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CLARIVIDENCIA…CLARIAUDIENCIA?

CLARIVIDENCIA…CLARIAUDIENCIA?

Caminando estaba por un bosque cerca de mi casa, solía hacerlo al término de la secundaria los sábados que no teníamos clases, mi carácter un poco introvertido hacia la distinción en mi familia y amigos del  colegio, sin mirar algo fijo continuaba caminando, de pronto un golpe seco hizo llamar mi atención que hasta ahora sin concentración estaba, dirigí mi caminar al lugar de donde vino el golpe: sorpresa fue al ver a un gato silvestre pequeño, raro por si, tenía la cara de dos colores, una mitad que iba desde la frente hasta la parte inferior de la boca color blanco y la otra mitad color negro, ojos celestes muy pronunciados; el felino había caído preso en una jaula que algún cazador tenía el propósito de atraparlo; sin poder escapar haciendo esfuerzos y movimientos bruscos quería salir y volver a sus ajetreos cimarrones, en este batallar estuvo varios minutos hasta que parece que se cansó, pero no quedo tan tranquilo, siguió, hasta quedarse quieto. Fue entones, cuando al verlo indefenso y lo pequeño que era, tomé la decisión de sacarlo y dejarlo libre. El problema que me gane en su instinto el gato me veía como si yo fuera el cazador, se defendía, no sé qué cosa hizo calmarlo y aproveche para verbalmente acariciarlo y mientras lo hacía, más pacífico se ponía: al fin pude sacarlo de la trampa y dejarlo en libertad, antes de huir se detuvo y me miró fijamente como queriendo reconocerme y agradecerme a la vez.
Pasaron los años, ya profesional visité a mis padres, y quise evocar mis paseos por el bosque, iba por el mismo camino que hace años lo hacía, un fuerte escalofrió sentí, dábame la sensación que alguien me seguía y miraba mi andar, al volver la cabeza no observe ni percibí nada; sucedió esto varias veces; como mayor de edad deduje que sólo era mi imaginación; la serenidad volvió y regresé a la casa.
Estando en la ciudad, estaba parado junto con otras personas frente a la zona de cruce de peatones tratando de pasar una avenida muy transitada, los carros iban y venían velozmente, hubo un momento de calma y dimos el primer paso para cruzar, cuando escuche una voz potente que me decía: Carlos, Carlos no cruces detente quédate donde estas, al escuchar esta voz con tanto énfasis me quede parado, la señora y su esposo, dos jóvenes y una señorita que estaban a mitad de pista, fueron arrolladas intempestivamente por un camión quedando sin vida.
Asustado y temblando por el accidente casi me desmayo, pero saque fuerzas para ver quien me había llamado y dicho que no cruzara: di media vuelta, no vi a nadie, no había ninguna persona, grande fue mi sorpresa cuando sólo vi al mismo gato que en otrora tiempo lo liberte, mirándome, no sé si observe bien, pero me parece que estaba sonriente como queriéndome decir estamos a mano.

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