CARACTERÍSTICAS DEL ESTILO DE CONDUCTA ARROGANTE, PREPOTENTE, ALTIVO, SOBERBIO
En una reunión uno de los participantes está exponiendo una cuestión, la persona que dirige la reunión está mirando hacia otro lado, sin atender, ignorando a esta persona con un gesto de desprecio. Dos personas están hablando, una de ellas le responde con un comentario sarcástico, menospreciando a la otra persona, y se da la vuelta dejándola con la palabra en la boca. Una persona famosa pasa entre un grupo de fans que han madrugado para obtener un autógrafo, esta persona pasa sin detenerse ni mirarlos, incluso pone gesto molesto al pasar junto a ellas. ¿Qué nombre le pondrías a esta actitud? Seguramente habrás pensado en la palabra soberbia, arrogancia, altivez, prepotencia…
¿Qué sientes hacia una persona con este estilo de comportamiento? Y lo más importante, ¿te has planteado que esa persona podrías ser tú?
A veces somos personas arrogantes y no somos conscientes de ello. Hay que identificar y conocer las principales características de la arrogancia y aprender las habilidades necesarias para manejarla: tu propia arrogancia o la que otra persona ejerza sobre ti.
¿Qué es la arrogancia? Características de la persona con arrogancia
La arrogancia es una característica personal o una actitud de la persona que cree tener una posición de superioridad o de privilegios frente a los demás. También podríamos referirnos a una persona soberbia, altiva, vanidosa o prepotente.
Diferencias entre arrogancia y alta autoestima
No hay que confundir la arrogancia con una elevada autoestima –precisamente puede ser expresión de lo contrario, una autoestima frágil–. Las personas con una elevada autoestima o seguridad personal tienen una imagen sobre sí mismas adecuada y equilibrada. No sienten que están por encima de los otros o que ocupan una posición especial o superior, sino que se sitúan al mismo nivel sin sentirse amenazadas por el estatus de las otras personas. Por el contrario, las personas arrogantes tienen una autoimagen o autoconcepto sobreestimada (ego) o una percepción inflada sobre sí mismas.
Las conductas arrogantes responden a un mecanismo defensivo. Es decir, estas conductas arrogantes cumplen la función de defender un ego o una autoestima frágil, que esconde detrás ciertos miedos e inseguridades en la persona. Por ejemplo, el miedo al rechazo, el miedo al “qué dirán” o el miedo a mostrar vulnerabilidad ante los otros. Por tanto, una parte fundamental va a ser identificar dichos miedos, desde para poder mejorar la calidad de vida y el bienestar de la persona.
Todos en alguna ocasión podemos caer en este tipo de comportamientos sin que sea algo preocupante o patológico. El problema aparece cuando la arrogancia se convierte en un hábito o en una tendencia de nuestro funcionamiento personal.
También encontramos este tipo de rasgos en desordenes emocionales, lo que llamamos rasgos de personalidad disfuncionales; por ejemplo, son característicos en los perfiles de personalidad narcisista.
La arrogancia puede llegar a generar una elevada interferencia en la vida de la persona –a nivel laboral, familiar, social, de pareja…–, pudiendo experimentar rechazo social o conflictos de relación con su entorno.
Las personas no somos arrogantes, sino que nos comportamos de una manera arrogante en algunas o en muchas situaciones vitales. Natalia Franco
¿Y si eres tú la persona con soberbia?
Con esta información no te sientas culpable o te sientas mal, todo lo contrario, queremos ofrecerte la posibilidad de ser consciente y de poder modular esta tendencia, para reparar así tus reacciones de arrogancia con tu entorno. Tener consciencia de cómo reaccionas, te abre muchas oportunidades. Por tanto, la autobservación es esencial.
Consecuencias de la soberbia
Las personas con estas actitudes o rasgos de personalidad arrogante, suelen experimentar en muchas ocasiones rechazo y distancia social, lo que ocasiona que mantengan relaciones interpersonales muy superficiales o poco profundas con los demás. Pueden sentirse aisladas o percibir falta de apoyo.
La persona con arrogancia puede interpretar ese rechazo social como algo negativo o doloroso a nivel emocional o, por el contrario, interpretarlo como una consecuencia más de su posición de superioridad frente a los otros. Sentirse único y especial, y por ello encontrarse más solo o aislado socialmente.
Las actitudes arrogantes mantienen un problema de autoestima o autovalía, puesto que ese tipo de conductas son una forma de defensa y no una forma de resolver o solucionar la falta de confianza en uno mismo o una misma.
En definitiva, la arrogancia aumenta la probabilidad de experimentar malestar en las relaciones personales, laborales, familiares y sociales.
Si te identificaste como una persona que tiene en algunos momentos esa tendencia te recomendamos que puedas aprender a cambiarlo con la ayuda de un profesional de la psicología y así mejorar tu autoestima y sentirte mejor.
Las principales habilidades sociales para interactuar con personas con arrogancia son:
PLANTÉATELO COMO UN RETO, CON EMPATIA. Las personas con actitudes soberbias pueden tener momentos complicados y difíciles en el trato, pero podemos enfocarlo y considerarlo como un “reto”. Seguro que, en tu familia, en tu trabajo o en tu círculo social te ha tocado alguna vez tratar con una persona arrogante. Empatiza con la persona con arrogancia: piensa en qué ha podido vivir esa persona para comportarse de esa manera, cómo ha sido su historia de vida, eso te dará calma y control para responder adecuadamente.
TOMA DISTANCIA EMOCIONAL DE SUS ATAQUES PERSONALES. No te quedes con el contenido de sus comentarios despectivos o hirientes, piensa en la función que tienen esos.
TEN UNA COMUNICACIÓN AFIRMATIVA. Establece límites y expresa tus opiniones sin entrar en discusión, respetando siempre la opinión del otro.
NO “ENTRES A LA DISCUSIÓN”. Cambia de tema o vete si la situación se vuelve tensa o incómoda.
USA EL HUMOR para quitar importancia o reducir la tensión generada
CÉNTRATE EN LO POSITIVO DE LA PERSONA ARROGANTE O DE LA SITUACIÓN. Si no puedes dar en ese momento una respuesta por el contexto o el rango de la persona. Esto te ayudará a sobrellevar mejor la incomodidad del momento, hasta que encuentres otro momento a solas para expresar lo que creas conveniente.
Ejemplos de cómo actuar ante actitudes arrogantes
Asertividad
Arrogancia: Cada día eres más torpe, todos los informes son para tirarlos a la papelera.
Respuesta: Quiero tratar este tema contigo, pero por favor dirígete a mí de forma adecuada.
Desconexión
Arrogancia: No tienes ni idea sobre este tema.
Respuesta: Disculpa, ahora no es el momento de hablar de este tema, tengo que dejarlo aquí.
Humor
Arrogancia: Todos vosotros opinan del mismo modo, la vida es muy diferente a lo que tú piensas.
Respuesta: Sí. Sé que realmente piensas que los demás no tenemos razón, pero no te preocupes que no quiero llevarla.
¿Soy yo una persona con soberbia?
No es difícil identificar la arrogancia o soberbia en los demás, pero ¿eres capaz de identificarla en ti?
Siete estrategias para reducir mis actitudes arrogantes
Si has detectado que en ocasiones te comportas de forma arrogante, lee las siguientes recomendaciones para cambiar tus estrategias de afrontamiento.
*Auto obsérvate sin temor, sino como una oportunidad y anota esas situaciones.
*Identifica tus errores y acepta las críticas. Desarrolla tu lado más humano y natural.
*Practica la escucha activa.
*Desarrolla tu empatía, piensa en cómo puede estar sintiéndose la otra persona.
*Aprende a comunicarte asertivamente, no intentes convencer o imponer tus ideas.
*Modula la información que das sobre ti, pregunta también a la otra persona por aspectos de su vida.
*Revisa los comentarios que diriges a los demás, puedes hacerles sentir mal.
Las 9 características de las personas arrogancia o soberbia.
¿Cómo identificar que estamos comportándonos de manera soberbia o arrogante? 9 características que están presentes en las conductas o pensamientos que expresan soberbia o arrogancia:
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