LA VANIDAD: "YO, EL MEJOR DE TODOS"
La vanidad es la necesidad desmedida de una persona por ser admirado y por destacar cualidades físicas o intelectuales, también puede ser considerada como una adicción por verse y sentirse perfecto. Vanidad, del latín vanitas, es la cualidad de vano (vacío, hueco o falto de realidad, sustancia o solidez). Este adjetivo está vinculado a lo insustancial, la arrogancia, la presunción y el envanecimiento. La vanidad es una señal universal de insustancialidad o irrealismo del conocimiento; la vanidad está arraigada en la casi totalidad de los seres humanos, que manipulados por acción del inconsciente, reflejan instintivamente una pasión en el deseo; la vanidad, deforma el pensamiento y deforma el sentimiento; el pensamiento, allí en la vanidad, es abstracto, y el sentimiento, allí en la vanidad, es el desafecto; de tal forma, que la vanidad conduce a extremar la conciencia en todos los órdenes de la naturaleza y la normalidad del ser.
La vanidad semeja el orgullo, la vanidad se sujeta
a él; ya que el orgullo, aunque igualmente es emocional, consigna una esperanza
en el deseo, mientras que, en la vanidad, no existen los ideales, ni existen
las esperanzas; la vanidad es el deseo incoherente de la materia sin causas ni
efectos; allí, todo es intrascendente.
Un vanidoso se suele comportar como si fuera el
rey del mundo y trata al resto de las personas como seres inferiores, puesto
que tiende a desvalorizar cualquier opinión o posición que no sea la suya. Solo
él vale. Solo lo que haga o diga es válido.
Solemos pensar que el hecho
de valorarse consiste en tomar todas las habilidades personales y
recursos, y recortar los aspectos negativos. Haciendo esto, muchos creen que
pueden con todo o que son los mejores en todo y que tienen “buena autoestima”.
Ahora, ¿es así? No. Eso es vanidad.
Una autoestima saludable implica el reconocimiento
tanto de los aspectos positivos como de los aspectos defectuosos, lo que a su
vez permite reconocer el equilibrio interno. Sin embargo, la mayoría de
las personas no tienen una autoestima equilibrada y por ello muchas veces
apelan a múltiples trampas para lograr compensar esa desvalorización interna
que las caracteriza.
Lo que caracteriza al vanidoso no es que sepa –o crea
saber– de la excelsitud de sus cualidades, sean estas la inteligencia, la
agudeza o la belleza, sino que haga ostentación de ellas con el fin de que los
demás las noten y las reconozcan.
LA POBREZA DE LOS VANIDOSOS
La vanidad se define como ‘el amor exacerbado hacia uno mismo, así como la creencia excesiva en las propias habilidades y en la necesidad de mostrárselas a los demás’. Esto quiere decir que un vanidoso
no solo cree en exceso en sí mismo, sino que busca constantemente que otros lo noten o destaquen, porque tiene el deseo compulsivo de ser reconocido y valorado.
El vanidoso no tiene la incapacidad de reconocer y valorar a los demás. Está tan centrado en sí mismo, que permanentemente hace ostentación de sus cualidades geniales con el fin de que los demás las noten y las reconozcan. Por esto mismo, es arrogante y engreído. También tiene una actitud soberbia que lo hace sentirse superior, ya sea desde un punto de vista intelectual o físico.
Teniendo en cuenta estas dos definiciones, podemos
ver que la vanidad viene a ser una defensa contra el desvalor propio; es
decir, la persona siente un vacío personal y para defenderse de ello, se
coloca por encima de los demás. La vanidad viene a ser entonces un
reactivo de sobrevalorarse por la ausencia de valor personal.
Pero contrariamente a lo que pretende, el vanidoso
produce rechazo en el resto de las personas. Su actitud petulante y soberbia
hace que la gente no lo tolere y más bien lo margine. Entonces, la intensidad
del deseo de ser reconocido puede ser igual al rechazo que recibe.
¿CÓMO RECONOCER A UN VANIDOSO?
·
Cree
que su punto de vista es la verdad única y el único que vale.
·
Se
muestra seguro, potente y valorizado.
·
Es
rimbombante con sus logros.
·
Publica
en las redes sociales tras la imagen de triunfador.
·
Suele
creer que tiene razón en todo y desoye a los demás.
·
Trata
de mostrar indiferencia, pero le importa muchísimo que los demás tengan una
buena imagen. Se desvive para generar una imagen perfecta.
·
Viste
bien o al menos usa ropa de marca, para hacer que el resto se dé cuenta.
·
Se
enoja con mucha facilidad cuando se le trata de discutir.
·
Se
expresa de forma teatral, con entonaciones, para captar la atención de su
audiencia.
·
Tiene
una actitud explicativa. Siempre está dando cátedra de temas variados y parece
que habla encima de una tarima como si los demás fuesen ignorantes.
LA VANIDAD TIENE VARIAS CARAS, INCLUYENDO LA FALSA MODESTIA
Los vanidosos pueden ser -en mayor o menor medida- omnipotentes, ególatras, pedantes, y soberbios… Esto quiere decir que hay distintos tipos de vanidosos.
El vanidoso fanfarrón es el que monopoliza la atención en las reuniones sociales, conduciendo diversos temas. Habla y habla sin dar lugar a los otros y, a veces, queda en ridículo porque intenta proporcionarle conocimientos técnicos de construcción a un ingeniero o explicarle los mecanismos del inconsciente al psicólogo, por ejemplo.
Generalmente, el vanidoso todo lo puede, todo lo sabe, todo lo entiende y no hay nadie mejor que él. Tampoco hay nadie más que sea portador de “la verdad” como él. Luego, si a la vanidad,
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