¿Qué hubiera pensado Arthur Schopenhauer, al que muchos llaman el filósofo pesimista o cascarrabias, al ver las pilas de libros dedicados en la actualidad a la felicidad y su búsqueda? Una reflexión a partir de El arte de ser feliz. Por Pilar G. Rodríguez Igual la emprendía a palos con las estanterías como con aquella mujer, una tal Caroline Marquet, cuya animada charla con las vecinas molestaba a Schopenhauer hasta el punto de reprenderla en primer término y agredirla después. El incidente, por cierto, hizo que el filósofo le debiera pagar una renta vitalicia. Pero regresemos al punto de partida: un Schopenhauer contemporáneo anonadado ante la montonera de libros dedicados a explotar el concepto de felicidad, a guiar hasta ella a multitud de “creyentes” confiados en que eso es posible. A poco que se haya leído sobre la concepción de la felicidad en Schopenhauer cobra fuerza la idea de volcar las mesas, quemar las estanterías que acumulan volúmenes donde, para empezar, se afirma ...