Y HE AQUÍ POR QUE
Recientemente me topé con un artículo del Wall Street Journal titulado: Para el Año Nuevo, di no a la negatividad.
Para aquellos que han estado leyendo más por un tiempo, esto me llamó la atención. Aunque creo que el artículo proporciona información importante, su mensaje general se sintió demasiado simplificado y su título resumió su mensaje.
Quien piensa en positivo tiene más probabilidades de que le sucedan cosas buenas. Por esto, en cierta manera, nosotros somos capaces de evadir la negatividad de nuestro entorno.
“Nuestras mentes y vidas están sesgadas por un desequilibrio fundamental que recién ahora se está volviendo claro para los científicos: el efecto de negatividad.
También conocido como el sesgo de negatividad, es la tendencia universal a que los malos eventos y emociones nos afecten con más fuerza que los positivos. Estamos devastados por una palabra de crítica, pero indiferentes a una lluvia de elogios. Vemos la cara hostil en la multitud y extrañamos todas las sonrisas amistosas. Nos enfocamos tanto en las malas noticias, especialmente en un mundo digital que magnifica su poder, que no nos damos cuenta de cuánto mejor se está volviendo la vida para las personas en todo el mundo”.
“El sesgo de negatividad de nuestro cerebro evolucionó porque es un mecanismo de supervivencia. En nuestra sabana ancestral, los cazadores-recolectores que transmitieron sus genes fueron los que prestaron más atención a las amenazas (como bayas venenosas o leones depredadores) que a las cosas buenas de la vida. Este sesgo sigue siendo útil, un error aún puede ser fatal, pero lo que funcionó para los cazadores-recolectores no siempre funciona para nosotros”. — John Tierney y Roy F. Baumeister
No creo que debamos decir no a la negatividad. Creo que debemos transformar la forma en que lo usamos.
Entonces, ¿qué significa esto para la forma en que vemos y buscamos positividad en nuestras vidas personales? ¿Solo nos enfocamos en lo positivo? ¿Evitamos a toda costa el pensamiento negativo?
No, no es tan simple.
El propósito de las narrativas
Nuestras mentes crean narrativas, constantemente. Creamos narrativas que se construyen sobre la ilusión en torno a las cosas positivas que suceden en nuestras vidas y las negativas. Estas narrativas nos permiten dar sentido a nuestras experiencias cotidianas. Nos permiten tener una comprensión digerible de nuestras vidas mientras nos permiten mantener un sentido cohesivo de nosotros mismos. Es por nuestra cordura.
El problema es que a menudo olvidamos que estas narrativas son solo historias que nos contamos a nosotros mismos. No son la realidad. Y cuando creemos demasiado en nuestras propias historias, podemos quedar atrapados en un ciclo de pensamiento negativo. Nos volvemos pesimistas y nuestra perspectiva negativa del mundo solo confirma nuestras creencias de que el mundo es un mal lugar. Imagínelo como un ciclo de retroalimentación que nos hace descender en espiral, pero a menudo no reconocemos la trayectoria que nos está llevando.
Sin embargo, hay una idea importante que pueden tener los pensamientos negativos... ya sea sobre una situación, una persona o un asunto personal. Una reacción negativa a algo en nuestra vida personal puede ser una idea de que deseamos algún tipo de cambio.
Un ejemplo común a considerar... sí odias el trabajo en el que estás y todos los días temes ir a trabajar, lo que te lleva a un ciclo de pensamiento negativo. Este sentimiento que tienes o este estado interior es un indicador de un posible deseo más profundo, un deseo de cambio. Pero si solo te enfocas en lo positivo, esos estados negativos aún pueden existir dentro de tu ser interior, aunque los hayas cubierto con una ilusión positiva. Por lo tanto, nunca dejas el trabajo que odias.
Entonces, en este caso, ¿la ilusión positiva empuja la decisión difícil hacia el futuro, donde podría volverse más difícil?
¿O deberíamos encontrar el equilibrio en nuestro pensamiento negativo y positivo?
Encontrar ese equilibrio, para que escuchemos la percepción que nos brindan todas nuestras emociones.
El sesgo de la negatividad
Ahora, el artículo del Wall Street Journal señaló un hallazgo importante en la investigación psicológica...
Tenemos una reacción más fuerte a los eventos negativos o malos en nuestras vidas. Entonces, la reacción y el dolor que sentimos por las críticas son mucho más fuertes que la reacción y el placer que recibimos por los elogios.
¿Cuál es la consecuencia de esto?
La narrativa o ilusión que creamos en torno a los eventos negativos se vuelve más fuerte que las ilusiones que creamos en torno a los positivos.
Creo que podemos imaginar por qué hay tanta negatividad en el mundo de hoy...
Tiene acceso ilimitado a él debido a este lugar llamado: Internet.
Quitar
Ahora, la respuesta a este problema del sesgo de negatividad no es "simplemente ser más positivo". Toma eso de mí. Mi principal tema de conversación es uno con una curva existencial. Nunca le diré a nadie que “simplemente sea más positivo”.
Entonces, no se trata simplemente de ser más positivos, creo que se trata de lo que hacemos con lo negativo o lo que interpretamos como malos momentos. En lugar de caer en la desesperación durante esos momentos, debemos analizar la situación y buscar una lección positiva. Crea una lección para ti mismo en torno a lo negativo y apuntala los momentos que percibes como positivos.
Y, sinceramente, esto implica centrarse en el panorama general, en lugar de fijarse en la historia de terror del día.
El sesgo de negatividad. La tendencia a enfocarnos en lo negativo
¿Alguna vez te has parado a pensar por qué prestamos más atención a las críticas que a los halagos, a las noticias de televisión negativas que, a las positivas, por qué rumiamos mucho más ante sucesos desagradables…?
Todo esto se debe a lo que se conoce como sesgo de negatividad, donde la información negativa tiende a tener un impacto mayor que la información positiva debido a que es más llamativa y permanece durante más tiempo en la memoria.
Desde la infancia, prestamos más atención a los aspectos negativos del entorno, y esto se debe al hecho de que el sesgo de negatividad tiene carácter evolutivo y adaptativo, es decir, nos ayuda a explorar el entorno de forma segura y a evitar situaciones perjudiciales.
Las bases biológicas que explican el sesgo de negatividad fueron estudiadas por Cacioppo, quien mostró que el procesamiento neuronal del sesgo de negatividad produce una mayor activación a nivel cerebral en comparación con los fenómenos positivos.
Este tipo de sesgo afecta en la vida de las personas de diferentes maneras: a la hora de formar impresiones sobre otros, sobre la cognición y la atención, en el aprendizaje y la memoria, y en la toma de decisiones, teniendo habitualmente la información negativa un mayor peso sobre la positiva.
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