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AMOR, AMAR Y QUERER

 

• El destino del espíritu es alcanzar la felicidad a través de la experimentación del amor incondicional, por libre decisión de su voluntad. • Sin amor no hay evolución. Sin amor no hay sabiduría. Sin amor no hay felicidad.

Trece puntos de vista sobre las diferencias entre el Amor, el Amar y el querer escritos por el profesor de filosofía Alejandro Roselló.

 1- El amor no se puede explicar. Amor es una palabra, un concepto más que otra cosa.

Hoy en día existen muchos tópicos y prejuicios, mucho cuento e ilusión en torno al amor y lo que una relación de pareja es o debería ser, pero el amor está más allá del entendimiento racional. Si la verdad no necesita de defensa, el amor no necesita de explicación, de hecho, el amor no tiene razón alguna de ser. Vendrá a ti por su cuenta y no cuando tú quieras.

Tanto la verdad como el amor solo pueden ser experimentados. Amor y verdad, el amor verdadero no se puede definir directamente ni explicar sin tergiversar, la magia del amor se pierde si se explica. Hay que estar loco, ser poeta o un idiota para hablar de amor. El amor no se dice, se hace. El que ama de verdad no explica nada sobre el amor, lo muestra en acción. Pero, puestos a hablar, podemos mostrar indirectamente lo que el amor es diciendo precisamente lo que no es.
2- Amor, amar y querer no tienen mucho que ver
Quizás sería mejor hablar del amar, verbo que se conjuga, que se hace, que del amor, sustantivo o etiqueta que se pone según se tenga un sentimiento o no. Como veremos, no es lo mismo querer que amar. No es lo mismo el amor con minúsculas de verdad que la verdad del amor con mayúsculas. Lo opuesto al amor es el miedo, no el odio, pero aquello que todo lo abarca, el amor con mayúsculas, no puede tener opuestos.
El amor verdadero expulsa el miedo y te recuerda tu estado natural de gracia y felicidad, el estado del ser más elevado, esa energía de alta frecuencia es lo que es el amor. Cuando amas a alguien de verdad amas la vida misma, al mundo en su totalidad. La persona a la que amas no es sino una expresión privilegiada de ese amor más grande que no es tuyo ni te pertenece. Tú eres el anfitrión, y por unos momentos el amor es tu invitado de lujo.
Cuando amas en esos momentos no solo te sientes recreador sino también uno con la creación. El amor es una energía pura de alta vibración que se expresa de vez en cuando en ciertas relaciones en diferente grado. El amor no es una emoción, enamoramiento, no es una pasión o un deseo del cuerpo, querer, ni es tan solo un sentimiento hermoso y bello, amor, sino es ese estado del ser que surge de una conciencia plena y despierta, y en eso consiste en el fondo meditar, celebrar el simple hecho de ser, saber estar en el presente y disfrutar también de ti mismo a solas, en silencio.
3- Amarse a uno mismo primero para amar después a los demás
Nadie nos enseña a amar. Somos autodidactas en esto, para bien y para mal. Con el tiempo nos damos cuenta que amar a los demás es el camino que lleva a la felicidad, pero nos cuesta más aprender que hay que amarse a uno mismo primero para poder amar a los demás, de hecho, surge más ego al intentar amar a los demás que al amarte a ti mismo. La verdad es que queremos mucho, pero amamos poco.
Se ha dicho ama a tus enemigos, pero, ¿tiene sentido eso para ti ahora? Si consigues amar al que te ha hecho daño ¿te puedes imaginar como amarás al que te hace bien? 
4-Ámate a ti mismo y observa qué pasa
Buda resumió toda su filosofía con estas palabras:  amate a ti mismo y observa, hoy, mañana y siempre. Pruébalo. Amate a ti mismo y observa que pasa. Entre otras cosas, veras como los demás se acercarán a tu amor, querrán estar cerca de ti, juntos, pegados a ti, fusionados a ese amor, a ese espacio infinito y abierto dentro de ti mismo.
Amar es experimentar ese hermoso espacio dentro de ti mismo, más allá de la mente y de todo pensamiento. Por eso, amar supone trascender el ego. Cuando uno se ama a si mismo sin ego y conecta con su ser, con su Yo Soy, el amor te rodea como una luz que rodea la llama. Tú eres amor, y cuando alguien con una cierta sensibilidad se acerca a ti, queda embelesado de ese amor, aumentará la vibración de su ser, la frecuencia de su energía, eso es Presencia.
¿Tiene ahora más sentido para ti eso de ama la vida y vive el amor? Aquellos que han encontrado la fuente de amor dentro de si no tienen necesidad de ser amados. Siempre es mejor amar que ser amado. Lo segundo es tangencial.
5- Las ilusiones del amor
No es lo mismo amar que querer
El castellano es una de las pocas lenguas que distingue el querer del amar, ¿porque será? ¿Qué quieres decir realmente cuando dices te quiero? A veces no es una afirmación, sino una pregunta. Esperas algo del otro, hay una expectativa de por medio. 
Decir te quiero es muy habitual, y ya casi una frase hecha que se usa de forma automática, pero ¿cuántas veces has dicho te amo con atención plena y de forma consciente? ¿Por qué? Cuando dices te amo de corazón no esperas respuesta ni nada a cambio, al revés, cuando alguien recibe tu amor sincero eres tú el que se siente feliz y dichoso por ello. Amor es pasión por la dicha del otro. El amor encuentra su
pureza cuando la felicidad del otro es la tuya. No hay felicidad mayor que hacer feliz a tu amor.
6- Amar y estar enamorado no son iguales, sino contrarios
Hoy en día todo el mundo quiere enamorarse, pero ¿qué es estar enamorado? Muchas canciones, películas, libros, mitos y cuentos populares nos hablan sobre la necesidad de enamorarse, de la pasión y del deseo, pero muy pocas tratan del amor. ¿Qué pasa al final de la peli o del cuento? Fueron felices y comieron perdices, ya, pero ¿cómo? Dicen que el amor es ciego, pero lo que es ciego es el enamoramiento. No hay nada que vea tan claro como el amor.
Decir “te quiero más que a nadie en el mundo” quiere decir “me atraes más que nadie, te necesito más que a nadie”.  Si yo te necesito para vivir, si no puedo vivir feliz sin ti, existe una dependencia, un apego. Eso no es amor. Si tú me atraes, el amor no sale de mí. ¿Qué pasa cuando, tras la novedad, pasa esa atracción? Con el tiempo dejaré de ser atractivo, y entonces ¿qué? Me quedaré contigo, me apegaré a ti por un ideal o un interés, por comodidad o costumbre, por lealtad o por culpa, pero eso será un falso amor, un amor muerto, un amor egoistizado, un querer por obligación. Pero eso no es amor. Amor y deber no tienen nada que ver. Después de la gratificación del deseo y la pasión llega el cansancio o el aburrimiento, o, si persiste, la ansiedad, los celos, la posesividad. El miedo a la pérdida lleva al ego a aferrarse a un clavo ardiendo y a confundir amor con apego. Espero que nadie más tenga esto. Espero no perder esto o lo otro, etc.  Decir no puedo parar de pensar en ti no es amor, es ego, pensamiento.  Decir no puedo vivir sin ti, ¿es amor acaso? No, eso no es amor, es hambre existencial y 
poco más, la necesidad de llenar mi vacío interior contigo, una forma de ocultar mi angustia y de esquivarme a mí mismo. ¿Eso es amor? Y ¿durante cuánto tiempo?
7- Amor romántico o enamoramiento
Química en el cerebro, fases y duración
Conocemos los síntomas. Algunos los hemos vivido. Otros nos los venden en las películas: nerviosismo, corazones acelerados, mejillas ruborizadas, manos sudadas, falta de apetito, mariposas en el estómago, etc.  Pero, ¿porque nos enamoramos? La causa biológica es siempre la misma: hormonas y neurotransmisores. De hecho, el flechazo romántico es pura química en el cerebro.
Veamos las diferentes fases y su duración.
La pura excitación o impulso sexual está regulada por la testosterona, de breve duración, cuya función principal es buscar candidatos de pareja compatibles. Esta primera fase de paso a otra de atracción sexual, más selectiva, conocida como pasión amorosa o enamoramiento romántico en el que se selecciona y focaliza el deseo de encontrar pareja en una sola persona por la que se apuesta de forma ideal. Esta fase está regulada principalmente por la dopamina, la hormona del placer, y también por la feniletilamina, de la familia de las anfetaminas, que aumenta el bienestar general, la energía física, y la oxitocina, la hormona de los mimosos o molécula del amor que promueve las caricias y el contacto físico, las cuales se encuentran juntas solo en las etapas iniciales de seducción y conquista, provocando así la conocida excitación general, aumento del ritmo cardiaco, pérdida de apetito, del sueño, etc., pero esta euforia romántica o pasión inicial dura entre un año y medio y tres años como máximo. Con el tiempo, el organismo se va haciendo resistente al efecto de estas sustancias. Es entonces cuando comienza la siguiente fase.
En la fase de pertenencia o apego, el cariño es ahora el lazo afectivo que permite la continuidad del vínculo de la pareja. Su duración es indeterminada. De hecho, puede prolongarse toda la vida y como mínimo el tiempo suficiente para criar a la prole hasta que pueda valerse por si misma. Se basa, por tanto, en intereses compartidos, compromisos adquiridos, amistad mutua, etc. En esta fase esta presente otro tipo de sustancias químicas como la vasopresina, también llamada la sustancia física de la monogamia, y la endorfina, de estructura similar a la morfina y otros opiáceos que confieren la sensación de comodidad, seguridad, unidad, bienestar, etc., y con ella, el miedo a perder lo conseguido, es decir, la posesividad, los celos y el apego. La fase de atracción, en comparación a la fase de pertenencia, supone un verdadero alboroto hormonal. 
8- El amor no es el deseo
Los matrimonios construidos sobre el enamoramiento ciego, sobre la pasión y el deseo, son muy frágiles. Hay tantas expectativas y proyectos en común que pronto el amor deja de ser fresco. Desear no es malo, pero si apegarme a ello. Puedo desear un montón de cosas, pero no depender de mis deseos, no tener apego de ellos. Soy feliz, se cumplan o no mis deseos, pero nos programan para que tengamos ambición, también en el amor. Hacer planes es necesario a veces en la vida, al igual que cierto grado de disciplina y tensión, pero si te aferras a ello, tu ansiedad, tu ambición, te vuelve ansioso y reactivo, pues donde hay apego al deseo, hay amenaza, y donde hay amenaza, hay miedo, y donde hay miedo, no hay amor. Acabamos odiando lo que tenemos, y al conformarnos con querer, en vez de amar, acabamos odiando al otro y a nosotros mismos por ello
9- Déjame en paz para poder amarte.
El amor es libertad y no una necesidad.
No metas al pajarillo cuyo canto tanto amas en una jaula de cristal porque dejara de cantar. ¿Como puedes amar a alguien de quien eres esclavo o a quien intentas controlar? Nos han enseñado a amar poco y mal.  No solo esta mal la dirección (a contra natura), sino también la calidad del contenido y la cantidad. De hecho, cuando amas de verdad, te sorprendes a ti mismo mirando a todo el mundo con ojos distintos. Tu mirada se vuelve nueva, fresca, y tú te vuelves generoso, compasivo. Te entra ternura hasta con el más asqueroso de los bichos. Comprender tus apegos es comprender tus miedos. Al hacerlo, estos en parte se desvanecerán. El amor dice: te amo como eres, quiero que seas tú mismo, no tienes que hacer nada, te puedes comportar como te plazca, porque yo te quiero tal cual. Prueba a decirlo: quiero que seas tú mismo. Al decir esto eres tú el que te has liberado, ya puedes amar. En fin, tú ya lo sabes. El amor con mayúscula solo existe en libertad. Que corra el aire, pues.
10- El amor es recreativo, abundancia en movimiento y fluye sin cesar
No pongas diques al mar. El amor es un fluir dinámico y siempre esta en movimiento. Se puede obstruir el amor, pero nunca jamás detenerlo, así que aunque tú seas limitado, no pongas límites al amor. El amor es desbordante y siempre esta en movimiento. El amor crea y recrea constantemente, se extiende y expande desde dentro hacia fuera, simplemente porque no puede parar de hacerlo, no puede ser contenido en su abundancia. El amor no se detiene porque tú no lo quieras, al igual que tus ojos no pierden la capacidad de ver por el hecho de estar cerrados. El amor nunca deja de fluir porque es ilimitado, y aun cuando no cambia al aumentar, más crece cuanto más se reparte, porque el amor es plenitud y dicha absoluta. La felicidad del amor necesita ser expresada de forma natural y espontánea. El amor representa la ley fundamental de la vida, dar lo que consideras más valioso, a fin de conservarlo. 
El ser, el amor, tiene que ser compartido, expandido, y así es como uno conserva el conocimiento y el recuerdo de sí mismo. Crear es lo opuesto a perder. De hecho, a menos que crees, tu corazón estará insatisfecho. Crear algo es en el fondo recrearse a uno mismo, esto es, recordar que eres. El ego obstaculiza el fluir del amor, pero jamás puede detenerlo del todo. El amor vence siempre y es en este sentido como el amor todo lo puede. El ego, en cambio, solo busca grandiosidad. ¿Como distinguir una de otra? El amor puede ser correspondido, pero el orgullo, la ira y el miedo, no. ¿Entiendes?
11- Volver a ser un niño para amar
El amor es inocente y natural. Una buena acción nunca es tan buena cuando no tienes conciencia de que lo sea, simplemente lo haces porque te parece lo más natural y espontáneo del mundo. De hecho, el amor se extiende siempre y no porque haya alguien cerca, de la misma manera que tampoco desaparece cuando no hay nadie. Está ahí, con independencia de las personas o de que haya alguien para darse cuenta de su presencia, o no.
El amor ya está dentro de ti. La orquesta entera esta en tu interior y tú la llevas donde quiera que vayas. Las personas y las cosas inspiran una u otra melodía. Cuando no hay nadie, la orquesta tocará su propia música, y sin distorsión alguna, sonará tu nota fundamental, así que en realidad no hay que hacer nada para amar. Solo hay que despejar los obstáculos que obturan tu sensibilidad y te impiden experimentar la presencia del amor. Decide pues que, para amar, nada tienes que decidir. Tú no tienes que buscar el amor, el amor te buscará a ti, y te encontrara cuando satisfagas sus condiciones y estés en la misma frecuencia. Más que hacer, es necesario deshacer. Piensa en esto. Si inspiras amor, si otros sienten por ti amor, es que debe haber algo en ti capaz de suscitar amor, aunque tú mismo no lo estés experimentando en ese momento. Todos tenemos una natural capacidad de amar. El problema no es que no amemos, sino que nuestro amor esta mal encauzado, deformado.
12- No hagas nada para amar, solo reconoce lo que hay
En realidad, resulta tan fácil amar que no tienes que realizar ningún esfuerzo. Amar no es ningún trabajo. De hecho, se ama porque no se puede evitar, porque no se puede hacer otra cosa. Como la fragancia de la rosa o la luz de la lámpara, su extensión es natural. Muchos miedos, muchas emociones negativas no son sino amor que rehúsa reconocerse como tal, amor que se ha vuelto enfermo, deforme. Los conflictos no se deben a la ausencia del amor, sino al amor que no se reconoce a sí mismo. Reconocemos sobre todo al amor cuando es amor en acción, como entrega libre y espontánea. No hay más que amor. Virtudes y vicios son opuestos que une el amor. Las virtudes son manifestaciones de un amor sano y vivo. Los vicios son síntomas de un amor enfermo y moribundo que rehúsa ser el mismo. Si no hay más que amor, nosotros, tú y yo, somos amor. ¿Podemos llegar a ser conscientes de nosotros mismos como amor? ¿Comprendes ahora mejor en que sentido el amor es una clase de consciencia, una claridad de percepción, una cierta sensibilidad o afinidad con la misma naturaleza de la realidad, en definitiva, una energía de alta vibración que nos saca de este mundo de ensueño y aunque sea por un instante, nos lleva a otra dimensión?
13- El amor es expresión de la unidad
Allí donde este tu corazón, allí estará tu tesoro.
Piensa en el amor que los animales sienten por sus crías. Nadie repudia lo que considera parte de sí mismo. Tú eres otro yo, yo soy otro tú. Si el ego trata de dividir y separar, el amor trata de unir e integrar, o mejor, el amor te recuerda lo que eres y que el otro no es diferente a ti, que no estas separado realmente de él. Te recuerda que el otro es tu hermano humano en la gran familia de la humanidad. El otro es el espejo en el que ves reflejada la imagen que tienes de ti mismo. No le enseñes a nadie que él es lo que tú no querrías ser.
Cuando despiertas al amor estas simplemente olvidando lo que no eres, lo cual te capacita para recordar lo que si eres. Es un viaje sin distancia. Comunicar es unir, por lo tanto, el amor es pura expresión, comunicación, expansión. La función del ego es que se pierda de vista la visión del todo, ver un peldaño como el final de la escalera. La función del amor es eliminar el miedo y distinguir lo verdadero de lo falso. El amor enseña que no hay escalera. Recuerda que un recurso de aprendizaje no es un maestro. La percepción errónea es el deseo de que las cosas sean diferentes de cómo son. Acepta por lo tanto la pequeña parte que te corresponde y deja libre el resto.
La totalidad es tuya al reconocerte tú en ella. El todo define a la parte, pero la parte no define al todo. La idea de que entre las partes y el todo hay relación solo tiene sentido desde las partes, en el nivel de la percepción de la separación, no en la visión de unidad de la totalidad, donde no tienen sentido las relaciones. ¿Puedes vivir con tu pareja en una no-relación? Bueno, solo el amor con mayúscula no es una relación. 



















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