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¿EL DIABLO ME OBLIGÓ A HACERLO?

 

Sus orígenes: ¿De dónde vino Satanás? 

Si comienzas a leer la Biblia desde la primera página, todo parece estar como lo esperado. Tienes a Dios, el creador y diseñador de un mundo maravilloso. Tienes la creación en sí misma, que refleja el genio de Dios en su diversidad y esplendor. Y, como pináculo de la creación, tienes al ser humano, hecho a la imagen de Dios y encargado de gobernar sobre la creación bajo la autoridad de Dios. Sin embargo, en un momento, alrededor de la página tres o cuatro (depende del tamaño de la Biblia) lees algo que parece estar totalmente fuera de lugar: Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto

¿¡Qué!? 

Aquí, en una creación perfecta, un mundo que Dios creó de la nada, un mundo que Él diseñó y gobierna, algo se ha declarado en rebeldía. Una de las criaturas de Dios ahora está tratando de desacreditar su autoridad y destruir a la humanidad. ¡Esto plantea gran cantidad de preguntas! Y aunque la Biblia no nos dice todo lo que queremos saber sobre el diablo, podemos estar seguros de que Dios nos ha dicho todo lo que necesitamos saber. De modo que echemos un vistazo a lo que dice la Biblia sobre este tema.

¿Quién es la serpiente de Génesis 3? 

Génesis no explica de dónde vino la serpiente ni por qué estaba tratando de tentar a Eva. Todo lo que especifica es que era parte de la creación de Dios, pero más astuta que todos los demás animales. Sin embargo, desde el principio está claro que se trata de algo más que una de esas clásicas serpientes de jardín. Primero, puede hablar. No sé dónde tú vives, pero en la zona boscosa donde yo vivo no tenemos muchos animales que hablen. Y en ninguna parte de las Escrituras se nos da a creer que todos los animales tenían la capacidad de hablar cuando Dios creó el mundo. El otro ejemplo en las Escrituras de un animal que habla es en referencia al asna de Balaam, donde dice específicamente que «Jehová abrió la boca al asna». Esto parece indicar que la serpiente de Génesis 3 estaba bajo el control de un ser personal. A medida que avanza la historia de la Biblia, queda claro que esta serpiente es una manifestación de

Satanás. Las cosas que la serpiente hace en el huerto de Edén tienen el olor distintivo de la actividad satánica. La serpiente tienta a Eva a desobedecer a Dios; autores del Nuevo Testamento se refieren a Satanás como «el tentador». La serpiente logra engañar a los seres humanos; el Señor Jesús llamó a Satanás «padre de mentira» Y la serpiente se opone a la buena obra de Dios, «porque el diablo peca desde el principio» Entonces, no debería sorprendernos que Juan haga una referencia explícita en Apocalipsis donde leemos sobre la derrota de Satanás y notamos cómo Juan se refiere a él:
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero.
En este pasaje hay un claro eco de Génesis 3. Satanás es la «serpiente antigua» que engaña al mundo. Entonces podemos concluir con certeza que, aunque Génesis no utiliza específicamente el nombre «Satanás» en relación con la serpiente del huerto, la serpiente es, en efecto, una manifestación del diablo.
¿De dónde vino Satanás? 
Las Escrituras no dicen mucho sobre los orígenes de Satanás. Aparece de repente en Génesis 3, y su presencia está implícita en toda la Biblia.
Según las evidencias, parece que Satanás fue creado como un ángel. Pablo dice que «se disfraza como ángel de luz» y el elemento del disfraz no se encuentra en el hecho de que parece ser un ángel, sino que parece un ángel «de luz». Aunque la Biblia no responde todas las preguntas que podamos tener sobre los orígenes de Satanás, podemos afirmar algunas cosas con certeza: 
Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado en belleza. En Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda suerte de piedras preciosas formaba tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día de tu creación. Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo, estabas en el monte santo de Dios, caminabas entre piedras de fuego. Fuiste perfecto en su conducta desde el día de tu creación, hasta el día en que se halló en ti iniquidad. Por la amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de violencia, y has pecado. Y yo te he degradado del monte de Dios, y te he eliminado, querubín protector, de en medio de las piedras de fuego. Tu corazón se ha pagado de tu belleza, has corrompido tu sabiduría por causa de tu esplendor. Yo te he precipitado en tierra, te he expuesto como espectáculo a los reyes. Por la multitud de tus culpas por la inmoralidad de tu comercio, has profanado tus santuarios. Y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha devorado; te he reducido a ceniza sobre la tierra, a los ojos de todos los que te miraban. Todos los pueblos que te conocían están pasmados por ti. Eres un objeto de espanto, y has desaparecido para siempre.
¡Dios creó a Satanás! Nada existe que Dios no haya creado. Dios hizo el mundo de la nada, y todas las criaturas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra le deben su existencia a Dios. Satanás no es una excepción.
. ¡Dios creó a Satanás como un ser bueno! Todo lo que Dios creó era bueno en gran manera y no hay pecado, engaño o tinieblas en Él, Por lo tanto, podemos concluir que cuando Dios creó a Satanás, lo creó moralmente puro. 
. Algunos ángeles creados se rebelaron contra Dios. Al parecer, en algún momento entre Génesis (donde todo era bueno en gran manera) (la serpiente en el huerto), algunos ángeles se rebelaron contra Dios y se volvieron malvados y se rebelaron 
. Satanás tiene autoridad en el reino de los demonios. En varios puntos de la Biblia, se habla de Satanás como el príncipe de la potestad del aire También vemos a Satanás que toma la iniciativa en la tarea de atacar y tentar al pueblo de Dios. 
. El mal de Satanás salió de él mismo. No fue tentado y descarriado (porque no había nadie para tentarlo), sino que actuó en pecado y engaño según su naturaleza.
Por lo tanto, Satanás es el líder de la jauría de ángeles que se rebelaron contra Dios, y fue expulsado de la presencia de Dios. Hay bastante misterio aquí que simplemente no podemos conocer ni entender. No sabemos cómo una criatura moralmente pura podría rebelarse contra Dios. No sabemos por qué un grupo de ángeles elegiría seguir a Satanás en su rebelión. Es prudente que tengamos cuidado de no especular más allá de estos datos básicos. 
¿Qué hay de Isaías 14:12-15? 
Muchos cristianos a lo largo de la historia han entendido que Isaías da cuenta de la caída de Satanás del cielo. En este pasaje leemos: 
¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero «¡Lucifer» hijo de la mañana Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones! Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; “sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Más tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo”
En estos versículos, el profeta describe a alguien lleno de orgullo y con pretensiones de enaltecimiento. La ambición de esta persona los engaña a pensar que pueden ser como Dios; pero, al final, caen derribados: mueren y descienden al reino de los muertos. A primera vista, parece una historia de fondo bastante convincente sobre Satanás. Tanto es así que, de hecho, el nombre Lucifer se ha convertido en un nombre popular para el diablo.
La imagen que surge de esta comprensión de Isaías 14 es que Satanás (también conocido como Lucifer) alguna vez fue parte del círculo íntimo de Dios: un ángel de luz y una parte gloriosa de la creación de Dios. Sin embargo, en algún momento y por alguna razón, se dejó vencer por su propia ambición y trató de ser al menos igual (si no más) que Dios mismo. Esta interpretación se popularizó a través de grandes obras literarias como Los cuentos de Canterbury de Chaucer y El paraíso perdido de Milton, quienes se valieron de la vívida imaginación de Isaías y lo aplicaron a la caída de la gracia de Satanás.
Sin embargo, si nos fijamos bien en el contexto de estos versículos, no parece que Isaías tuviera la intención principal de hacer una descripción de la caída de Satanás. No obstante, observa cómo Isaías mismo explica esta sección de las Escrituras. 
Los versículos sobre la caída de «Lucero, hijo de la mañana» están en esta sección de la profecía de Isaías. Son parte de una canción que el pueblo de Israel entonaría para burlarse del rey de Babilonia, su opresor de muchos años. Aunque una vez estremeció al mundo y derrocó sus ciudades ahora ha sido humillado bajo la justicia de Dios. A pesar de toda su ostentación y su poderío, el rey de Babilonia es solo un hombre frágil como el resto de nosotros, que terminará en una tumba comido por gusanos. ¡Se puede ver que esto sería motivo de alegría para el pueblo de Israel! Con este contexto en mente, podemos deducir que es muy poco probable que, en medio de esta «canción burlona» más extensa, Isaías haría un intervalo (sin introducción o explicación previa) para contarnos acerca de la caída de Satanás. En cambio, estas palabras hacen una referencia más clara y natural al rey de Babilonia, cuyo orgullo y arrogancia le hicieron olvidar que era tan solo un hombre. Podemos detectar cierta actividad y motivación de Satanás detrás del orgullo del rey, y quizá esta sea la razón por la que Jesús parece repetir este pasaje cuando habla de la caída de Satanás en Lucas. Pero no debemos tomar Isaías como un intento de explicar los orígenes del diablo.
¿Es «real» el diablo o solo es una personificación del mal en la tierra? 
Para muchas personas en Occidente, la idea de un espíritu maligno que trama y maquina planes para oponerse a la obra de Dios parece un poco descabellada. Categorías como «malvado» y «maligno» parecen pasadas de moda e irrelevantes. Tendemos a usar palabras como «disfuncional» para describir el mal comportamiento de las personas, como si los seres humanos fueran máquinas que a veces no funcionan como deberían. Cuando las personas hacen cosas malas, ahora estudiamos la química cerebral, los traumas infantiles o los factores socioeconómicos en general en busca de una explicación. No parece haber mucha cabida para el diablo en el mundo moderno.
Ante esta situación, algunos cristianos se preguntan si las enseñanzas de la Biblia sobre Satanás no son más que una manera precientífica de intentar comprender y explicar el mal que todos experimentamos en el mundo. Quizá Dios decidió hablar de Satanás en la Biblia de tal manera que tuviera sentido para las personas que creían en los espíritus malignos y los demonios. Sin embargo, ahora que tenemos mayor conocimiento, podemos encontrar mejores explicaciones sobre la razón de la maldad aquí en la tierra. Es cierto que no se puede atribuir toda la maldad directamente a Satanás. De hecho, si lo piensas, la Biblia dedica relativamente poco tiempo y energía a hablar de la actividad demoníaca. En cambio, la Biblia hace más referencia a la maldad que sale del corazón humano y fluye en nuestras palabras y nuestras acciones.
Transmitimos patrones de corrupción espiritual a nuestros hijos Pedro y a nuestras estructuras sociales Santiago. En resumen, los seres humanos han demostrado ser pecadores bastante expertos aun sin una directa influencia demoníaca. Sin embargo, las Escrituras dicen más que eso. Y, de hecho, no hay forma de dar sentido a las enseñanzas de la Biblia si Satanás no es un ser real y personal. Observa las diferentes actividades personales que se atribuyen al diablo: 
Habla (Mateo). 
Miente (Juan).
Obra (Juan). 
Contiende (pelea) con los ángeles de Dios (Judas). 
Desea (Juan). 
Anda al acecho (Pedro). 
Piensa y maquina la manera de hacer caer a los creyentes (Corintios). 
Ciega el entendimiento de los incrédulos (Corintios). 
Engaña (Apocalipsis). 
Tiene una naturaleza (Juan). 
Se llena de ira (Apocalipsis).

Se puede decir que ninguna fuerza impersonal o concepto generalizado hace alguna de estas cosas.
Estos son comportamientos y actividades de una persona. Más convincente aún (¡e importante!), el mismo Jesús trató siempre a Satanás como un ser personal. Lo llamó por su nombre repetidas veces, le habló directamente y enseñó acerca de sus obras y estrategias. Un panorama general Hay muchas cosas que no entendemos de los orígenes de Satanás. Dios no nos explica por qué permitió que el diablo se revelara contra Él. No nos explica por qué no destruyó a Satanás hace mucho tiempo.
Sin embargo, debemos recordar que, básicamente, no se trata de otra cosa que una parte distorsionada de la creación de Dios. No es un dios rival. Y, a medida que avancemos en este libro, veremos que nunca sorprende, desafía o frustra a Dios. Satanás sigue siendo (en palabras de Martín Lutero) «nuestro antiguo enemigo», pero no se merece nuestro temor o ansiedad. Jesús le ha dado un golpe mortal (Hebreos); ahora solo es cuestión de esperar que llegue el final de Satanás.












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