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PASIÓN: ¿UN REGALO O UNA MALDICIÓN?

 Cuidado: el equilibrio es una ilusión.

La pasión es un sentimiento muy intenso, que involucra el deseo y el entusiasmo por algo. Refleja un interés particular por una causa, idea, actividad, persona u objeto. Decimos que alguien se apasiona por algo cuando establece una relación de afinidad muy fuerte con ese algo. Hay pasiones que enaltecen la condición humana y constituyen el condimento que nos lleva a materializar los logros más grandes.
La pasión es una realidad que nos autodefine, es decir, que expresa un rasgo significativo de nuestra identidad, de nuestra personalidad Las actividades que conllevan verdadera pasión requieren cantidades enormes de tiempo y energía. Son convicciones auténticas, frente a las que nunca nos sentimos completamente satisfechos. Recabar información, involucrarnos en diferentes ámbitos o horas y horas de práctica nos permiten encauzar nuestras pasiones por el sendero de la excelencia.
Existen distintos tipos de pasión según la causa que las motive. Es así como unas pueden ser positivas o armónicas y otras negativas u obsesivas. Las pasiones positivas se caracterizan por ser de elección libre. Son placenteras, dejan tiempo para otras actividades y no pretenden opacar a alguien, como tampoco satisfacer los deseos de otro, en detrimento de los propios.
Las pasiones negativas, se distinguen fundamentalmente por ser inmanejables para las personas que las “padecen”. No las controlamos, por el contrario, ellas nos controlan. Buscan satisfacer los deseos de otros, generan sentimientos de culpa, pérdida de autoestima y ansiedad. Por tanto, son muy autodestructivas y requieren orientación y tratamiento psicológico en la mayoría de los casos.
El conformismo es el principal enemigo de nuestras pasiones. Por eso, es mejor asumir una actitud humilde, pero ambiciosa al mismo tiempo y tomar ejemplo de los grandes hombres que se han jugado a fondo por sus ideales. No podemos poner límites a nuestros sueños, muchas pasiones desaparecen cuando nuestros temores afloran. Por tanto, debemos ser tenaces y arriesgar.
Es imperioso alejar de nosotros todo lo que sea negativo. Recuperar la actitud soñadora y curiosa que teníamos de niños y apartar toda limitación mental que ponga límites a lo que deseamos lograr. No podemos continuar desperdiciando nuestro tiempo y energía en cosas que no correspondan a lo que verdaderamente nos estremece en la vida.
La pasión puede ser un regalo increíble: combustible para el descubrimiento científico, el genio artístico, los logros atléticos y otros trabajos innovadores. Pero, al mismo tiempo, la pasión también puede ser una terrible maldición: una obsesión desadaptativa que puede conducir a un comportamiento poco ético, ansiedad e incluso depresión. Muchas de las personas más felices y anunciadas del mundo han sido etiquetadas como apasionadas, pero lo mismo es cierto para muchas de las personas más molestas y los mayores fraudes del mundo.
Como un escritor relativamente que se vuelve cada vez más apasionado, quería explorar qué separa, en todo caso, el tipo bueno de pasión del malo. El resultado inicial de investigación de meses está aquí, “¿Controlas tu pasión o tu pasión te controla a ti?", una historia que acaba de publicarse en New York Magazine. Comparto tres de los temas clave que surgieron aquí:
1)Cultiva el impulso desde dentro. Cuando su motivación para realizar una actividad proviene del interior, esa actividad casi siempre se disfruta más.
 Debes lanzarte a algo no para impresionar a los demás, sino por cómo te hace sentir el trabajo en sí. Asimismo, tu satisfacción no debe provenir de obtener reconocimiento externo o ganar premios, sino de saber que diste todo de ti en algo. Debe preguntarse constantemente si está haciendo algo para obtener la validación de los demás o por razones internas más personales. Si te encuentras respondiendo lo primero con más frecuencia que lo segundo, sería prudente reevaluar tu pasión porque...
2)Quedarse atrapado en la validación externa casi siempre conduce al sufrimiento. En el momento en que comienza a preocuparse más y a juzgarse a sí mismo en función de lo que otros piensan de su trabajo en lugar de en función de un estándar auto establecido, está coqueteando con el desastre. En esencia, estás vinculando tu autoestima a cosas que están fuera de tu control. Como resultado, cuando las cosas van mal, e inevitablemente lo harán; ya que el camino hacia todo gran éxito incluye al menos algún fracaso: es más probable que intente preservar la ilusión del éxito (es decir, haga trampa) o que se vuelva francamente miserable. Esto no es solo prédica de autoayuda. 
3)El equilibrio es una ilusión. Cuando te vuelves realmente apasionado, cuando realmente vas por algo, incluso si lo haces impulsado principalmente por razones internas, todavía hay un gran costo: todo lo demás debes dejarlo atrás. En otras palabras, la pasión a menudo requiere un gran sacrificio. Como resultado, dudo en decir que la pasión es "buena" o "mala". Simplemente es. Hay grandes compensaciones asociadas con la pasión, y lo mejor que puede hacer es estar constantemente al tanto y evaluar estas compensaciones, algo mucho más fácil de decir que de hacer. La compensación es una forma para no saborear disgustos de cuanto mayor sea la barrera a nuestro deseo, mayor será la frustración resultante.
La frustración llevó a Kierkegaard a uno de los pasajes más intempestivos de su obra maestra Cualquiera / O:
“Cásate y te arrepentirás; no te cases, también te arrepentirás; cásate o no, te arrepentirás de cualquier manera.
Ríete de la tontería del mundo, te arrepentirás; llorar por eso, también te arrepentirás; ríete de la tontería del mundo o llora por ella, te arrepentirás de ambas.
Cree en una mujer, te arrepentirás; no le creas, también te arrepentirás … 
Cuélgate, te arrepentirás; no te ahorques, y también te arrepentirás; ahorcarse o no ahorcarse, lo lamentará de cualquier manera; ya sea que se ahorque o no, se arrepentirá de ambos. Esto, caballeros, es la esencia de toda filosofía “.
La pasión es un tema fascinante con implicaciones muy reales para cualquiera que se considere un “empujador” en cualquier área de la vida. Con suerte, ser más consciente de lo bueno y lo malo que viene con la pasión ayudará a garantizar que sus pasiones sean siempre un regalo y nunca una maldición.
La pasión es una de las emociones más intensas que podemos sentir en nuestras vidas, ella constituye el alma de nuestro propio éxito. La pasión podemos sentirla cuando nos dedicamos a lo que realmente amamos y consideramos más importante.
Para saber si estamos viviendo con pasión es bueno fijarnos en si ponemos excesivo esfuerzo en lo que hacemos o no, si ponemos atención en lo que hacemos de forma inconsciente o si sentimos el paso del tiempo cuando llevamos a cabo lo que creemos que nos gusta sin poner límites.
Como potenciar su vivencia y desarrollo de la pasión. Son pocas las personas que la han llegado a sentir en su interior y se han lanzado a descubrir que es en realidad lo que les hace vivir y brillar. Como ocurre con la creatividad, para empezar, comenzaremos desmitificando la idea de que no todos estamos capacitados para sentirla. Todos somos merecedores de vivir apasionados, cada uno de nosotros por muy diferentes que seamos.
Os puedo asegurar que una vida sin pasión no nos permite alcanzar y compartir el auténtico potencial interior con el que venimos a este mundo. Cuando sientes la pasión por lo que vives decides buscar, tu corazón te pide luchar y lo más grandioso: ser capaz de arriesgar y dar lo mejor de ti a los que te rodean y amas.
Aprendes también que las pasiones de cada persona son únicas y posiblemente irrepetibles. Cada una de ellas la eliges tú mismo, cómo sentirlas y cómo materializarlas. Tú eres el que da origen a tus propios sentimientos y tienes el increíble poder sobre ellos. Decides cómo quieres vivir y sentir la vida, al fin y al cabo, esta solo depende de ti.
Pero, ¿qué es vivir una vida con pasión?
La respuesta consiste en vivir cada momento de la vida, disfrutándolo con la intensidad con la que vivirías tu ultimo día.
Una vida con pasión es vivir empleando todos los sentidos, ser conscientes de nuestra propia realidad y alcanzar una plenitud interior que nos permita desarrollar toda nuestra “magia” personal. Para ello, la inteligencia emocional será nuestro mejor aliado, permitiéndonos romper las barreras creadas por nuestros miedos y nuestras creencias limitantes, adquiriendo una infinidad de herramientas complementarias para su logro y consecución.
Conseguir vivir con pasión es un sueño alcanzable para todos nosotros. Os animo a atreveros a sentir la libertad, romper las barreras, emprender, empezar cada día como uno nuevo, probar, disfrutar, vivir el aquí y ahora, hacer posibles las cosas, crecer constantemente y, lo mejor de todo, amar y compartir ese amor por la vida y nosotros mismos.













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