LA PREDICACIÓN DE LOS NOMBRES DE DIOS Desde sus orígenes la teología ha reflexionado sobre la valencia significativa del lenguaje humano, con el fin de mostrar la posibilidad de un discurso científico sobre Dios y la racionalidad de la Revelación. La teología escolástica culminó un progreso especulativo asentando la posibilidad de un lenguaje propio sobre Dios —además del simbólico o metafórico—, en virtud de la manifestación de Dios al hombre en y a través de la creación. Entre los nombres que se atribuyen propiamente a Dios, algunos también se predican propiamente de las criaturas, como ser, bondad, verdad, etc. Santo Tomás enseña que tales nombres —que denominó afirmativos— se predican de ambos analógicamente, porque no hay identidad de razón como en las unívocas, ni completa diversidad como en las equívocas, sino que el nombre significa diversas proporciones respecto a una misma cosa. Esta doctrina fue comúnmente aceptada por los teólogos católicos hasta la primera mitad del s...