El orgullo tiene muchos sabores: todos hacen que la vida sea desagradable El orgullo es una emoción que puede ser tanto enriquecedora como venenosa. Está bien sentirse orgulloso cuando logras algo grandioso. Sentirse orgulloso sabe delicioso: inspira un comportamiento positivo. Estar orgulloso es algo diferente: puede hacerte parecer arrogante y egocéntrico. Estar orgulloso se trata de crear una autoimagen inflada. Hace que la vida sea desagradable, especialmente para quienes te rodean. “La generosidad es dar más de lo que puedes y el orgullo es tomar menos de lo que necesitas”. ― Kahlil Gibran Entonces, ¿es mejor no sentirse orgulloso en absoluto? El orgullo se vuelve venenoso cuando se usa en cantidades significativas. El orgullo excesivo deja un regusto desagradable: úselo con moderación. Orgulloso no es nada de lo que estar orgulloso Aristóteles describió el orgullo como la 'corona de las virtudes'. Para el filósofo griego, el orgullo implica grandeza. Consideró a una per...