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EXCELENCIA VS PERFECCIÓN

 

Una definición del perfeccionista es: una persona que considera cualquier cosa que no sea perfecta como inaceptable. La perfección no es la búsqueda de la excelencia, es la búsqueda de lo inalcanzable.  Es la creencia de que a menos de que no sea perfecto no soy lo suficientemente bueno.

La perfección te roba tiempo y energía. Te obliga a buscar metas inalcanzables, porque no importa lo que hagas, nada es suficientemente bueno. En la búsqueda de lo perfecto, niegas ver las cosas como son, e insistes en vivir una ilusión que no existe, fuera de tu alcance. Por miedo a no actuar “perfectamente” y cometer errores, los perfeccionistas no completan sus tareas o hasta no las comienzan, y están en un estado constante de preocupación sobre las cosas negativas que podrían ocurrir. La perfección es una de las raíces de la postergación. Los perfeccionistas, en ocasiones, evitan o posponen las tareas que se requieren hacer, por creer que las consecuencias de no hacer algo es preferible a las consecuencias de hacer algo imperfectamente. ¿Acaso son las consecuencias de no hacer algo preferibles a las consecuencias de hacer algo imperfectamente? ¿Cuál es el costo para ti de buscar la perfección? Los Humanos somos perfectos en nuestra imperfección. 

¿Qué es la perfección? ¿No cometer errores? Los humanos son sólo humanos. Nos cansamos, olvidamos, nos distraemos, nos confundimos. Los errores son sólo oportunidades de aprendizaje. De los errores aprendemos como hacer las cosas y como no hacerlas. Los errores contribuyen a un mejor desempeño. Estamos tranquilos después de cometer un error, por lo que podemos aprender, descubrimos y que elegir hacer con lo que aprendemos. ¿Hay algún beneficio al buscar la perfección? Podría ser que te lleve a dar lo mejor de ti en todo lo que haces. 

Estar enfocado en la excelencia mantiene tu atención en lo que está funcionando, y no en lo que no funciona. La excelencia no tiene límites. Puedes buscar cada vez niveles altos de excelencia. Lo que aceptamos como excelencia hoy, no será lo mismo mañana, ni en un mes, ni en cinco años. No le tengas miedo a cometer errores, ten miedo de no aprender de ellos y de no seguir adelante.

Perfección                                                                Excelencia

No te hace sentir satisfecho                                        La satisfacción viene de ti mismo

Te compara negativamente con otros                        Reconoce tus cualidades positivas

No puedes reconocer tus defectos cómodamente        Aceptas tus errores como parte de las lecciones de la vida

Usa los estándares de otros para determinar el éxito Las metas se logran de reconocerte a ti mismo

Enfatiza el mantener tu vida en control Enfatiza el mantener tu vida en balance

Para recordar:

Perfección es querer tener razón, excelencia es estar dispuesto a estar equivocado.

Perfección es miedo, excelencia es tomar riesgo.

Perfección es enojo y frustración, excelencia es poder.

Perfección es control, excelencia es espontaneidad.

Perfección es juzgar, excelencia es aceptar.

Perfección es tomar, excelencia es dar.

Perfección es dudar, excelencia es confiar.

Perfección es presión, excelencia es natural.

Perfección es el destino, excelencia es

¿PERFECCIONISMO O EXCELENCIA?

La lucha por la excelencia te motiva; luchar por la perfección es desmoralizante. Así lo afirmaba el psicólogo y autor Harriet Braiker. 

En mi experiencia como coach empresarial, no es raro encontrarme con ejecutivos y gerentes que tienen un perfil perfeccionista en su manera de liderar y de organizar el trabajo. La diferencia entre perfeccionismo y excelencia es el grado de madurez ejecutiva.
La meta de los perfeccionistas es perfeccionar cada aspecto de su entorno. Además, los anima el tratar de lograr la perfección de ellos mismos y de las demás personas. Por eso, muchas veces, se vuelven muy críticos de sí mismos y de los demás, y dado que se ponen un estándar muy alto, los perfeccionistas se decepcionan con la realidad. Nada los satisface plenamente. Ven más lo que falta y no lo que se ha logrado. Es decir, ven el vaso medio vacío y no el vaso medio lleno. Además, pueden ser dogmáticos e inflexibles, y tienen expectativas inalcanzables. Dice el experto en liderazgo inteligente, John Mattone, “a medida que sus decepciones se acumulan inevitablemente, sus frustraciones se transforman en una ira universal por el estado imperfecto del mundo… Desafortunadamente, una energía agresiva y negativa termina consumiendo al perfeccionista”.
Eso pasa sobre todo en el caso de líderes que todavía no han desarrollado un alto nivel de madurez ejecutiva. De hecho, perfeccionistas maduros se convierten en líderes muy nobles. Guiados por un profundo sentido de los principios correctos y éticos. Generan confianza y son buenos en tomar decisiones. Además, se distinguen por ser imparciales, justos y objetivos en su trato con las personas. Tienen objetivos realistas y no inalcanzables, ejercen la autodisciplina y siempre apoyan a los que tienen el mejor plan. “Los perfeccionistas maduros y predominantes también están en contacto con su humanidad”, dice Mattone, “y por eso toleran los limites propios y de los demás”. Vale entonces la pena preguntarse si al buscar la perfección también se promueve la excelencia, o si, por el contrario, se termina saboteándola.
De hecho, ésta es esencialmente la diferencia entre perfeccionismo y excelencia. El perfeccionismo no permite la experimentación, el aprendizaje, la capacidad de acoger lo desconocido. Todos sabemos que lo perfecto es enemigo de lo bueno, o por los menos de lo suficientemente bueno. Como dice la antropóloga Angeles Arrien, la diferencia entre perfeccionismo y excelencia es: “la voluntad de ser sorprendidos aprendiendo”. De hecho, la excelencia tiene que ver con crecimiento y madurez; es la voluntad de seguir mejorando. Finalmente, podríamos decir que el perfeccionista está enfocado en “hacer las cosas bien”, preocupado por las apariencias y por la opinión de los demás. Por el contrario, quien aspira a la excelencia está enfocado en hacer lo necesario, porque se concentra en el porqué de una tarea. Es decir, el líder que aspira a la excelencia está conectado con su propósito. Por eso, pasar del perfeccionismo a la excelencia favorece un alto rendimiento y la plenitud en la vida.
¿BUSCAS LA PERFECCIÓN O LA EXCELENCIA?
Mucha gente no sabe que existe una gran diferencia entre una persona perfeccionista y una que busque la excelencia.
RAZONES DEJAR DE SER PERFECCIONISTAS

Razón 1:
La perfección te hace sentir insatisfecho o insatisfecha.
La excelencia te hace sentir satisfecho(a), porque ésta viene de ti mismo(a). Logras obtener lo que quieres y lo que tanto sacrificio te costó, porque usaste los medios que tenías.
Razón No. 2 para optar por la excelencia
La perfección te aleja de tus seres queridos, porque te vuelves tan exigente tratando de alcanzarla algo, que apartas con tus críticas a los que te aman.
La excelencia unifica a la familia, ya que son conscientes de lo que tienen y pueden hacer con ello. Cada uno conoce sus límites, pero da lo mejor de sí; se dan cuenta de todo lo que pueden lograr trabajando en equipo.
Razón No. 3 para preferir la excelencia
Cuando buscas La perfección no te permites perdonarte un error. Te vuelves una persona estresada, infeliz, odiosa, amargada e incluso vengativa. 
La excelencia te da la oportunidad de reírte de tus errores, y a su vez, te estresas menos. La excelencia te permite examinar en que fallaste y por qué no deberías volver a cometer ese error, pues ya viviste la experiencia. No importa que te equivoques, aprende de tus errores.
Razón No. 4 que te impide tomar acción
El miedo a cometer un error o querer que todo te salga perfecto, te impide a veces ser responsable o tomar acción. Seguramente has escuchado personas decir: "Si no me va a salir perfecto, mejor no lo hago". Cuando buscas la perfección tienes miedo a fallar; entonces muchas veces, dejas de hacer algo que pudo haber sido bueno en tu vida. 
La excelencia te lleva a ser responsable, te lleva a tomar o no acción. Cada uno es responsable de hacer o no hacer algo, tú tienes siempre la última palabra. Pero cuando buscas la excelencia, examinas los pros y los contras; decides hacer o no alguna cosa, porque te das cuenta de que no conviene, no lo dejas de hacer porque tienes miedo a fallar.
Razón No.5 para buscar la excelencia
Cuando eres un perfeccionista vives comparándote con otros. 
Cuando buscas la excelencia reconoces y valoras tus cualidades. Eres una persona positiva. Puedes ver las cualidades de otros y tratas de imitar sus buenos ejemplos.
 No hay nada peor que el descalificarse uno mismo.  No te compares. No te cierres tu mismo las puertas.
Razón No. 6 para no ser perfeccionista
Cuando eres perfeccionista, no eres capaz de reconocer tus errores. Estás siempre a la defensiva y ofendes a quien se atreva a decirte tus defectos. 
Cuando buscas la excelencia, eres capaz de reconocer tus errores y no te esponjas cuando alguien te quiere ofender –adrede –  o cuando simplemente te hace una crítica constructiva. 

Razón No. 7 para no buscar la perfección
La perfección no ayuda para nada al momento de trabajar en equipo. Muchos se aburren y se cansan rápidamente sabiendo que persiguen un objetivo inalcanzable. 
La excelencia ayuda mucho cuando deseas que las personas trabajen en equipo. Al darles metas realistas, se entusiasman y participan sabiendo que pueden lograr los objetivos a pesar de sus limitaciones o precariedades.
Razón No. 8 para no querer hablar de perfección
Cuando lo que buscas es la perfección, piensas que las cosas te tienen que salir bien obligatoriamente a la primera, sin importar si estás preparado o no.
Cuando eres una persona en busca de la excelencia, haces cambios que te ayuden poco a poco a que las cosas te salgan bien a la primera. Es decir, aprendes de tus errores y te preparas para al siguiente paso, pero no pensando en que te saldrá perfecto, sí no más bien pensando que lo harás mucho mejor que la primera vez. así, sigues haciendo arreglos positivos que te encaminaran a ser mejor cada día. 
Recuerdo una vez en un concurso de belleza, todas estaban estresadas buscando que todo les saliera perfecto. Conocí a una participante que estaba allí por primera vez, me dijo muy relajada: He hecho lo mejor que podido.
Más tarde, ganó el primer lugar; mientras las otras no podían entender cómo perdieron si lo habían hecho todo “perfecto”.
Razón No. 9 para que te olvides de la perfección
La perfección hace énfasis en que tienes que tener tu vida en control, y te sientes devaluado(a) si no lo haces todo perfecto. 
La excelencia enfatiza que tienes que mantener tu vida en equilibrio. Aceptas que Dios tiene el control. Eres una persona especial, muy valiosa, pero no perfecta.   
En resumen: 
La búsqueda de la excelencia te edifica, te hace sentir valioso y una mejor persona. Mientras que la búsqueda de la perfección NO. Busca la excelencia y acepta que no eres perfecto(a). 
Que los imprevistos no arruinen tu misión. Si no te salen las cosas bien de un lado, no tengas miedo de tirarte para el otro.
Diferencia entre Perfección y excelencia
Mucha gente no sabe que existe una gran diferencia entre una persona perfeccionista y una que busque la excelencia. 
Ciertamente, la perfección, no existe, es un espejismo. No es posible para un ser humano ser perfecto. Recuerda, perfecto: solamente DIOS. 
Veamos la definición de ambos términos según Wikipedia: 
Perfeccionismo: el perfeccionismo es la creencia de que la perfección puede ser alcanzada. En su forma patológica, es la creencia de que cualquier cosa por debajo de un ideal de perfecciones en inaceptable.
Es decir, la perfección no es la búsqueda de la excelencia, es la búsqueda frustrante de lo inalcanzable. Es la falsa creencia de que si no soy perfecto o perfecta, no soy lo suficientemente bueno. 
Excelencia: es un talento o cualidad de lo que es extraordinariamente bueno y también de lo que excede las normas ordinarias. Es también un objetivo para el estándar de rendimiento.
Es como ponernos límites alcanzables para indicarnos que tan bueno es lo que estamos haciendo. Es hacer lo mejor que se pueda con los recursos y oportunidades que tenemos. 












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