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IDEOLOGÍA

 

El término ideología procede del griego y está conformado por la unión de dos partículas de dicha lengua: idea, que se define como «apariencia o forma», y el sufijo –logia, que puede traducirse como «estudio»

La ideología es el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, una colectividad o una época. También se trata de la doctrina filosófica centrada en el estudio del origen de las ideas Es decir, reflexiona sobre cómo actúa la sociedad en su conjunto y, en base a eso, elabora un plan de acción para acercarse a lo que considera como la sociedad ideal.

Algunos ejemplos

Muchas son las ideologías políticas que han existido a lo largo de la historia, no obstante, entre las más importantes o que más huella han dejado podemos destacar las siguientes:

Fascismo. En la idea de la nación por encima del individuo, la obediencia de las masas, la concentración del poder en un individuo que ejerce como líder y en el machismo (el hombre a trabajar y la mujer a ejercer como ama de casa) se sustenta esta ideología.

Anarquismo, que postula la necesidad de abolir el Estado.

Nacionalismo. La nación como referente de identidad de un territorio completo es la principal seña definitoria de esta clase de ideología que puede ser de muy diverso tipo: económica, religiosa, étnica

Liberalismo. Esta ideología política se puede definir como aquella que apuesta de manera contundente por lo que es la división de poderes del Estado, la democracia representativa, los                  
derechos individuales de los ciudadanos y el estado de derecho. Sin olvidar tampoco lo que es la tolerancia religiosa, la igualdad entre personas y el derecho a la propiedad privada.
La ideología tiende a conservar o a transformar el sistema social, económico, político o cultural existente. Cuenta con dos características principales: se trata de una representación de la sociedad y presenta un programa político.
Una ideología es un lente a través del cual interpretamos el mundo. Incluye creencias y valores y puede ser política, religiosa o social. A menudo, estas moldean las normas sociales, políticas y culturales y están detrás de grandes eventos históricos
Las ideologías no son un fenómeno nuevo. Desde que los seres humanos empezaron a formar sociedades, las ideas y creencias han sido fundamentales para establecer estructuras y guiar acciones.
El término ideología fue acuñado por Destutt de Tracy para denominar a la ciencia que estudia las ideas y las relaciones entre los signos que las expresan. En este sentido, la ideología es una herramienta de control social.
La forma más corriente de pensar las ideologías es como sistemas de ideas y creencias que guían nuestra visión del mundo y nuestra conducta dentro de él. Proporcionan respuestas a preguntas fundamentales sobre la sociedad, como qué es justo e injusto, qué roles deben desempeñar los individuos y los grupos, y cómo deben estructurarse y gobernarse nuestras comunidades.
Sin embargo, no todas las ideologías han tenido consecuencias positivas, dado que a veces surgen como expresiones de violencia y autoritarismo. Por ejemplo, el nazismo nació en relación a ideas de supremacía racial y el fascismo apeló a la supremacía del poder del Estado, el liderazgo fuerte y el nacionalismo extremo.
Las ideologías no surgen de la nada, sino que son el producto de una compleja interacción de factores sociales, políticos, económicos e históricos. Aunque cada ideología tiene su propio contexto y trayectoria única, hay algunos factores comunes que suelen dar lugar a la formación de ideologías:
Contexto social: las ideologías a menudo surgen como respuestas a problemas sociales percibidos. Estos pueden ser conflictos entre diferentes grupos sociales, injusticias o cambios significativos en la estructura social.
Cambios económicos: la transformación en la estructura económica de una sociedad puede conducir al surgimiento de nuevas ideologías.
Cambios políticos: los cambios en el sistema político, ya sean graduales o radicales, pueden dar lugar a nuevas ideologías.
Influencias históricas: las ideologías también son productos de su tiempo, formadas por las experiencias históricas y los eventos del pasado.
Historia del concepto de ideología
Sin embargo, la noción de ideología como un sistema coherente de ideas que dan forma a nuestra visión del mundo no tomó forma hasta mucho más tarde.
En un artículo publicado en la revista Dios y el hombre, se indica que la palabra ideología fue acuñada por el filósofo francés Destutt de Tracy durante la Revolución francesa en el siglo XVIII. En este período de cambio radical, las ideas comenzaron a reconocerse como fuerzas poderosas que podrían derrocar a los reyes y cambiar las sociedades.
Los primeros ideólogos se concebían como científicos de las ideas y creían que sus métodos eran similares a los de la física y la química. De este modo, la ideología surge como una especie de sociología que busca controlar y dominar su objeto de estudio: la sociedad. Es por ello que su rol fue muy importante en la Revolución francesa.
Gramsci señala que las sociedades occidentales se estructuran con base en dos esferas fundamentales: la esfera estatal y la esfera de la llamada sociedad civil. En la esfera estatal, el poder se manifiesta a través de la coerción. En cambio, en la sociedad civil no se apela a la coerción, sino que se privilegia la circulación de la ideología como parte de su mecanismo de control.
Es en la sociedad civil donde se gesta el consenso y la hegemonía. Y es allí donde la clase dominante busca establecer un control mediante una lucha por posiciones. En este sentido, Gramsci se aparta de la concepción tradicional marxista, proponiendo una filosofía de la praxis donde acción e ideología se interrelacionan en un mismo espacio conceptual.
La hegemonía, según el autor italiano, es la universalización de los intereses de cierta clase a través del consenso en la sociedad civil. Como señala un artículo de Sage Journal, esto no se da mediante la violencia, sino a través de la intervención cultural para modificar las relaciones sociales.
Las ideologías son fuerzas motrices que configuran la forma en que entendemos y actuamos en el mundo. Su rol en la sociedad influye en las respuestas a problemas políticos y económicos, en la configuración de identidades individuales y colectivas y en el modo en que se estructuran y gobiernan las comunidades. Aunque dividen, también nos unen e inspiran a trabajar juntos hacia objetivos comunes.
El análisis de las ideologías, tanto en términos de su contenido como de su origen y desarrollo, es esencial para entender nuestro pasado, presente y futuro. Las ideologías no son inmutables, sino que cambian y evolucionan con el tiempo y con las circunstancias. En nuestras manos está el poder de orientar este cambio hacia la inclusión, la equidad y la justicia.
En el marco de las ciencias sociales, una ideología es un conjunto estructurado de ideas que son compartidas por una colectividad de actores sociales, y que al mismo tiempo describen la realidad social imperante y proponen un método para incidir en ella. Estas ideas pueden ser creencias, interpretaciones, emociones, valores, entre otras. Es decir, toda ideología contiene una representación del sistema y un programa de acción.
La noción de ideología es similar a la de “visión de mundo” (Weltanschauung, en alemán), en el sentido de que provee a un grupo humano de un sistema de ideas a partir del cual comprender su propia existencia y también las realidades sociales, políticas, económicas, religiosas, culturales, científicas e incluso morales a su alrededor. Sin embargo, a diferencia de la “visión de mundo”, una ideología no necesariamente es un modo de pensar dominante o mayoritario dentro de una civilización determinada.
El teórico y lingüista neerlandés Teun van Dijk (1943-), define una ideología como un sistema de creencias socialmente compartido, cuyo rasgo típico es resultar axiomáticas o fundamentales, es decir, capaces de organizar y controlar otras creencias, valores y conductas sociales, ya que proporcionan “…coherencia (ideológica) a las creencias de un grupo y así facilitan su adquisición y uso en situaciones cotidianas. Entre otras cosas, las ideologías también especifican qué valores culturales (libertad, igualdad, la justicia, etc.) son importantes para el grupo”.
Las ideologías forman parte de la cultura y han acompañado al ser humano desde tiempos remotos, aunque no siempre se las ha pensado de la misma manera ni se les ha dado dicho nombre. Sin embargo, la religión cristiana durante el Medioevo europeo operaba en más de un sentido como una ideología, controlando el modo de entender la realidad de las personas y el tipo de acciones que estaban dispuestas a acometer (o no).
Una ideología, de acuerdo a lo postulado al respecto por Teun van Dijk, se caracteriza por lo siguiente:
Es un sistema de creencias socialmente compartido, es decir, que no puede limitarse a un conjunto de creencias personales. Además, en tanto sistema opera de modo axiomático y fundamental, lo cual significa que actúa como núcleo de interpretación y de puesta en marcha de otras creencias, valores y actuaciones.
Tiene un impacto importante en la identidad del grupo que las profesa, ya que les ofrece un modo de entender el mundo y entenderse a sí mismos conceptualmente. Esto no quiere decir que toda forma de identidad social, cultural o personal sea necesariamente el resultado de seguir una ideología. Por ejemplo, la identidad lingüística de los hablantes de un idioma no tiene en sí misma nada de ideológico.
Se adquiere de manera gradual y paulatina, y se pierde también de la misma manera. Las ideologías tienden a conservar su esquema de ideas constante, pero al mismo tiempo son propensas al cambio y a la transformación.
No es necesariamente algo negativo o socialmente polémico. La mayoría de las ideologías ni siquiera se asumen y se plantean como tales, de modo que pueden defender ideas muy diversas. No todo lo ideológico debe entenderse como fruto de un pensamiento fanático, inflexible o militante.
Cumple con cometidos sociales y cognoscitivos muy diversos, dependiendo del grupo que la suscriba. Una ideología puede contribuir con el disimulo y la normalización de la opresión, o puede por el contrario proponer métodos para derrumbarla.
Las ideologías pueden ser de distinto tipo, dependiendo de la perspectiva a partir de la cual se las estudie. Por ejemplo, si juzgamos su relación con el statu quo del momento, una ideología puede ser:
. Conservadora, cuando propone un método para sostener el sistema en el tiempo.
. Evolucionaria, cuando propone un método para cambiar radicalmente el sistema.
. Restaurativa, cuando propone un método para volver a un sistema anterior.
. Reformista, cuando propone un método para avanzar paulatinamente hacia un nuevo sistema o para mejorar el presente.
A partir de ese momento, adquiere un significado peyorativo. Designa un discurso que intenta el control social, la “hegemonía” en sentido de Gramsci, y que tiene estas características:
Obedece a los intereses y al egoísmo grupal de sus postulantes y no a una búsqueda del bien común.
Posee un conjunto de soluciones fijas y preestablecidas para los problemas sociales
Es dogmático, planteando premisas normativas irrefutables y que no pueden ser comprobadas
Se acompaña de proselitismo, propaganda y, en grados extremos, del adoctrinamiento.








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