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NO BUSQUES, PERMITE QUE TE ENCUENTREN

 El amor y el cariño no se mendigan ni se buscan, por mucho que se intente. Deja que sean ellos los que te encuentren.

No es necesario ir detrás cuando ya saben dónde estás, cuando conocen tu hogar y saben de tus misterios. Por eso, no busques, permite que te encuentren.
Lo cierto es que hay personas a las que no les importamos pero que, sin embargo, a nosotros sí que nos importan. En estos casos puede resultarnos difícil comprender la situación, pues el interés por los demás no habla el lenguaje del egoísmo. Pero no busques algo que no te ofrecen, tampoco lo mendigues.
“Piensa en que cuando alguien quiere o necesita de algo o de alguien es capaz de remover cielo y tierra para compartir, aunque sea unos segundos”
El cariño no se suplica
No busques. Arrastrarnos y suplicar migajas de un cariño que no nos quieren dar no es saludable ni a corto ni a largo plazo. Sin embargo, puede que ciertas muestras nos lleguen a enternecer y que nos sirvan para buscar motivos para seguir anclados en el deseo de que esa persona permanezca en nuestra vida.
Si nos paramos a pensar, lo único que hacemos con esa actitud es prolongar de manera innecesaria el sufrimiento emocional. Someternos a la voluntad de los otros hace que nos convirtamos en marionetas de sus necesidades y de sus antojos.
En este sentido, como es obvio, hay cosas que pasan porque tienen que pasar, pero hay otras que pasan cuando hacemos que pasen. No podemos sentirnos libres ni ser felices si vivimos aferrados y atados a unas esperanzas que manejan los demás.
Resulta complicado soltar o dejar marchar aquello que consideramos muy nuestro, ya sean sentimientos o personas. Es decir, que a ciertas piedras que cargamos sobre nuestra espalda nos une un sentimiento de identidad y pertenencia que se fusiona con nuestro miedo a perder algo que creemos intenso e importante.
Sin embargo, a pesar de que todo ese caos emocional nos ate a ciertas personas, también acabamos cansándonos de que no nos valoren. Es probable que cuando nos percatamos de esto nos sintamos algo egoístas, lo cual es terrible para nuestra salud emocional.
“Sentir que si no aguantamos un poco más una situación o a ciertas personas estamos fracasando es algo asombrosamente común. El fundamento de este sentimiento es el miedo que nos da enfrentarnos con el vacío que la pérdida genera.”
Dicho de otra manera, sentimos que si dejamos de sacrificarnos perdemos oportunidad de construir
parte de la historia emocional de nuestra vida. Sin embargo, lo que realmente estamos haciendo es comportarnos de la manera más cruel posible con nosotros mismos, con nuestras expectativas y con nuestros deseos.
“El camino de ida hacia la libertad emocional está construido a partir de las piedras que vamos soltando; es decir, de sentimientos y personas tóxicas de las que nos vamos deshaciendo.”
Soltar es la única manera de dejar hueco a nuestras fortalezas, de asumir nuestros errores y de conseguir manifestar nuestras intenciones y nuestro compromiso. De esta forma evitamos que lo negativo le reste espacio a lo positivo, consiguiendo incrementar nuestro entusiasmo por la vida y nuestro bienestar.
No es más fuerte quien más soporta, sino quien es más capaz de “soltar”
Si no te trae alegría a tu vida… SUELTA
Si no te ilumina ni te construye… SUELTA
Si permanece, pero no crece… SUELTA
Si te procura seguridad y así te evita el esfuerzo de desarrollarte… SUELTA
Si no brinda reconocimiento a tus talentos… SUELTA
Si no acaricia tu ser… SUELTA
Si no impulsa tu despegue… SUELTA
Si dice, pero no hace… SUELTA
Si no hay un lugar en su vida para ti… SUELTA
Si intenta cambiarte… SUELTA
Si se impone el `yo´… SUELTA
Si son más los desencuentros que los encuentros… SUELTA
Si simplemente no suma a tu vida… SUELTA
SUÉLTATE, la caída será mucho menos dolorosa que el dolor de mantenerte aferrado a lo que pudo ser, pero no es
No busques ni vayas detrás de lo que no quieren darte, suéltalo… Pero mantente abierto a la posibilidad de que te encuentren aquellos que si quieren forman parte de tu vida de una manera sana. No busques, permite que te encuentren.
Lo que hay que hacer no es buscar el amor sino buscar eliminar las barreras que le ponemos al amor. En vez de salir de caza, haz una introspección de qué es lo que te limita a la hora de hacer pareja, qué creencias hacen que te bloquees, qué pasa cuando cruzas una línea con una persona, qué reflejas de ti para atraer a esas personas y situaciones. Resuelve tus duelos, haz las paces con tus padres y cúrate las heridas.
No hay que buscar, hay que permitir el encuentro. Hay que salir y relacionarse con la gente porque a casa no te viene nadie, salvo excepciones con tus vecinos. Está genial que te apuntes a aficiones que te gusten o pruebes pasatiempos nuevos para investigar qué te apasiona, de esa manera encontrarás personas afines a ti, yendo a sitios donde pueda haber gente con tus mismos valores, gustos o formas de vida.
Haz una lista de lo que quieres en tu vida, no de lo que no. Lo que no quieres ya lo sabes, es todo lo que has vivido y te ha hecho sufrir, es aquello que cuando piensas te baja la autoestima. Ahora coge un boli y haz una lista de lo que quieres. No escribas lo que no quieres porque el universo es sabio y atraerás 
más de lo no quieres. Y una vez enumeradas esas características maravillosas, plantéate con sinceridad, ¿yo ofrezco esas mismas características? ¿Doy lo que pido? Si es que no, trabájate esas cualidades en ti para que lleguen a tu vida en forma de persona.
No corras tras alguien que no te busca, que te exige o que quiere que vayas besando el suelo que pisa. No lo hagas porque, quien de verdad te merece no te muestra indiferencia, te quiere a su lado y no a su espalda.
Recuerda que la indiferencia es la mejor muestra de “no amor”.
Si aún puede aportarte algo, lo hará. Si no es así, un adiós es el mejor agradecimiento que puedes ofrecerte a ti mismo. El interés, el cariño y el amor no hablan el mismo lenguaje que el egoísmo o la indiferencia.
La atención no se mendiga, ni se acepta en migajas. Si lo haces, estarás cometiendo una gran injusticia emocional contigo mismo. El cariño se debe demostrar en equilibrio, pues será la base que cimiente una relación sana.
“¿Muestran indiferencia? Ni tú eres para tanto ni yo para tan poco”
“Regala tu ausencia a quien te dé indiferencia y no valore tu presencia”







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