«Cuando amas te llenas de Luz y brillas como un sol y, entonces, puedes sentir el calor de ese sol que irradia amor hacia ti mismo.»
Como es tanta la satisfacción de felicidad que nos produce, todos queremos recibir AFECTO. El AMOR es una fuerza que se retro alimenta a sí misma. Aunque, para recibir AMOR, también hay que darlo. ¿Y cuántos de nosotros podemos ofrecer AMOR verdadero?
Son muchas las personas que todavía no han activado la intención de pulir su diamante interior para poder ofrecer su brillo a los demás. Por ello, es bueno cultivar la semilla de Luz que hay en tu corazón, para que tu flor brille con sus colores y aromas, y ofrezca toda su belleza y AMOR a tus familiares, amigos y conocidos.
¿Y cómo conecto con mi corazón?
Para empezar, hay que tener la voluntad de amar.
Después, el corazón guiará las acciones que emprendas y la mente descansará de sus cuestiones.
La acción de seguir lo que tu corazón siente, será lo que te llevará a sentir la felicidad de ser AMOR.
Y recuerda que, para poder amar a los demás, primero tienes que amarte tú. La prioridad número uno en tu vida eres tú; eso sí, sin caer en el egoísmo y encontrando el balance de AMOR hacia ti mismo.
Ser es tu Esencia.
Tu esencia es Alegría,
Tu esencia es Felicidad
Tu esencia es Compartir
Tu esencia es AMOR
Los primeros pasos para cultivar el AMOR son:
Escuchar con empatía qué es lo que necesita el otro, para así poder llegar a comprender el llamado que hace a nuestra puerta a través de lo que expresa. Si ponemos atención plena en ello, nos hablarán los gestos, el timbre de voz, la respiración y, sobre todo, el alma que asoma en la mirada. Sin emitir juicio y sin acudir a la mente, solo sintiendo la belleza y el brillo del alma que tengas enfrente.
Empatía, La empatía es la capacidad que tiene una persona de percibir los sentimientos, pensamientos y emociones de los demás, basada en el reconocimiento del otro como su semejante.
Una mirada de CARIÑO, un gesto de AMOR, un escuchar con AFECTO sostenido, hará que las emociones se equilibren.
Salir de la mente y las emociones para entrar en el corazón y dejar que el AMOR guíe tus pasos en el día a día a la hora de relacionarte, de expresarte con una mirada sin juicio y emitiendo AMOR, es lo que hace que la Bella Divinidad pueda habitar en ti.
Cuando
sientes AMOR, tu energía aumenta y se eleva. Dentro de ti, surge una fuerza
interior que todo lo puede, como una madre saca fuerza de donde no la hay por
un hijo. El AMOR hacia un hijo es el más puro e incondicional que existe, un
AMOR por una creación que viene de lo más profundo de uno mismo.
Cuando amas te llenas de Luz y luces como un sol y, entonces, puedes sentir el calor de ese sol que irradia AMOR hacia ti mismo.
Cada acto de AMOR que lleves a cabo hacia otro ser vivo, hará que tu ser crezca y brille más, y que adquiera una fuerza interior que se alimenta de sí misma.
Si decides amarte, recuerda que deberías ser coherente con lo que sientes, piensas, dices y haces y que todas tus acciones deberían ser puras de corazón, sin que haya en ellas un resquicio de juicio, ni tan siquiera mental, hacia los demás.
Todo lo negativo que ves afuera, tiene su razón invisible de ser para un Mayor Bien. Así es la Creación de Amor Universal que Todo lo sostiene y a, Toda ama.
Ama sin esperar retorno, solo sintiendo la satisfacción de percibir lo que emite tu corazón.
Cuando haces el Bien y plantas semillas de Luz, te inunda la felicidad, porque, cuando a medida que esas semillas crecen, van iluminando todo tu Ser.
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