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SECRETO DE LA FELICIDAD

 Según 12 de los filósofos de la historia

Las personas fueron creadas para ser amadas, las cosas, por su parte fueron creadas para ser usadas. La razón por la que el mundo está en caos es porque las cosas están siendo amadas, y las personas usadas.

¿Qué es la felicidad? Es una pregunta que todos nos hemos formulado alguna vez en la vida. Cómo decía Séneca en su 'De vita beata', “todos los hombres, hermano Galión, quieren vivir felizmente. Aspiramos a ser felices y para ello intentamos descubrir qué es. Sin embargo, cada persona posee una respuesta, una definición de felicidad diferente, y es precisamente esa disparidad de opiniones ante una cuestión tan trascendental en la existencia del ser humano una de las razones de la aparición de la ética en la antigua Grecia.

Son muchos los pensadores que a lo largo de la historia han reflexionado sobre los secretos de la felicidad y cómo conseguirla. A continuación, recopilamos las opiniones de doce de los filósofos más importantes de la historia. 

Buda Gautama “No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino.” 
Muchas veces nos obcecamos en llegar a la meta, en conseguir el trabajo deseado, en ganar un partido, en tener el coche que anhelamos… y es precisamente todo lo que hacemos para conseguirlo lo que aporta la felicidad. Según el budismo, esta reside en las experiencias enriquecedoras que se viven para lograr un objetivo, ya que una vez se consigue lo que deseábamos la satisfacción es muy breve. La felicidad no hay que buscarla porque no existe en ningún lugar que implique búsqueda. Es decir, no está ahí afuera como muchas veces nos hacen creer. De alguna forma, la sociedad en la que nos ha tocado vivir, nos ha desvirtuado la brújula que nos lleva a la felicidad. Por lo que, en lugar de apuntar hacia afuera, como nos quieren hacer creer, la felicidad está dentro. La ‘felicidad’ externa solo son momentos placenteros fugaces.
Sócrates “El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de menos” Para el filósofo griego la felicidad no viene de recompensas externas o reconocimientos, sino del éxito interno. Al reducir nuestras necesidades, podemos aprender a apreciar los placeres más simples.
Platón “El hombre que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ya no de los demás, ha adoptado el mejor plan para vivir feliz” Según la Real Academia Española de la lengua, la felicidad es un “estado de grata satisfacción espiritual y física”. Esta definición encajaría bastante con la versión de Platón, ya que, para el filósofo griego, alumno de Sócrates, radica en el crecimiento personal y es fruto de la satisfacción conseguida a través de pequeños logros.
Aristóteles “La felicidad depende de nosotros mismos “Ser feliz significa autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano. Aristóteles, discípulo de Platón, sostenía que todos los hombres perseguían la felicidad. Unos son felices ganando dinero; otros, recibiendo honores, y otros viajando. Cada cual posee el secreto de su propia felicidad. Pero para eso hay que conocerse bien a uno mismo, claro está, y saber qué se quiere.
Séneca “Las grandes bendiciones de la humanidad están dentro de nosotros y a nuestro alcance. El sabio se contenta con su suerte, sea cual sea, sin desear lo que no tiene”  
El filósofo estoico creía firmemente en lo que los conocedores llamaran ahora el “locus de control”. Un concepto ampliamente usado en el modo de sentir que afecta al punto de vista de un individuo y a la manera que este tiene de interactuar con el entorno. Para algunas personas, el locus vive en el exterior; sienten como fuerzas externas guían sus acciones. Para otros, como Séneca, el locus reside dentro.
La felicidad como obligación
Lao Tse “Si estás deprimido, estás viviendo en el pasado. Si estás ansioso, estás viviendo en el futuro. Si estás en paz, estás viviendo el presente. Traducido literalmente como "viejo", Lao Tzu es una personalidad china cuya existencia histórica se debate, aunque se le considera uno de los filósofos más relevantes de la civilización china. Lao Tzu sostenía que la razón de su felicidad era vivir el presente. Quienes siempre piensan en el mañana o recuerdan con nostalgia el ayer solo generan ansiedad, estrés, y dejan de disfrutar el momento y la verdadera existencia.
Immanuel Kant “La felicidad; más que un deseo, alegría o elección, es un deber”. La felicidad es uno de tantos deberes del ser humano, un deber último y supremo que nos obliga a ser dignos de merecerla. La felicidad en el mundo kantiano no depende del destino ni de los demás, sino de uno mismo, de la persona, es decir, de su propio comportamiento y carácter
Friedrich Nietzsche Cuando comprobamos que hemos superado aquello que nos oprimía, según Nietzsche, es cuando somos felices. “Es el sentimiento de que el poder crece, de que una resistencia ha sido superada”.  Según el filósofo nihilista la felicidad es una especie de control que uno tiene sobre su entorno. El autor de 'El Anticristo' cree que existe la llamada voluntad de poder, una fuerza que nos da la vida y que nos ata a ella y que al mismo tiempo la convierte en atractiva, ya que es la que nos hace enfrentarnos a todas las adversidades. Cuando experimentamos que la fuerza aumenta en nosotros y nos sentimos con mucha vitalidad, cuando comprobamos que hemos superado aquello que nos oprimía, según Nietzsche, es cuando somos felices.
La huida del dolor
John Stuart Mill “He aprendido a buscar mi felicidad limitando mis deseos en vez de satisfacerlos”. Uno de los principales autores del utilitarismo, mantenía que el deseo de ser feliz por encima de todos los demás deseos (eudemonismo) se presenta en todo ser humano. Mill consideraba la felicidad como la búsqueda del placer y la huida del dolor, aunque no todos los placeres tienen el mismo valor, ya que los hay superiores e inferiores, y nuestras acciones deben dar preferencia a los primeros.
Bertrand Russell “De todas las formas de precaución, la cautela en el amor es tal vez la más mortal de la verdadera felicidad”. El autor de 'La conquista de la felicidad', ganador del Premio Nobel de Literatura y conocido por su influencia en la filosofía analítica, concibe el amor como un instrumento para conseguir la felicidad. Para el filósofo británico el amor ayuda a romper el ego y a superar la barrera de la vanidad que impiden ser felices.
Henry David Thoreau “La felicidad es como una mariposa, cuanto más la persigues, más te eludirá. Pero si vuelves tu atención a otras cosas, vendrá y suavemente se posará en tu hombro”. En 1845 Thoreau abandona su casa familiar para instalarse en la cabaña que ha construido junto al lago Walden. Se marcha a los bosques para vivir una vida más intensa. Es a raíz de esta experiencia cuando escribe uno de los clásicos fundamentales del ensayo moderno: 'Walden', un libro escrito contra toda servidumbre y a favor de la felicidad como única riqueza del ser humano, una felicidad que proviene de vivir intensamente el momento. 
La felicidad se produce cuando coincide lo que queremos ser con “nuestra vida efectiva”, eso que somos en realidad
José Ortega y Gasset “Felicidad es la vida dedicada a ocupaciones para las cuales cada hombre tiene singular vocación”.  Ortega y Gasset mantenía que la felicidad que sentimos es directamente 
proporcional a la cantidad de tiempo que pasamos ocupados en actividades que absorben completamente nuestra atención y nos agradan
En palabras del propio Ortega: “Si nos preguntamos en qué consiste ese estado ideal de espíritu denominado felicidad, hallamos fácilmente una primera respuesta: la felicidad consiste en encontrar algo que nos satisfaga completamente”. Para este filósofo y ensayista madrileño la felicidad se produce cuando coinciden lo que él llama “nuestra vida proyectada”, que es aquello que queremos ser, con “nuestra vida efectiva”, que es lo que somos en realidad.
LOS 6 MEJORES CONSEJOS PARA AUMENTAR LA FELICIDAD
Practicar La Gratitud
Una forma excepcional de aumentar la felicidad es cultivar una mentalidad de gratitud. Empiece por llevar un diario de gratitud o simplemente dedique unos minutos al día a enumerar mentalmente las cosas por las que está agradecido. Al centrarte en los aspectos positivos de tu vida, estás reconectando tu cerebro para que permanezca en un estado más alegre.
Dar Prioridad Al Cuidado Personal
A menudo, las personas que hacen malabarismos con múltiples funciones y responsabilidades descuidan su propio bienestar. Sin embargo, recuerde que es imposible servir de una taza vacía. Para aumentar la felicidad, invierta tiempo y energía en actividades de autocuidado que alimenten su alma, ya sea una sesión de ejercicio, dormir lo suficiente o simplemente tomarse tiempo para respirar y relajarse.
Captar La Belleza En La Vida Cotidiana
Como dice el refrán, «la belleza está en el ojo del que mira». Con los teléfonos inteligentes cada vez más integrados en nuestras vidas, es más fácil que nunca encontrar y capturar la belleza en los momentos cotidianos. Utiliza teléfonos con cámaras de calidad como el celular con 4 cámaras para hacer fotos de una increíble puesta de sol, de las adorables travesuras de tu mascota o de una conmovedora escena en tu trayecto diario al trabajo. De este modo, no sólo fomentarás un mayor aprecio por los placeres sencillos de la vida, sino que también crearás un tesoro de recuerdos que podrás volver a visitar cuando necesites que te levanten el ánimo al instante.
Conectar Con Los Demás
Los seres humanos somos criaturas innatamente sociales, y fomentar conexiones significativas con amigos, familiares e incluso desconocidos puede hacer maravillas para nuestros niveles de felicidad. Acérquese a un viejo amigo, disfrute de una cena familiar o simplemente entable una conversación 
con alguien nuevo. Aunque parezca contrario a la intuición, escuchar a los demás también puede contribuir a elevar nuestra felicidad porque genera un sentido de propósito y compasión.
Realizar Actos De Bondad
Realizar actos de bondad es otra forma demostrada de aumentar la felicidad. Es una situación beneficiosa para todos que no sólo alegra el día a quien lo recibe, sino que también inunda tu cerebro de sustancias químicas que te hacen sentir bien. Fíjese el objetivo de realizar al menos un acto de bondad al azar al día, ya sea tan sencillo como felicitar a alguien, ayudar a un desconocido o retribuir a su comunidad con trabajo voluntario.
Aproveche El Poder De La Risa
La vida es demasiado corta para tomárselo todo tan en serio. La risa tiene un efecto estimulante instantáneo en nuestro cerebro, y sus beneficios se extienden a la mejora de la función inmunitaria y la reducción del estrés. Vea una película divertida o un monólogo, comparta un chiste con un colega o aprenda a reírse de sí mismo: cualquiera de estos métodos puede ayudarle a inclinar la balanza de la felicidad a su favor.
Conclusión
Aumentar la felicidad en la era actual de ajetreo y bullicio es más factible de lo que imaginas. Si incorporas las seis estrategias descritas anteriormente (practicar la gratitud, dar prioridad al cuidado personal, capturar la belleza con tu smartphone, conectar con los demás, participar en actos de bondad y abrazar el poder de la risa) estarás en el buen camino para sentirte más feliz y satisfecho tanto a corto como a largo plazo. Así que no esperes ni un día más: ¡empieza hoy mismo tu viaje hacia la felicidad!
¿QUÉ SE ENTIENDE POR FELICIDAD?
La felicidad es algo radical que afecta al hombre en lo más profundo, en su propio ser, en su propia vida.
Consiste en el goce y la posesión de la realidad. Dentro de las innumerables definiciones que se le puede otorgar a este planteamiento, podemos agruparlas apuntando que la felicidad es aquello a lo que todos aspiramos, orientando casi toda la vida para hallarlo aun sin conocer concretamente que es. En el hombre, la felicidad es alcanzar un cierto grado de plenitud interior, perfección, armonía ordenando la vida hacia su verdadero fin.
De la armónica composición de nuestra vida física, profesional y familiar, surgirá la felicidad. Dicho de otro modo, la felicidad es, en cierta medida, llevarse bien con los otros, con el mundo y con nosotros mismos. 
La propia vida humana puede concebirse como la tarea de alcanzar la felicidad
La expectativa de lo bueno es la forma más genuina de felicidad, puesto que el hombre es un ser
orientado hacia el futuro. El problema radica en que su realización es siempre insuficiente dado que la pretensión es compleja y múltiple. Por eso, la felicidad consiste en la realización de la pretensión, esa que nunca terminamos de alcanzarla del todo.
Para algunos existe un tipo de vida que puede hacernos felices. Se trata de una vida buena que contiene y posee los bienes más preciados. Es este materialismo el que les permite "estar bien", un bienestar que aparta lejos la miseria y la escasez. La calidad de vida necesaria para la felicidad incluye el "bienestar" de la persona en circunstancias corporales, anímicas, naturales y técnicas.
Si bien, las utilidades materiales, el bienestar, las proyecciones, los ideales son elementos importantes para la vida buena, es primordial contar con las posesiones humanas como el saber y la virtud. De este modo
Sócrates sostuvo que lo que hay q hacer para ser feliz es practicar las virtudes y hacerse así virtuoso. Los verdaderos valores son aquellos que están ligados exclusivamente a los valores del alma y con ellos es el modo de crecer y llegar a la plenitud humana.
La felicidad no esta en el orden del tener, sino en el del ser. La felicidad nace de la conformidad
íntima entre lo que se quiere y lo que se vive, es una condición de la persona misma, y por eso se puede ser feliz en medio de bastante sufrimiento, y a la inversa, se puede ser infeliz en medio del bienestar, de la abundancia.
El hombre es un ser que necesita ser feliz y que no puede serlo. La pretensión a la felicidad es irrenunciable, porque coincide con lo que es nuestra vida. Pero, como pretensión que es, se queda siempre en pretensión. Y la felicidad no es la pretensión, sino su realización. La felicidad tiene siempre un grado de logro y de fracaso en cada momento o instancia. Por ello, la felicidad se mide por la adecuación entre pretensión y realización.
La felicidad se trata de una utopía necesaria en la vida porque la obliga a tener un sentido. El sueño es el registro que nos despierta y nos permite imaginar que otro mundo es posible "Igual que a la justificación, a la moral y al bien, la felicidad se somete a una consideración formal" (Zubiri). 
Es estar bien con la vida. Es paz, tranquilidad y armonía. Nos la pasamos buscando la felicidad y por eso no la disfrutamos.











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