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EL FUTURO DEL PASADO N° 4

 identidad en una cultura enamorada de la juventud y sin ningún amor a las mujeres como seres humanos. Las mujeres de cincuenta años están en un estado de perplejidad y rabia. No llegó a suceder nada de aquello que esperaban. Mujer, ¿qué sucedió con los veinticinco años de protestas para no querer ser más unas “Barbies” de plástico? ¿Qué hubo de la rabia, del psicoanálisis y de los mitos de belleza? Son hombres que obligan a las mujeres a temer el envejecimiento ¿o son las mujeres mismas que están aterrorizadas porque sólo conocen un tipo de poder, el poder de la belleza y de la juventud? Es necesario también preguntar: ¿quién impone los parámetros de la belleza? Hoy se dan bofetadas por causa del vacío espiritual en el que se encuentran. Sin espíritu es imposible encarar que se envejece y se muere. ¿Y cómo pueden encontrar con facilidad las mujeres el espíritu en una sociedad en la que su más permanente identidad es la de consumidoras, en que toda la lucha por la autonomía e identidad choca con los implacables dictados del mercado; un mercado que las ve como consumidoras de todo y se prestan a ser vehículos de propaganda, ¿desde carros, cosméticos y cirugía plástica? ¿Por qué la propaganda suprime la cuestión de la muerte cuando habla de la vejez, principalmente si la referencia es la mujer? Claro que no es agradable contemplar la propia muerte si la vida que llevamos no fue digna. Para esta propaganda, una vida digna no le sirve. Muchos, tal vez se pregunten del tiempo perdido. Y yo aquí me acuerdo de un bello poema de Mario Quintana que dice: “Hubo un tiempo de sillas en la acera. Era un tiempo en el que había más estrellas. Tempo en el que los niños jugaban bajo la claraboya de la luna. Y el perro de la casa, era un gran personaje. Y también el reloj de la pared. Él no medía el tiempo simplemente, él meditaba el tiempo” Otro escritor brasileño que tan bien nos coloca frente a la vejez, es Affonso Romano de Sant’Anna: “En verdad se debería envejecer blandamente. Nunca a los golpes. Los elefantes envejecen bien. Los vinos, mejor aún. Quedan ahí en los límites de su garrafa, en la espesura de su sabor, en la bodega del placer. Vienen envejeciendo y ganando vida, envejeciendo y siendo amados, y, porque viejos, deseados. Los vinos envejecen densamente y dan placer. Uno debía ir gastándose, gastándose hasta desaparecer sin dolor, como quien, caminando contra el viento, de repente, se evaporase. Y ahí iban a preguntar: ¿Dónde está fulano? Y alguien diría: se gastó, fue viviendo, viviendo y acabó.” Bilac decía que uno debería aprender a envejecer con los viejos árboles. 

Walt Whitman tiene un poema que dice: “Creo que podría vivir con los animales. Son tan plácidos y sufridos. Permanezco mirándolos días e días sin cansarme.
No preguntan, ni se quejan de su condición. No andan acordados por la noche, ni lloran por sus pecados. Y no se incomodan discutiendo sus deberes para con Dios. No hay ningún descontento, ni
ganancia por la locura de poseer cosas. Nadie se arrodilla delante de los otros, ni delante de los muertos de su clase. ”
Es necesario no olvidarse del arte de soñar. Quien es rico en sueños no envejece nunca.
Puede alguien morir de repente. Pero mueren en pleno vuelo, lo que es muy bonito. Es como dice
Alberto Caeiro. (Fernando Pessoa): Y el tiempo pasa, No nos dice nada. Envejecemos.
Sepamos, casi maliciosos, Sentirnos, Teniendo a los niños, Por nuestros maestros. Y los ojos llenos de naturaleza. Cuando digo pasado, no es como algo muerto y olvidado, sino como algo que llevamos con nosotros, que fecunda el presente y vuelve atractivo el futuro y así podré salvarme del miedo de la muerte para que sea capaz de morir dignamente.
Guimarães Rosa dice que los ríos no quieren llegar, ellos quieren quedarse más anchos y más hondos. Y para terminar, Cecília Meireles dice: “Debíamos ser como la flor que se cumple sin pregunta. La cigarra quemándose en música, al camello que mastica su larga soledad. El pájaro que busca el fin del mundo, el buey que va con inocencia para la muerte. Sé así cualquier cosa serena, libre, fiel. No como los demás hombres.”
Y Oscar Bertholdo:
Todos los caminos caben, En la silla mecedora. De saberse sin prisa. Incluso sin haber llegado. La vejez es un jarro Tan frágil de alegrías, Tan lleno de ocasos” “Un animal, al envejecer conserva su gracia. ¿Por qué la bella arcilla humana (el hombre) se estropea así?” Cito algunos escritores (as) más, pensadores (as) y lo que dijeron sobre a vejez: "La vejez anuncia al hombre su destino: el hombre insensato, que al final todos somos más o menos, tiende a rehusarla, maquillándola, disfrazándola mientras puede y después encerrándola lejos de la vista y del corazón. El reverso de la medalla es el culto de la juventud. Televisiones, radio, publicidad, ocio, están cada vez más diseccionados para los jóvenes y adolescentes. Pero bajo el lema "el futuro pertenece a los jóvenes" está normalmente más una apuesta comercial que una verdadera preocupación social. En un mundo en el que la apariencia es todo, las arrugas no tienen derecho a la vida". (Esther Mucznik) 
“La vejez con sus agruras llega para todos. Yo no me rebelo contra la orden universal de la vida. Aprecié muchas cosas- la compañía de la familia, de los amigos y la puesta del sol. Observé plantas creciendo en la primavera. De vez en cuando tuve una mano amiga para apretar. Una que otra vez encontré un ser humano que casi me comprendía. ¿Qué más puedo querer?” (S. Freud) “La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida hacia adelante”. (Soren Kierkegaard) “Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los treinta siguientes, el comentario”. (A. Schopenhauer) “Para pesar la vida en una balanza justa, debemos siempre recordarnos de la fragilidad humana”. (Plinio, el antiguo) 
“Ahora que soy viejo aprendo el Sol en los ojos, el agua en la garganta. Me prendo en lo que puedo y en lo que espero y riego los jardines y canto”. (Delmino Gritti) Envejecer no es contar tiempo, Es aceptar el rumor silencioso del Cuerpo, Pequeño grito de una hoja Cayendo del ramo y Estremecimiento de sombra en la quietud. (Delmino Gritti) “El secreto de una buena vejez es hacer un conveniente contrato con la soledad: Esto quiere decir: saber merecerla y preservarla”. (Gabriel G. Márquez)
“Cuando mueras, sólo llevarás aquello que hayas dado”. (Sabiduría árabe) 
“La vejez es cuando un día las muchachas comienzan a tratarnos con respeto y los muchachos sin respeto ninguno”. (Mario Quintana) “La vida es un viaje sin billete de vuelta. Resta el consuelo del álbum de fotos: la memoria”. (Frei Betto) “Tiene sueños hondos la vejez. El tiempo se abre para adentro”. (Oscar Bertholdo) Carlos Drummond de Andrade, refiriéndose a un retrato juvenil de Cecília Meireles, dice: “Lo más extraordinario no es la muchacha bonita que ella fue. Es la anciana bonita que ella es”. “Vuélvete viejo luego, si quieres ser viejo por mucho tiempo”. (Cícero) “El olvido, bálsamo devorador de la memoria, es una dádiva, pero es también un arte”. (Casimiro de Brito) “La ciencia alarga la vida, pero ¿cómo se corta la muerte?” (Roberto Juarroz) “Si eres viejo y sabes ser viejo, ¡OH cuánto sabes!” (Antonio Porchia) “La juventud vive de juventud y la vejez de tiempo”. (Antonio Porchia) “La vida se mide por su intensidad, no por su duración”. (Avicena) “Envejecer es pasar de la pasión a la compasión”. (A. Camus) “Saber envejecer es la obra maestra de la sabiduría, 

y uno de los capítulos más difíciles en el gran arte de vivir”. (H. Melville) “La vida de uno no es lo que sucede, sino lo que uno recuerda y cómo lo recuerda”. (G. G. Márquez) “No me siento de ninguna edad. Si hay alguna edad, quizá sea la infancia; la eternidad y la infancia”. (Marguerite Yourcenar) Porque eso son los viejos: la cuerda, la Ligazón que hay entre la vida y el abismo De la muerte. (F. G. Lorca) ¿Por qué no recuerdan los viejos Las deudas ni las quemaduras? La muerte será de no ser ¿O de sustancias peligrosas? Cuando se fueron los huesos
¿Quién vive en el polvo final? (Pablo Neruda) “Unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir”. (Jaime Sabines) “Voy a envejecer para todo. Para el amor, para la mentira. Pero nunca envejeceré para el asombro. Siempre me seguirán asombrando las cosas elementales”. (Chesterton) “¿Tenemos un espléndido pasado por delante? Para los navegantes con ganas de viento, la Memoria es un puerto de partida”. (Eduardo Galeano) Oda a la edad Yo no creo en la edad Todos los viejos Llevan en los ojos un niño, Y los niños a veces Nos observan Como ancianos profundos. (Pablo Neruda)
Los Indios Viejos Los hombres viejos, muy viejos, están sentados Junto a sus cabras, junto a sus pequeños animales mansos. Los hombres viejos están sentados junto a un río Que siempre va despacio. Ante ellos el aire detiene su marcha, El viento pasa, contemplándolos, Los toca con cuidado Para no desbaratarles su corazón de ceniza. Los hombres viejos sacan al campo sus pecados, Este es su trabajo. Los sueltan durante el día, pasan el día olvidando, Y en la tarde salen a lazarlos Para dormir con ellos calentándose. (Joaquín Pasos-Granada) “Cuando nacemos, en general, somos envueltos por brazos protectores. Es mi ambición que cuando sea vieja, muy vieja, también sea envuelta por brazos protectores cuando lo necesite, ojalá por los mismos seres a quienes les brindé protección, de esta manera cumplir el ciclo de la vida como me siento que debe ser”. (Ana Arroba) “Con la edad (ser más viejo) se gana paciencia, más serenidad y madurez por supuesto. Puede ser también que los años le regalen a uno más lucidez, porque las cosas empiezan a verse no sólo con los ojos del presente sino también con los del pasado, y entonces uno puede tener una visión más aproximada del futuro. Pero también cuando uno se hace más viejo, el cuerpo se va deteriorando y la energía cambia, aunque el cuerpo es la meseta donde se apoyan las cosas del espíritu”. (Mario Benedetti)
“Las personas viejas tienen la muerte y las personas jóvenes tienen el amor; la muerte llega apenas una vez, y el amor, muchas veces”. (Yasunari Kawabata) Sólo en la vejez la mesa queda repleta De ausencias. (…) Envejecí, Tengo mucha infancia por delante. (Fabricio Carpinejar) “Todos desean vivir por mucho tiempo, pero nadie quiere llegar a ser viejo”. (Simone de Beauvoir) “Muerte, desperdicias tu tiempo sobre mi vida herida, pues aquel que nunca vivió no morirá.” (Francisco Quevedo) 
Preguntaron a Diógenes (el filósofo) cual era la cosa más miserable de la vida, dijo: “El viejo pobre”. “La idea de la muerte es lo único que templa nuestro espíritu”. (C. Castaneda) “Mi fuerza es no haberle encontrado respuesta a nada”. (Emil Cioran) “Quien practica la filosofía correctamente aprende a morir y no teme la muerte”. (Sócrates) “De lo que me queda de la vida, me preocupa no tener la serenidad que necesito para envejecer correctamente y vivir sin molestar nadie”. (Félix Grande) “Solamente tenemos un recurso frente a la muerte: hacer arte antes que ella”. (René Char) “Llevar la decrepitud como una flor. O como una corona. Es envidiable el otoño, la segura y hermosa dignidad con que se acuestan las hojas de los árboles sobre la tierra. Es envidiable al invierno de esas latitudes donde la nieve y el silencio se parecen a la sabiduría que nos seduce por su ausencia de sombra”. (Blanca Varela) “La vejez. En principio, por la coherencia con la memoria. Somos seres con memoria, sin ella no seriamos nada. La memoria sustenta la amistad, y la energía de la edad, también. Cuando quieres ver tu rostro, miras en un espejo; pero cuando quieres saber quién eres, te miras en el rostro de un amigo, porque el amigo es otro yo”. (Emilio Lledó) “Los que viven en la vejez son tiempos frontera. Los recorres, pero siempre mirando lo que ha acontecido en la vida y sin ese camino no te encuentras con la amistad, eres el ser más desgraciado de la vida”. (Fernández Alba) “Seguramente no hay una vida después de la muerte, pero fijo que hay una vida antes de la muerte, y hay que construirla tan rica como podamos”. (Jean-Claude Carrière)
Usted que es una persona adulta -por lo tanto, Sensata, madura, razonable, Con gran experiencia y que sabe muchas cosas, ¿Qué quiere ser cuando sea niño? (Aníbal Niño) (…) “Alguien me habló todos los días de mi vida al oído, despacio, lentamente. Me dijo: ¡vive, vive, vive! Era la muerte”. (Jaime Sabines) “Bastante raro que el pasado esté siempre tan presente”. (Carlos Villamil) “Quien posee la facultad de ver la belleza, no envejece”. (F. Kafka) “La vejez nos hace más arrugas en el espíritu que en la cara”. (Michel de Montaigne) “Envejecer aún es la única manera que se descubrió de vivir mucho tiempo”. (C. SaintBeuve) “Saber envejecer es la obra prima de la sabiduría y uno de los capítulos más difíciles en la grande arte de vivir”. (Hermann Melville) “Envejecer sin agriarse como los buenos vinos”. (Cicerón) “Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”. 
(Ingmar Bergman) “Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar y viejos autores para leer”. (Francis Bacon) “Una bella ancianidad, ordinariamente, la recompensa de una bella vida”. (Pitágoras) “Los que en realidad aman la vida son aquellos que están envejeciendo”. (Sófocles) “Los viejos son más demorados en recordar porque tienen más historias en la memoria”. (Delmino Gritti) “La vida: el pasado que vemos deprisa, el presente que no podemos congelar, el futuro demasiadamente incierto”.(Delmino Gritti) “Ahora sé la mitad de las cosas que juzgaba saber cuándo tenía 18 años”. (Pablo Picasso - ya viejo-). “No paramos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar”. (G. B. Shaw) “La edad nos enseña a ser un tanto más cordiales con nosotros mismos y a mirar el presente con mayor atención, a detenernos en el hoy de nuestra cotidiana posibilidad.
Los años se nos van en aprender a pasar de la orilla de la palabra a la orilla de la memoria, es decir, aprendiendo a llevar a buen término este viaje sentimental”. (Eugenio Montejo) “A veces, percibimos la vida más intensamente cuando la recordamos, con más tranquilidad que en el momento en el que transcurre”. (Hector Tizon) “Lo peor de hacerte viejo es que das por seguras demasiadas verdades: es cuando necesitas nuevas preguntas”. (Richard J. Roberts) “Quedarse viejo es una experiencia fascinante. Cuánto más viejo usted se queda, más viejo usted quiere ser”. (Keith Richards) “Es necesario preparar un bastón en la juventud, para tener en qué se apoyar en la vejez”. (KungTse) 
El silencio de los viejos en los bancos de las plazas Que en tiempo antiguo sentaban enamorados, Aparecen como los gatos cuándo hay sol, Un espacio con tiempo de memoria, Reúnen charlas y silencios llenos de certezas y mohos, Silencios que los llevan lejos en el tiempo, Más allá del horizonte, Viaje que soñaron a la distancia Que nunca se pierde el camino para el viaje adentro. Ah, ¡los ojos de la vejez! Llenos de sol pasado Y de sombra futura Condenados a tener La niebla del presente Como razón de ver. Mapa en relieve de áspera geografía, El rostro de las personas viejas. De los abuelos, ¡qué infinito y nostálgico mirar y silencio! En el azul limpio de sus ojos impregnados de sueños, Sonrisas de milenios en sabiduría envolvidas. En la plaza, en el bar, con navegaciones propias, Cada uno con su mapa, Cada mapa con sus puertos, velas y vientos, Esperan cualquier cosa, tristezas crecidas presas en la mirada. Estremecido quedo al mirarlos, Adivinar en los ojos lo que fueron y Deseaban ser y También adivinar en que quedaron. ¿Cómo serán sus rostros Cuándo sus heridas estuvieren cerradas? (Delmino Gritti)


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