestros sentidos, porque somos seres limitados por el espacio y el tiempo. Sin embargo, algunos creen que la eternidad está en nosotros, pero no la percibimos.
Para el budismo tibetano, la eternidad es la fuente del alma, donde terminan las ilusiones y comienza la realidad.
Mientras estamos vivos no podemos ver la eternidad porque nuestra percepción es limitada, pero cuanto más ilimitada sea nuestra visión más real será nuestra existencia.
La eternidad es la libertad absoluta, donde no existe el tiempo ni el espacio, lo femenino ni lo masculino, ni relación personal alguna. Antes de pasar a la eternidad tenemos que haberlo experimentado todo; es entonces cuando podemos elegir cualquier cosa, sin luchar, sin placer ni dolor.
El tiempo y la eternidad conforman uno de los pares opuestos que Kierkegaard propone como elementos sintéticos del sujeto singular existente. En efecto, kierkegaard dianamente entendido, el espíritu humano constituye la identidad dialéctica y diferenciada de un tiempo contenido por lo eterno y de una eternidad abierta hacia lo temporal como el futuro siempre posible de la acción. No se trata aquí de dos formas opuestas de devenir el tiempo y la eternidad en un mismo sujeto, sino de una única forma de desarrollo en la cual lo temporal y lo eterno se sostienen mutuamente en el unum que es la existencia.
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