Cinco hábitos tóxicos
que te roban felicidad
Los hábitos que tenemos nos definen ya sea para bien o para mal, pues no
solo pueden ejercer como las estrategias que nos ayudan a superar obstáculos,
sino que también pueden ser como aquella manzana envenenada que a pesar de
tener un apetecible aspecto guardaba en su interior una trampa.
Por lo tanto, a pesar de que muchos de nuestros hábitos nos permiten
optimizar nuestros esfuerzos y se consideran como saludables, existen otros
muchos que resultan tóxicos para nuestra salud y la vida
misma, impidiéndonos ser felices. Incluso, puede que hábitos que consideras
relativamente “buenos” no lo sean tanto o que ni siquiera seas consciente de
las consecuencias de los hábitos en tu vida. Hoy te traemos 5 hábitos tóxicos
que pueden estar impidiéndote ser feliz. Reflexionemos sobre ello.
“Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos
no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta.” Aristóteles
Pensar en negativo
Solemos tener la mala costumbre de pensar en
negativo. Somos expertos
en lo que no queremos, no tenemos, no merecemos o no somos capaces, focalizando
nuestra atención en ello. Cultivar el pensamiento negativo puede ser un
mal hábito que termine limitándonos tanto a nivel social como individual.
Porque si crees que no puedes, ¿realmente vas a intentarlo?
El pensamiento negativo puede erigirse como un
gran enemigo que nos atrape poco a poco en su tela de araña, convirtiendo todo nuestro alrededor en
una neblina gris que en sus casos más extremos desemboque en depresión junto
a otras variables.
La dificultad radica en que, como hábito nos hemos
acostumbrado y desaprenderlo no es tan sencillo. Para ello, hay que comenzar a prestar atención a
nuestra manera de pensar, que inevitablemente va ligada a la
forma de hablarnos y juzgarnos. Además, dirigir tu atención hacia lo que
quieres también será una herramienta que te permita hacer aparecer la luz entre
aquella niebla gris espesa.
Culpar a los demás de
todo
Culpar a otras personas de lo que te ocurre es
evadirte de la responsabilidad de tus propios actos e incluso de tus propios
sentimientos. De esta manera, estarás diciendo que tú no eres dueño de tu vida sino que
son los demás o las propias circunstancias.
Es necesario recordar que tienes el control sobre ti mismo y
solo tú tienes las respuestas de lo que te ocurre. La
felicidad es una actitud y si decides culpar a los demás de lo que te ocurre en
lugar de tomar conciencia sobre qué puedes hacer para seguir avanzando,
difícilmente podrás saborearla.
Intentar ser alguien
que no eres
Puedes vivir intentando ser tú mismo o de lo
contrario, intentando ser la persona que los demás quieren que seas. Tú
decides, pero evidentemente convertirte
en el personaje que los demás desean supondrá una traición a tu forma de ser. Piénsalo…
¿Cómo podrás llegar a ser feliz si no eres tú mismo?
Ponerse una máscara es
un arma de doble filo, una trampa que extendida en el tiempo te alejará de ti y
de quien crees ser. Por lo tanto, descúbrete, aprende a aceptarte, a quererte y muéstrate
tal como eres, solo así la relación contigo y los demás, será auténtica.
Compararse con los
demás
Compararse con los demás no nos servirá de nada
ya que cada uno de nosotros es único e irrepetible y ha vivido experiencias
diferentes. Su
historia, la tuya y la mía no tienen nada que ver, ¿para qué compararnos? ¿Para
consolarnos o para creernos superiores? ¿Cuál es la finalidad que perseguimos?
Comparar las diferentes experiencias no tiene sentido
puesto que no existen las mismas condiciones en las personas.
Mi felicidad puede ser muy diferente a la de mi amigo,
por lo tanto, ¿hacer lo que él hace me convertirá en alguien feliz? Pregúntate:
¿qué es la felicidad para mí? Y así podrás saber cómo actuar. La gratitud es el antídoto a la comparación y
el mejor jarabe para alcanzar la felicidad. Escribe diariamente las cosas que
hacen que tu vida sea maravillosa, por pequeñas que sean… eso te hará feliz.
Aprender de los
errores
Los errores pueden ser nuestros mejores
maestros si aprendemos de ellos. Si nos confundimos, pero lo dejamos pasar sin
reflexionar qué ha pasado y qué lección podemos sacar de ello, probablemente
pueda ocurrirnos algo similar.
Para entender este tipo de pensamiento, solo tienes
que seguir las palabras que una vez dijo Thomas Edison a
un reportero que le preguntó sobre su invento de la bombilla
incandescente: “No he
fracasado ni una sola vez, solo he descubierto diez maneras que no funcionan”.
Así, podrás ver que con
persistencia y buen hacer, el error y el fracaso, son solo una parte del camino
hacia el éxito.
Pensar negativo,
culpabilizar a los demás, ponernos una máscara, compararnos y no aprender de
nuestros errores son tan solo 5 hábitos que pueden estar repercutiéndonos sin
casi ser conscientes de ellos en nuestro estado emocional impidiéndonos ser
felices.
La felicidad está en nuestro interior y somos nosotros
los que podemos crearla y contribuir a su desarrollo, no lo olvides. Presta
atención a tus hábitos y modifícalos si es necesario.
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