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PARADIGMA

 

Un paradigma es un ejemplo o algo que se toma como modelo. Ese es el uso que se le da al término que deriva del griego paradeigma– en el lenguaje cotidiano. Por ejemplo: «El trabajo de Valentino es un paradigma para muchos jóvenes diseñadores».

En principio, la noción se utilizaba a nivel gramatical (para definir su uso en un cierto contexto) y en la retórica (para hacer mención a una parábola o fábula). A partir de la década del ’60, los alcances del concepto se ampliaron y paradigma comenzó a ser una palabra común en el vocabulario científico y en expresiones epistemológicas cuando se hacía necesario hablar de patrones.

El origen etimológico del concepto, se halla en la palabra latina paradigma, aunque esta a su vez procede del griego. Más exactamente viene de παράδειϒμα, que se forma a partir de la unión del prefijo para-, que significa «junto», y de la palabra deigma que se traduce como ejemplo o modelo

El término paradigma fue inicialmente definido por Platón como las ideas o tipos de ejemplo de algo, y posteriormente fue refinado por Thomas Kuhn para reflejar las prácticas que delinean una disciplina científica a lo largo del tiempo.


Un paradigma científico establece lo que debe ser observado, el tipo de preguntas que deben desarrollarse para obtener respuestas en torno a un objetivo, y cómo deben estructurarse esas preguntas.
Los tipos de paradigmas varían dependiendo de su campo de aplicación y alcanza. Los paradigmas científicos pueden ser sucedidos por otros cuando ya no satisfacen los requerimientos de una ciencia o cuando nuevos descubrimientos invalidan conocimientos anteriores.
En las ciencias sociales, un paradigma también se refiere a la cosmovisión de un individuo o grupo, y se utiliza para referirse a todas las experiencias, creencias, vivencias y valores que afectan y condicionan la forma en que una persona ve la realidad.
Paradigma según distintos filósofos
Una de las primeras figuras de la historia que abordaron el concepto que ahora nos ocupa fue el gran filósofo griego Platón, que realizó su propia definición de lo que él consideraba que era un paradigma. En este sentido, el citado pensador expuso que esta palabra venía a determinar lo que son las ideas o los tipos de ejemplo de una cosa en cuestión.
El estadounidense Thomas Kuhn, un experto en filosofía y una figura destacada del mundo de las ciencias, fue quien se encargó de renovar la definición teórica de este término para otorgarle una acepción más acorde a los tiempos actuales, al adaptarlo para describir con él a la serie de 
prácticas que trazan los lineamientos de una disciplina científica a lo largo de un cierto lapso temporal.
De esta forma, un paradigma científico establece aquello que debe ser observado; la clase de interrogantes que tienen que desarrollarse para obtener respuestas en torno al propósito que se persigue; y qué estructura deben poseer dichos interrogantes. Asimismo marca pautas que indican el camino de interpretación para los resultados obtenidos de una investigación de carácter científico.
Cambios con el tiempo
Cuando un paradigma ya no puede satisfacer los requerimientos de una ciencia (por ejemplo, ante nuevos hallazgos que invalidan conocimientos previos), es sucedido por otro.
Se dice que un cambio de paradigma es algo dramático para la ciencia, ya que éstas siempre parecen gozar de estabilidad. La gran innovación propuesta por Kuhn al trabajar con los paradigmas fue la consideración de la ciencia como un producto humano susceptible de transformación. De acuerdo a este filósofo, siempre se deben analizar los desarrollos científicos con una mirada histórica.
Tipos de paradigma
Los tipos de paradigma se determinan según su campo de aplicación y su alcance. Un paradigma de investigación, por ejemplo, define las características de un objeto de estudio, el modo de abordaje de los problemas y los criterios para la interpretación de los resultados.
Si hablamos de paradigma metodológico, la noción refiere específicamente a la metodología elegida. Un paradigma teórico, se orienta a las teorías que se toman como base o sustento.  El paradigma epistemológico y el paradigma ontológico son otras clasificaciones habituales.
El empirismo, el constructivismo, el determinismo, el estructuralismo, el funcionalismo, el objetivismo, el positivismo, el relativismo, el utilitarismo y el resto de las doctrinas y corrientes filosóficas cuentan con paradigmas específicos para su desarrollo.
Una cosmovisión
En las ciencias sociales, el paradigma se encuentra relacionado al concepto de cosmovisión. El término se emplea para mencionar a todas aquellas experiencias, creencias, vivencias y valores que repercuten y condicionan el modo en que una persona ve la realidad y actúa en función de ello. Esto quiere decir que un paradigma es también la forma en que se entiende el mundo.
Por lo tanto, el paradigma o la cosmovisión de una persona o de un grupo es su modo de interpretación de lo real. A partir de este paradigma, se definen las conceptualizaciones que se aplican en la cotidianeidad.
No se puede dejar de mencionar que los paradigmas están vinculados a su época. La percepción y la valoración del entorno dependen del contexto histórico y no son aisladas.
La noción de paradigma más allá de la ciencia
También es necesario dejar patente que paradigma es un término que lo podemos emplear en otros campos. En este sentido, es muy utilizado en el ámbito de la lingüística, donde se emplea para referirse a todo un conjunto de palabras que, dentro de un mismo contexto, pueden utilizarse de manera indistinta.
Así, si tuviéramos la expresión «El ______ estaba ciego», podríamos completarla utilizando en ese hueco una serie de sustantivos tales como «hombre», «niño», «anciano», «gato» o «pájaro», entre muchos otros.






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