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ARISTÓTELES - ÉTICA A NICÓMACO

 NATURALEZA DE LA VIRTUD ÉTICA

Esta ha sido una de las inquietudes que ha despertado el interés entre los filósofos de la Antigua Grecia: la virtud. Ya Platón nos nombraba ciertas características en el Menón, pero Aristóteles ve la virtud con otra mirada muy diferente. Sin duda que la virtud ha de ser algo excelso y maravilloso, pero ¿cómo llegamos a ella? ¿será que existe independiente de nosotros para luego alcanzarlo? ¿o es algo que está dentro de nosotros y debemos descubrirlo? Si no podemos responder a estas preguntas, por lo menos veamos la definición que nos muestra el gran Aristóteles, y veamos si coinciden con nuestra concepción de dicho término. 
Ethos: en griego antiguo significa costumbre o conducta.
Ética a Nicómaco

LIBRO SEGUNDO: NATURALEZA DE LA VIRTUD ÉTICA
Capítulo I: La virtud y el hábito
Se terminó con la descripción de los dos conceptos de virtud: ética (generosidad o moderación) y dianoética (sabiduría e inteligencia). Para alcanzar las virtudes éticas son necesarias la costumbre (ethos) y el hábito, mientras que para alcanzar las virtudes dianoéticas se necesita la inteligencia o el pensamiento. 
De este modo, tenemos que las virtudes éticas no se desarrollan en nosotros por naturaleza. En efecto, estas sólo pueden ser alcanzadas por medio de la práctica. La naturaleza no puede cambiarse por el hábito; por ejemplo, no podemos hacer que una piedra se acostumbre a moverse hacia arriba por más que la lancemos, ya que su naturaleza es dirigirse hacia abajo.  Toda virtud ética coincide con el hábito o la costumbre de una determinada acción, por ejemplo, ser moderado sólo se podrá lograr practicando la moderación; ser justo sólo practicando la justicia; o ser músico practicando la música. Además, la constancia de práctica determinará quién es bueno o malo en cada actividad, el mal músico es el que tiene menos práctica que el bueno. 

Capítulo II: La moderación
Queda establecido como una primera premisa que la virtud se lleva a cabo por medio de la acción. Ahora, dicho ejercicio de la virtud debe ser cuidando de las carencias y excesos que están presentes en la naturaleza. Por ejemplo, quien tiene miedo se vuelve cobarde, quien no teme absolutamente nada se vuelve temerario, pero quien se enfrenta a los peligros de manera inteligente es valiente. 

Exceso

Justo medio

Exceso

Cobardía

Valentía

Temeridad

La cobardía y la temeridad representan por una parte la destrucción y el incremento de la valentía. 
Capítulo III: La virtud y el dolor
Pensemos ahora cómo es posible alcanzar este término medio que se encuentra en algunas acciones. Si nos abstenemos de los placeres y esto mismo nos da placer (la abstinencia), entonces podremos decir que somos personas moderadas. Por otra parte, quien se entristece por dicha abstinencia es una persona intemperante. Lo mismo pasa con las personas que se enfrentan al peligro y se deleitan con eso, a esos llamaremos valientes; por el contrario, quien teme a los peligros será el cobarde. 
La virtud moral está directamente relacionada con los placeres y los dolores, hacemos lo malo a causa del placer y nos abstenemos de ellos por causa del dolor que puedan tener posteriormente. 
En este punto, Aristóteles concuerda con Platón en que a los niños hay que hacerlos gozar del placer cuando sea indicado y hacerlos entristecer cuando sea indicado. Es de ésta forma en que las virtudes son placeres en algunos casos y dolores en otros.
La virtud nos ayuda a escoger de manera correcta lo que se debe hacer, lo que no se debe hacer y cuándo se debe hacer. Para que quede más claro este punto, establezcamos lo que Aristóteles considera como preferencias y desprecios:

Preferencias
Bello. Conveniente. Agradable
Desprecios
Vergüenza. Perjudicial. Penoso

El hombre bueno y virtuoso siempre acertará con lo preferible y el hombre malo caerá en lo despreciable. Cabe destacar que por medio del placer y el dolor es donde puede conseguirse dicha virtud.
Capítulo IV: Naturaleza de las acciones
No solo basta realizar acciones justas o moderadas para alcanzar la virtud. También es necesario que quien realice las acciones sepa en base a qué las está haciendo, es decir, que esté consciente de que hace una acción justa o moderada. 
Se podría objetar que quien practica la gramática y la música se le considerará gramático y músico, pero no es el caso. Para que este tipo de artes sea alcanzado sólo basta el conocimiento de aquellas y no necesariamente, estar consciente de que se ejecutan. 
Por lo tanto, no sólo basta tener conocimiento de lo justo y lo moderado, sino que es necesario practicarlo tal y como lo hacen los hombres justos y moderados, de otra manera, no lo serán. 

Capítulo V: La virtud como disposición
En esta sección veremos en concreto qué es la virtud considerando las tres especies del alma: pasiones, facultades y hábitos. A una de estas tres debe corresponder la virtud. 

Géneros del alma:
Pasiones: todas aquellas que provoquen dolor o júbilo. Por ejemplo, la codicia, la ira, la saña, el temor, el atrevimiento, la envidia, el regocijo, el amor, el odio, el deseo, los celos, la compasión, etc.
Facultades: capacidad de las virtudes por las cuales somos afectados por las pasiones. Por ejemplo, la capacidad de enojarse, entristecerse o compadecerse. 
Hábito: se entiende como el buen o mal comportamiento de las acciones con respecto a los placeres. Por ejemplo, excederse con los deseos (mal comportamiento) y moderarse con la ira (buen comportamiento).
Las virtudes no pueden establecerse como pasiones, pues estas son cosas involuntarias que nos pasan y que no tenemos control sobre ellas. La virtud por sobre todo es algo voluntario que se hace. No nos llamamos virtuosos por tener compasión o por estar enojados, sino cuando hacemos cual y tal acción. 

Capítulo VI: La virtud como término medio
Es claro que la virtud debe ser un término medio entre dos excesos. Los excesos siempre destruyen la perfección del término medio, en efecto, siempre será mejor ser valiente que cobarde o temerario. De este modo, la virtud es la que siempre tiende a ser un término medio entre dos tipos de vicios. 
Hay tipos de vicios que existen en sí mismos, es decir, en donde el término medio no está presente; por ejemplo, la desvergüenza, la envidia y la malignidad). En estos vicios nunca se acierta porque están sumidos en el error. 
Capítulo VII: Ejemplos de término medio
Expongamos algunos ejemplos para describir el término medio en algunos conceptos y así encontrar la virtud. Es necesario decir que hay vicios (como en el caso anterior) y virtudes que no tienen un término medio. 

 Conceptos

Defecto

Justo medio

Exceso

Acciones

Cobardía

Valentía

Temeridad

Placeres

Insensibilidad

Moderación

Intemperancia

Dinero

Tacañería

Generosidad

Prodigalidad

Honor

Pusilanimidad

Magnanimidad

Vanidad

Deseos

Hombre sin ambición

------------

Ambición

Ira

Incapaz de ira

Apacibilidad

Iracundo

Verdad

Fanfarronería

Veracidad

Disimulo

Diversión

Bufonería

Gracia

Rusticidad

Agrado

Desagradable

Amabilidad

Adulación

Compasión

Envidia

Indignación

Malignidad


Como vemos no hay palabras para algunos términos como para el justo medio de los deseos ni tampoco su defecto. En el concepto de ''compasión'' cabe destacar que la envidia se entiende como la aflicción de las personas por las personas que tienen mucha prosperidad, mientras que el malicioso se alegra sobre las aflicciones de otras personas. 

Capítulo VIII: Término medio y exceso
El término medio y sus excesos son llamadas por Aristóteles como disposiciones. Puede ser que en algunos casos el término medio se parezca al exceso (la valentía se parece a la temeridad más que a la cobardía), pero la relación entre excesos es totalmente contraria. La causa de que el término medio se parezca a su exceso es porque el exceso proviene del término medio. (la temeridad proviene de la valentía).   

Capítulo IX: Alcanzar el término medio
Con sólo ver el término medio podemos decir que la dificultad que implica alcanzarlo es considerable. Los excesos en cambio si son fáciles de conseguir porque errar se hace muchas veces. 
La manera para alcanzar el término medio es acercarse al extremo menos erróneo. Es posible cometer errores, pero la idea es estar en el error menos malo para que así no se juzgue con dureza; en cambio, quien comete un error tremendamente malo no pasará inadvertido. 

Ya tenemos entendida cómo es la naturaleza de la virtud. Esta es la que determina si estamos realizando una buena acción en términos morales, y también cuando se logra algo con satisfacción. Quizás no es difícil entender la virtud en los términos aristotélicos, pero creo que hoy en día éste concepto ha caído en la vorágine de la subjetividad (aunque la religión también propone algunos modelos de virtud). A menos que nos unamos a una organización, secta, institución o corporación, la virtud dependerá de las leyes y los objetivos de cada una; de otra manera, estaremos obligados a construir nuestra propia virtud.







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