«Pasas demasiado tiempo en actividad; estás cansado, disipado, agotado, bloqueado… La energía vital no circula.» Antes que nada, tenemos que entender la naturaleza de la actividad y las corrientes ocultas en ella; de lo contrario, no es posible la relajación. Por mucho que quieras relajarte, te será imposible si no has observado, visto, imaginado, la naturaleza de tu actividad, porque la actividad no es un fenómeno simple. A muchas personas les gustaría relajarse, pero no lo consiguen. La relajación es como un florecimiento: no puedes forzarla. Tienes que entender todo el fenómeno: por qué estás tan activo, por qué tanto ocuparse de la actividad, por qué estás obsesionado con ella. Recuerda dos palabras: una es acción, la otra es actividad. La acción no es actividad; la actividad no es acción. Sus naturalezas son diametralmente opuestas. Acción es cuando la situación lo demanda, tú actúas, tú respondes. Actividad es cuando la situación no interesa, no es una respuesta; te encue...